jueves, 28 de agosto de 2008

Y a los herejes que les den

Una de las cosas de las que más se enorgullecen los exégetas del Papa Polaco, a.k.a. señor Wojtyła, o también, Juan Pablo II (te quiere todo el mundo), es, y cito, "el impulso dado al diálogo con otras religiones y al ecumenismo". Y a pesar de que no es que el Wojtyła caiga precisamente bien en ésta redacción (después de que la FAES lo incluyese en el Trío Calaveras que acabó con el comunismo, que tantas diversiones daba) hemos de reconocer que es cierto. En sucesivos Papa Attacks se fue a la sinagoga de Roma, habló con el arzobispo de Canterbury y se entrevistó con casi todos los herejes que se encontraba por el camino.

Y por una iniciativa mínimamente progresista que tuvo el Papa Polaco, la Iglesia española, como no, hace oídos sordos. En nuestro país, como en muchos otros, ninguna gran tragedia termina sin el espectáculo del funeral de Estado, donde las cámaras se pisotean entre sí por ver si la Reina llora o no. Inevitable como es el show, y visto que en el vuelo de Spanair volaban varios marroquíes, algunos senegaleses y un pastor protestante, ninguno de ellos con reconocida inclinación a recibir las bendiciones de la Sancta Mater Ecclesia, lo propio y correcto, ante la imposibilidad de una ceremonia laica, sería un funeral multiconfesional, con la presencia de sacerdotes de todas las religiones y de la forma más sobria posible.

Pero obviamente nuestros altos purpurados no van a dejar pasar ésta ocasión de sacar los inciensarios a pasear. La ceremonia, cuándo se produzca, será una ceremonia total y exclusivamente católica: para que se sepa quién manda aquí, cojones. Y las altas instituciones del Estado, en lugar de protestar por esa vulneración flagrante de la aconfesionalidad del Estado, irán, cuál tiernos corderitos del Señor, a ocupar los primeros bancos de la Almudena, a la espera de cumplir con su estudiado papel de canalizadores de la tristeza nacional.

El nacionalcatolicismo pervive en éstas manifestaciones, y nadie tiene el valor de levantar la voz. Tierno Galván, que era un showman en su tiempo mal considerado por casi todo el mundo en el PSOE (debía ser un pedante del copón) decía, y en ésto tenía razón, que no iba a las procesiones porque la acumulación del poder municipal con el poder espiritual era un "exceso de gloria". Hoy en día no hay políticos abiertamente ateos, que se atrevan a ponerse de frente contra la clerecía.

Y es algo que se echa de menos.

Seguiremos informando.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Rusia se sobra

Pues me callo la boca. Yo decía que Rusia no iba a reconocer la independencia de Abjazia y de Osetia del Sur por miedo a dar ejemplo a los chechenos; pues ahí está: independencia reconocida.

Muestra ésto lo sobrada que va Rusia tras su aplastante (literal) victoria en la guerra contra Georgia. Igualmente muestra que donde las dan las toman, y si la independencia reconocida de Kosovo fue una patada en la boca a Serbia y por extensión a Rusia (la alianza ruso-serbia es tremendamente estable y, recordemos, provocó la I Guerra Mundial), Moscú ha dicho que, ya que estamos, dos países "liberados", dos. ¿Resultados prácticos? Ninguno, en realidad: Rusia ya reconocía a los países como independientes en todo menos en nombre, y, salvo quizás algún país de Asia Central, nadie se va a lanzar a reconocer a los paisuchos éstos.

Y, por supuesto, nadie va a mover algo más que la lengua: Rusia ha gruñido algo más fuerte de lo habitual y todo el mundo tiene demasiado que perder en una confrontación directa.

Problemático será si el tercero en discordia, la delirante y autoproclamada República de Transnistria (observen su bandera), el estado mafioso por excelencia, gobernado por un grupo empresarial de oscuras ramificaciones con el tranquilizador nombre de Sheriff, también decide ponerse farrucaire. Porque en éste caso el país del que sacar tajada no es otro sino Moldavia, que es el país mascota de Rumanía, en la OTAN y en la UE. Pero dado que Rusia no tiene frontera directa con Moldavia, no corre demasiada prisa.

