jueves, 12 de julio de 2007

El hombre que amaba a Kim Jong-Il

Están los falsos frikis. Son aquellos que tienen la mala idea de llevarse Las Dos Torres a la comunión de la prima Judith con el objetivo de leerlo durante la misa (sin recordar que la liturgia católica prima el levantarse y volverse a sentar con el primario objetivo de que los fieles no se duerman) y son avistados por la inefable tía Remedios, que les dice, entre burla y reproche: “Ay, que te estás convirtiendo en…como era… ¡un friqui de esos!”

Están los frikis de toda la vida. Aquellos que a los dieciséis años, ante el dilema de elegir entre una vida social normal y un enano guerrero con maza y hacha de combate a una mano eligen al enano. Después crecen y tienen vidas sociales productivas e incluso (¡anatema!) abjuran del frikismo.

Están los muy frikis. La gente que se sabe hasta la menor de las reglas caseras de Blood Bowl y es capaz de pasarse ocho horas seguidas hablando del Lineage (yo lo vi, nadie me lo contó), gente que es un espectáculo en las fiestas pero que definitivamente no quieres invitar a una partida de Diplomacia.

Están los über-frikis. La gente como yo, que es friki de lo suyo, que ignora el rol (zum Beispiel) y se dedica a hacer mapas de territorios épicos. Son las gentes al que el destino tiene guardada la cura contra el cáncer, el descubrimiento de nuevos planetas y una forma de obtener paté de atún a precios de saldo.

Y luego está Alejandro Cao de Benos.

Quién vio el documental sobre Corea del Norte en Cuatro el otro día (yo, parte de las masas proletarias, sólo pude ver el final) recibió una introducción a la figura de éste hombre, presidente de la Asociación de Amistad Coreana y el occidental más importante de Corea del Norte.

Éste señor, nacido en Tarragona hace 34 años de una familia acomodada de la nobleza rural catalana, es, en la opinión de éste blog, el friki más grande que ha dado la historia hispana. Sabido es por parte de nuestros lectores el amor de éste blog a todo lo originario de allende el Paralelo 38, pero lo del señor Cao es superior. Porque el señor Cao se lo cree.

Uno no se sabe la historia pero se la puede imaginar. Un niño nacido en las tinieblas de una familia noble catalana (con las obvias connotaciones de facherío que eso implica) crece posiblemente rodeado de escapularios, vivaspañas y huecograbados del Caudillo, lo que indudablemente genera un estado de confusión mental que puede volverte definitivamente loco. Mi amigo Guille (esté donde esté ahora mismo, que Jerry Siegel guíe su camino) vivió toda su infancia y adolescencia en un entorno similar y, como era de esperar, se volvió un über-friki de los que caben pocos en quintal. Nuestro héroe, sin embargo, cuando cumplió los dieciséis, en lugar de orientarse al wrestling y a la pornografía (como haría cualquier persona sensata), tomó el camino más peligroso. Se hizo rojo.

Podría ser la historia de un pijopunki o perroflauta cualquiera, pero estamos en 1990. No son buenos tiempos para ser comunista; están pateando a los politburós a lo largo y ancho de Europa oriental, Gorbachov proclama que a la URSS no la va a conocer ni el Lenin que la parió y los movimientos “alterglobalizadores”, hoyo de pijillos varios y sus pulgas acompañantes, todavía no han nacido. Nuestro rebelde amigo tiene dos alternativas: Cuba y su fidelismo y Corea y su gran idea Juche. Como buen friki que es, elige la segunda opción. En los tiempos de la sociedad digital de hoy, cuando queremos información tiramos de Google y de la Wikipedia, pero en aquellos remotos eones en los que aún no conocíamos a Takeshi Kitano la información se obtenía leyendo libros y folletos. Imaginamos pues a nuestro héroe escribiendo una amable cartita a Pyongyang pidiendo información.