En todo caso, Rusia está sobrada y nadie quiere tiene huevos de convencerle de lo contrario. Y en ésta redacción, sinceramente, deseamos que siga siendo así.

Seguiremos informando.

Días de Cine: "El Caballero Oscuro"

Cuándo salimos del cine, allá por las dos de la mañana, Metalero, Rubiano y Modoso coincidían en una cosa: Heath Ledger se había comido la película. Y yo no tenía esa sensación. De hecho salí de alguna forma quejoso (ya contaré por qué) pero no conseguía entender de dónde venía ese entusiasmo. Y sólo horas más tarde, me cayó la ficha, como dicen en mi pueblo: no podía estar impresionado por la actuación de Heath Ledger porque no había visto a Heath Ledger. Desde el principio hasta el fin de la película, Heath Ledger era el Joker: no podía apreciar la interpretación, porque, directamente, no veía interpretar. Señor, lo que nos hemos perdido.

Siempre se ha dicho (y siempre he defendido) que una franquicia cinematográfica de acción-suspense vale lo que valen sus villanos. Es por eso que La Jungla de Cristal 1 (con Alan Rickman mascullando en un perfecto deadpan "Ahora tengo una ametralladora, ho, ho, ho") es grande y la Jungla de Cristal 2 no (aunque para un aerotranstornado como yo, tiene cosas que la redimen). Y es por eso que las sucesivas entregas del Batman post-Tim Burton empeoraban sucesivamente: Jack Nicholson sí, Arnold Schwarzenegger no. Pero mientras que el Joker de Jack Nicholson era malvado por diversión (el Personaje Estándar de Jack Nicholson™, vamos) el Joker de Heath Ledger está directamente loco: lo que lo hace más realista, más impredecible y, en consecuencia, más asustador. El otro hombre malo y violento...no encaja tan bien; la transformación es demasiado repentina para ser realista, y el estrés post-traumático, por antecedentes, no es justificativa.

Christopher Nolan ha sido aplaudido por dar profundidad psicológica a Batman, la profundidad psicológica que es indispensable a cualquier cómic americano post-Watchmen (no quiero saber qué harán con la adaptación cinematográfica); sin embargo, cuenta con una desventaja: Batman, con su sieso alter-ego Bruce Wayne, su máscara y sus toneladas de lycra y kevlar, no es precisamente capaz de mostrar toda una gama de sentimientos. Es por eso que quizás se obliga a los demás personajes (un Gary Oldman, impresionante como en la anterior película, Michael Caine y Morgan Freeman haciendo de sí mismos y una Maggie Gyllenhaal encantadora as usual, pero que no cumple del todo con la función que normalmente interpreta con prestancia, que es la de consciencia irónica) a insistir, tal vez en demasía, en los conflictos psicológicos y morales de un Batman incapaz de expresarlos por sí solo.

También destacar el hecho de que la franquicia ha perdido el miedo de localizar a Batman en el mundo real: la definición de Gotham como "Chicago en la isla de Manhattan" permite rodar en grandes planos (más espectaculares) sin miedo a que aparezcan características identificadoras; y el viaje a Hong Kong es, casi plano a plano, James Bond.

En definitiva, una muy buena película dentro de su género, un paso más para la redención del cine de superhéroes como cine de verdad, y un incentivo a los actores para crear más y mejores villanos.

Seguiremos informando.

jueves, 21 de agosto de 2008

Polonia también quiere fiesta

Antes de nada, pedir perdón a quienes les parezca que el artículo de ayer fue excesivamente morboso o punki. Mi reacción habitual ante las malas noticias es la de seguir adelante sin perder tiempo en lamentarme, pero a lo mejor esa reacción resulta insensible para determinadas personas. En todo caso, si acaso hay alguno de mis lectores que haya perdido a alguien querido en el accidente, que sepa que cuenta con todo el sincero afecto y pobre apoyo que yo sea capaz de darle.

Vamos a lo nuestro: en el campeonato de Llevarnos Mal con los Rusos, si los georgianos son un equipo mediano de 2ª, los polacos son equipo de primera y varias veces campeón. Indiferentemente del color ideológico del gobierno en Varsovia, una convicción pervade la sociedad polaca: si vuelve a caer un Telón de Acero, ésta vez no nos vamos a quedar del lado ruso.

Todas las acciones del gobierno polaco desde 1989 han ido en esa dirección: ingreso en la OTAN, en la UE, embarcarse entusiásticamente en cualquier iniciativa militar de los Estados Unidos (Irak incluido) y, en suma, hacer lo que haga falta para que Estados Unidos te considere tu amiguito. Y, en gran medida, lo consiguió.

El problema es que esos entusiasmos anti-rusos no han caído precisamente bien en una Unión Europea que, de forma inteligente pero decididamente cobarde, ha decidido convertir a Rusia en un socio comercial preferente, capaz de vender petróleo y comprar coches, a cambio de hacer ojos y oídos sordos a cualquier iniciativa de Vladimir Vladimirovich en apoyo a la "democracia estilo ruso". Una pelotera estúpida acerca de las exportaciones de carne, defendida exclusivamente por los ínclitos Pili y Mili, mantuvo bloqueado durante meses un acuerdo comercial con Rusia que el resto de países exportadores (con Alemania a la cabeza) estaba loco por aprobar.

Y si lo de las exportaciones de carne cabreó al Kremlin, ¿qué decir de la instalación de misiles tácticos tierra-aire (llamarlo escudo anti-misiles es propaganda bastante engañosa) en Polonia, misiles que no pueden servir para otra cosa que para defenderse de los rusos? (si Irán fuese a lanzar un misil en dirección a Europa, ¿por qué Varsovia?) Aunque no es tan tremendamente estúpido como lo de Georgia (al fin y al cabo, Rusia no puede pegar collejas en un país que no es todo lo fronterizo que desearía) es seguir metiéndole el dedo en la nariz a una Rusia que, como ya tenemos más que visto, no está para broma alguna.

Pero eso en Varsovia da igual: da igual si nos manda a todos a la mierda en el camino; lo suyo, Polonia, ya lo ha conseguido.

Seguiremos informando.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Repito: Ésto es ficción

Es Madrid, es agosto, es un día de sol.

El Aeropuerto Internacional de Madrid - Barajas; el décimo más transitado del mundo, el cuarto de Europa, máxime durante el pico del ferragosto, cuándo parece que medio país está yendo (o volviendo) de vacaciones.

Hacer volar un avión comercial de pasajeros es algo que requiere la contribución de muchas partes. No sólo el piloto, sino también los técnicos de mantenimiento en tierra, la dirección de operaciones (control desde tierra de aviones y vuelos), el control de tráfico aéreo, la propia tripulación del avión, en resumen, tres docenas de personas que trabajan conforme a normas y reglamentos bien estipulados y que, demostrado, funcionan.

Y una de las normas fundamentales es que si un avión no está al 100% bien, no se vuela con él. Cualquier piloto, cualquier dirección de operaciones, en condiciones normales, lo tiene más que claro: si un avión presenta un problema, aunque parezca menor, aunque el avión esté recién salido de una revisión, el avión se queda en tierra hasta que esté solucionado.

Volvamos a Barajas. Pongamos que tenemos un avión. Uno de un modelo que se ha dejado de fabricar, uno de tantos refritos del DC-9 que la McDonnell Douglas construía para evitar la quiebra (que no se consiguió evitar). Es ruidoso y gasta un porrillón de combustible; sólo por eso, una compañía aérea, si puede, no lo utilizaría.

Pero pongamos que la compañía no puede. Es una compañía en crisis, como todas, pero ésta más: una estrategia de expansión agresiva no dio los frutos deseados y ahora pliega velas como puede ante el temporal de la crisis y del queroseno por las nubes. Pero la situación es oscura y no hay nadie en la empresa que no lo sepa: salió en la prensa hace dos o tres meses que los propietarios de la empresa la intentaron vender, sin conseguir a nadie que se hiciera cargo del marrón.