Tal gesto puede ser comparado a comprar una suscripción de dos años a Despertad! o a creerse que realmente hay un ministro nigeriano que quiere blanquear dinero a través de tu cuenta bancaria. En todo caso, los siervos de Nuestro Kim le mandan las maravillas de su industria editorial en papel cuché y a toda tricomía. Nuestro amigo queda pasmado por las maravillas de la idea Juche y de su mente inspiradora Kim Il-Sung, y decide visitar la tierra soñada. Con el dinero que obtiene de su profesión de informático (¿es o no es un friki?) visita Corea del Norte con el tour que la oficina de turismo norcoreana prepara y que incluye la corona de flores que poner en el monumento a Kim Padre.

Aún no eran los tiempos en el que el Rodong Sinmun publicaba recetas para preparar sustanciosas sopas de césped, así que hemos de suponer que el viaje le gustó. Y desde entonces, nuestro amigo visita regularmente Corea del Norte, mientras trabaja en Barcelona como informático. También escribe poemas en homenaje a los Líderes Eternos, así como obras propagandísticas de diversa índole.

Hemos de decir que no reprochamos en absoluto a nuestro amigo Alejandro Cao de Benos. Todo lo contrario. Mientras algunos degenerados viven vidas mediocres y sosainas, nuestro héroe visita Pyongyang un par de veces al año y tiene siempre un pin con el rostro de Kim recién cromado y listo para clavar en la solapa. Como frikis que somos en ésta página, apoyamos su determinación a ser el único español que sabe coreano con acento del Norte y esperamos que pronto Kim Jong-Il, el megalómano favorito de éste su blog y el único hombre que no se peina porque no lo necesita, pronto le invite a ver su colección de porno mientras brindan con coñac francés a la salud de la amistad hispano-coreana.

Mientras, nosotros, seguiremos informando.

Comentaron la entrada:

  1. 13 Julio 2007 a las 12:14

    jejejejejeje

    Que gracioso el post! la verdad no se donde me meto yo, por que ademas el mote es freak! …..Desde luego, que aficiones tan raras coge la gente, con lo saludable que es el porno….

  2. 2 la reina del hielo
    13 Julio 2007 a las 8:06

    Thiago, un día llegará ese señor y te dirá “únete al lado oscuro…” y no podrás resistirte jajajaja, qué bien que vuelvas a escribir! un besazo, a ver si nos vemos antes de que te vayas

  3. 3 El Supervillano.
    14 Julio 2007 a las 12:35

    Mmhh… El caso de este señor me parece escalofriante, pero no especialmente original. Y me explico: en una historieta de Lauzec, el dibujante de cómic underground francés, un pseudoideólogo defensor acérrimo de la penúltima URSS -etaríamos en los 70- y del gobierno Chino se encuentra con un facha tremendo en un bar, y s ehacen amigos. Terminan mirando al lector y exclaman que ellos se encuentran en los extremos.

    Pues bien, aquel personaje de ficción como este otro real… Pues, son a la izquierda como, pongamos, los colaboradores del pseudotelediario “psicomágico” este de últimamente a la derecha.

    Independientemente del modelo económico que tenga Corea del Norte… ¿Qué diablos tiene que ver la ideología de su gobierno con la izquierda? ¿Desde qué punto de vista de cualquier ideología moderna, no ya de izquierdas, se puede defender que los hijos tienen que estar encarcelados con los padres, porque heredan sus pecados, y otra serie de inhumanas crueldades, de origen supongo que tradicional o acaso religioso directamente, y además reinventado y retorcido? ¿O cosas como el cambio de calendario para que empiece en el nacimiento del Líder, o en general el culto tan raro al líder que se trae esta gente, tan estrafalario?

    Es una muestra de falta de conocimiento que ciudadanos participantes de unas u otras ideologías piensen utilizar toda esta horrible realidad para apoyar o criticar sistemas políticos que, desde luego, nada tienen que ver con todo esto.

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