Pongamos que el avión, que va hasta los topes de gente yendo de vacaciones (gente especialmente molesta a la hora de reclamar) tiene problemas técnicos. Va a la pista, intenta despegar, no puede (viví una situación de éstas, volando a Amsterdam el año pasado), vuelve a la terminal. Los equipos de mantenimiento buscan el problema.

En condiciones normales, el tiempo que Mantenimiento toma en ver qué le pasa al avión debe ser el que haga falta: como decía Louis Armstrong, we have all the time in the world.

Pero ésto no son condiciones normales. Tenemos a un montón de pasajeros en vacaciones que tienen paquetes vacacionales contratados y muy mal café; es agosto y todos los aviones que una compañía puede poner en el aire lo están, así que no hay avión reserva; con todos los vuelos ocupados, no hay forma de encajarles en otro vuelo; en fin, una fuente de problemas.

Volvamos a la gente de Mantenimiento: desde el momento en el que ponen el ojo al avión, tienen a alguien bufándoles en la espalda cada dos minutos preguntando si el avión puede salir.

Y aquí llegamos al quid de la cuestión. Pongamos que, aunque el avión realmente tiene un problema, los de Mantenimiento dicen que sí, que puede salir sin problemas. Posibilidad dudosa: la mayoría de la gente de Mantenimiento es perro viejo, ésto no es Angola, si el avión no está al 100% alguien, seguro, lo va a decir.

Pero hay otra posibilidad. Pongamos que después de ver el problema, Mantenimiento dice que "psé, bueno, algo hay, pero no parece nada grave", lo que remite la responsabilidad al piloto y al responsable de Operaciones. Como ya dijimos, en condiciones normales, lo que deben hacer piloto y Operaciones es devolver el avión a que lo miren del todo; pagar refrigerio y si se tercia hotel a los pasajeros. Es una bola de nieve que le sale carísima a la compañía, pero garantiza la seguridad del vuelo.

Pero es Madrid, es agosto, es un día de sol.

Pongamos que en una compañía en crisis, donde la posibilidad de perder el empleo en los próximos seis meses es real, alguien (nadie sabrá quién) decide que "bueno, no parece del todo grave", así que embarca a todo el mundo, cierra las puertas y hace despegar el avión.

O al menos lo intenta.

Ésto un suponer. Hay gente que se encarga de investigar los accidentes; sus resultados llegarán a su debido tiempo. Y ésta es una historia terrible e improbable, que espero que nunca llegue a pasar.

O que nunca haya pasado.

Seguiremos informando.

Raphael, Bisbal y J.Lo.

Cuándo un ah·tih·ta (concepto que engloba a cualquier persona formada/encajada en la maquinaria discográfica/radiofórmula /megapromotora/SGAE gracias a su perfecta adaptación a un estilo musical reconocido por aquellos de gusto mediocre) alcanza el éxito, pronto tiene dos opciones: primera, intentar progresar musicalmente para seguir sorprendiendo a su público y acumular aún más prestigio y éxito, o segunda, vivir de las rentas durante el resto de su vida, haciendo siempre el mismo disco en una escala descendente de mediocridad. Dado que la primera opción es tremendamente complicada y estamos hablando de gente que no ama el riesgo, la segunda es, casi siempre, la opción elegida. Pero en una sociedad de masas como la nuestra, la tremenda dificultad de ir allende los quince minutos de fama, en principio y para nuestro beneficio, tendría que hundir a todo ah·tih·ta en la miseria a la media hora de haber lanzado el último single del primer disco.

Por desgracia, no es así, y aun tenemos al insufrible de Raphael haciendo todos los años el mismo programa de Nochebuena. Y ésto ocurre porque el mecanismo infernal de la música popular española tiene una tabla de salvación, un refrigerador que permite conservar basura durante años y años: el mercado latinoamericano.

Sí, amigos; cualquier bazofia que salga de moda en España siempre tiene algún productor avispado en Lima, San Juan o Acapulco que la puede mantener en la cresta de la ola (quicir) durante años y años, hasta que, para nuestra tragedia, se vuelva a poner de moda en España. Hispanoamérica es la Las Vegas del mercado musical hispano, y al igual que los yanquis podían "disfrutar" (ejem) de Elvis, Sammy Davis, Jr. o Liberace hasta la muerte, en cualquier capital sudamericana se pueden ver recitales de gente que esperábamos ver desaparecida de nuestras vidas.

¿Y a qué viene todo ésto? Pues porque Fedeguico Jiménez Losantos, cariñosamente conocido por éste su corresponsal como J.Lo. , harto de llevarse colleja tras colleja en éstas santas tierras, ha decidido hacer las Américas, llevando su talento para la sátira y el humor (lo dice él, yo no) a un lugar donde sin duda será bien recibido: el tenebroso freak show de la extrema derecha hispanoamericana.

Para nosotros, J.Lo ha empezado en quinta, pidiendo el asesinato de Daniel Ortega, Chávez y Fidel (pero si ya se muere solo, el hombre), que Zapatero y Evo Morales pillen enfermedades purulentas, considerar corrupto al Rey por tomar la actitud correcta ante una metedura de pata...

Pero en Hispanoamérica, donde el asesinato de Fidel se lleva pidiendo desde hace ya 55 años, ésto es empezar. Recordemos que cuándo llegamos a éstos rincones oscuros del espectro político los escrúpulos ante la violencia y la represión se dejan en la puerta, máxime en una región donde la democracia es relativamente novedosa.

Es el agua pantanosa perfecta para el pundit turolense; no será la última parida que suelte.

Seguiremos informando.

martes, 19 de agosto de 2008

Excelente...

Hace un par de años, en mi primer blog, Baked Beans are Off, titulé un artículo de la misma manera que éste; e, igualmente, utilicé a la figura del gran señor Burns para ilustrarlo. Y ésto fue porque el motivo fue exactamente el mismo: una central eléctrica nuclear (Vandellós entonces, Ascó ahora) es multada por el Consejo de Seguridad Nuclear por permitir, digamos, ciertos fallos, y, como es lógico y normal en nuestras bellas tierras, ocultarlos.

El hecho de que en el plazo de dos años dos centrales nucleares en Tarragona tengan que ser sancionadas (quicir; la sanción equivale al beneficio neto diario de ambas empresas) por la ley, aparte de quitarme del todo las ganas que pudiera haber tenido de comer calçots, vuelve a abrir (o más bien vuelve a sacar a la luz) el debate nuclear en España.

Como ustedes ya sabrán, yo soy un prudente defensor de la energía nuclear como alternativa a medio plazo al carbón y al petróleo. (Cuándo hablamos de ciclos energéticos, "medio plazo" son de treinta a cincuenta años). Defensor en el reconocimiento de que la energía nuclear es una alternativa viable y de funcionamiento, mal que bien, probado; prudente en el sentido de que mi apoyo está supeditado al mantenimiento de unas garantías indispensables de seguridad y sostenibilidad.

Éste acontecimiento, hélas, demuestra que el comportamiento de Endesa-Iberdrola (la central es llevada fifty-fifty por ambas) en el mantenimiento y administración de sus centrales no es capaz de darme a mí las garantías de seguridad que necesito; el tira y afloja de las administraciones públicas para ver dónde encajar el Depósito de Residuos de Alta Actividad no me da la garantía de sostenibilidad que necesito.

Por ahora no, señores; visto lo visto, no voy a poner mi seguridad en manos de señores Burns que ya han demostrado reiteradamente que, entre oficio y beneficio, se quedan decididamente con lo segundo. Si me quieren convencer de más centrales nucleares, podrían empezar, si lo desean, nacionalizando la producción y distribución de energía eléctrica.

Seguiremos informando.

lunes, 18 de agosto de 2008

Fool me twice

Bush y Sarkozy exigen la retirada de las tropas rusas; Angela Merkel dice que Georgia acabará entrando en la OTAN; Condoleezza Rice se las da de Woodrow Wilson y presenta un plan de seis puntos. Si después de lo que ha pasado el gobierno georgiano se cree todo eso, su puesto en el ránking de cretinos internacionales va a seguir subiendo como la espuma.

Da, tovarichii, porque Rusia ha vuelto a tener músculos, lo que no pilla de sorpresa a casi nadie. El Kremlin agradece a Dios la temeridad del gobierno georgiano: le ha dado la excusa perfecta para pegar un soplamocos de éstos que dejan recuerdo de forma relativamente justificable y definitivamente victoriosa. Aparentemente, la situación prácticamente ha vuelto al status quo ante; Osetia del Sur y Abjazia seguirán siendo protectorados rusos de facto y autonomías georgianas de jure (insistimos, sería un mal ejemplo para Chechenia) y Sajasvili sigue en su sillón en Tbilisi. En la práctica, todo cambia: aparte de que Georgia ya no tiene marina de guerra porque Rusia al marcharse ha volado la base naval con barcos y todo, Rusia ha demostrado empíricamente que, en sus fronteras, quién le levante la mano se lleva un leñazo bien dado. Y Occidente, que tiene plena capacidad de responder (las bases aéreas de la OTAN en Turquía bien que están) no va a mover ni una uña. Así pues, carta blanca para las dictaduras perpetuas en el Cáucaso y Asia Central (a.k.a. países Borat) siempre y cuándo obedezcan al mandato de Moscú. En fin, viva la libertad.

En otras noticias, ésta redacción, siguiendo la filosofía propugnada por Vicisitud y Sordidez, felicita la victoria olímpica de Michael Phelps pero deplora su gusto estético; porque preferimos a un onvre con bigotón que a un campeón sin él.

Seguiremos informando.

lunes, 11 de agosto de 2008

Cascotes (VI)

Good morning, I'm CardinalXiminez, and you are not.

Si eres un país menor que Castilla La Mancha y te metes en una guerra con Rusia, pues, obviamente, no puedes esperar durar mucho: ayer mismo los georgianos evacuaron Osetia del Sur, por lo que el casus belli ha durado, literalmente, dos días. Si Rusia fuese gobernada por personas con sentido estratégico, la posición adecuada a tomar ahora sería decir: "Pa' que vuelvas", retirar las tropas de Osetia del Sur y Abjazia y disfrutar de un oasis de paz y tranquilidad durante un par de décadas; el gobierno georgiano está tan capado que se quedaría calladito, la parte europea de la OTAN no aceptaría un país que se muestra tan temerario con sus fuerzas armadas (que es Rusia, tronco) y nadie en la comunidad internacional abriría la boca. Pero Rusia no está gobernada así, y ha reaccionado en caliente; todo indica que los rusos quieren echar al gobierno nacionalista pro-occidental y poner en su lugar a un títere pro-ruso. Lo cuál no es sólo una mala idea para la estabilidad del país (más vale un enemigo derrotado y popular que un amigo inestable) sino que además puede dar la excusa que la UE y los Estados Unidos necesitan para intervenir en la zona. Ojo, intervenir: dudo que los Estados Unidos tengan los santos huevos de poner tropas en la zona (sólo cabría la posibilidad si al final hay una evacuación parcial de Irak), así que lo que intentarán será poner una fuerza de interposición compuesta de aliados menores (sí, señora, nos va a tocar a nosotros) para garantizar protección de la ONU (en el mejor de los casos) o de la OTAN (en el más complicado) para el oleoducto Bakú-Mediterráneo por Georgia y Turquía, el único que los rusos no controlan. Si los rusos se apresuran tanto es para presentar al mundo el fait accompli de un gobierno pro-ruso en Georgia, lo que permitiría controlar todos los oleoductos y aumentar la presión energética sobre Occidente, garantizando la perpetuación de la autocracia electa rusa. Desde Ruina Imponente seguiremos la evolución de los acontecimientos.

¡Juegos Olímpicos! Cuándo dije lo de Zhang Yimou lo decía en serio: no hubo tiempo bala (es difícil de reproducir en directo), pero lo que son chinos volando, cogno, sí que hubo. La ceremonia de apertura ha sido tan espectacular que ha causado un serio problema al olimpismo internacional: mejorar eso será muy caro, así que se tendrá que apostar por la originalidad en lugar de por la espectacularidad. Me he pasado el fin de semana en total Sport Costras Mode, viendo todo lo que me resultase interesante. Los comentaristas de Televisión Española, cumpliendo impecablemente su misión, que es obligar al espectador con criterio a pasarse a Eurosport. Entre los constantes anuncios, las insistentes llamadas a gastar dinero ("Y podrán ver ésta prueba en su casa a través del móvil!"), el infame peloteo a las "otoridades" presentes (empezando por el Kronprinz y su Barbie Deportista y siguiendo por los altos cargos presentes, incluyendo el ubicuo Jaime Lissavetsky) y, sobre todo, el impecable nivel cultural: terrible momento en la ceremonia de apertura, cuándo María Escario dijo: "están representando a los que escribieron las Anacletas de Confucio" Y todos los comentaristas repitiendo lo de Anacletas (agentes secretas) sin que entrase algún chino con conocimientos de castellano, o mejor, la Policía Militar del Pueblo, a decir que son las Analectas. Viva nuestra cultura.

Seguiremos informando.

viernes, 8 de agosto de 2008

La que se está liando

Mientras el mundo (bueno, yo no) ve la ceremonia de apertura de las Olimpiadas, montada por Zhang Yimou, el director de Hero (si no ven chinos flotando en tiempo bala, siéntanse estafados) las cosas pintan mal en el Cáucaso.

Intentemos comprender: Georgia es uno de los estados caucásicos que se independizaron tras la ruptura de la URSS. En una de éstas matrioshkas étnicas que la Unión Soviética tenía tanto placer en crear, la República Socialista Soviética de Georgia tenía dos pequeñas subdivisiones políticamente autónomas: la República Socialista Soviética Autónoma de Abjazia, y la Provincia Autónoma de Osetia del Sur.

Nada más conseguida la independencia, Georgia se lanzó a una política nacionalista y anti-rusa a espuertas, lo cuál obligaba a las pequeñas repúblicas a hacerse georgianas, aunque fuese a fostias. Naturalmente (estamos hablando de gente peluda y cabreada: Stalin era de origen osetio) hubo guerra. ¿Y a quién llamaron los muchachos de Abjasia y Osetia del Sur? Naturalmente, a mamá Rusia, que no tuvo ningún problema en obligar a Georgia a frenarse en sus entusiasmos. El presidente de Georgia fue subsiguientemente muerto a tiros (en un golpe de estado malo y violento) y el nuevo presidente era, por decirlo de una forma suave, pro-ruso; de hecho fue el último ministro de Exteriores de la URSS. Abjasia y Osetia del Sur no consiguieron la independencia (intolerable para Rusia con la guerra de Chechenia a todo vapor) pero se les permitió un grado de autonomía que se quedaba a un paso de la independencia.

El problema fue que el presidente pro-ruso, Edvard Chevernadze, se dio demasiadas alegrías con el fraude electoral y el saqueo del erario público, por lo que en 2003 se le echó a patadas en una revolución incruenta, sustituyéndolo por un presidente (lo han adivinado) nacionalista y furibundamente pro-occidental.

Para esa época ya estaba en Rusia a todo gas el régimen del ínclito Vladimir Vladimirovich, así que el gobierno georgiano se limitó a hacer más crudo su lenguaje, pero no mucho, no fueran a cabrear mucho al Kremlin, que es el que garantiza el abastecimiento de petróleo.

Pero el gobierno georgiano le estaba buscando las cosquillas al Kremlin, y las encontró por partida doble: primero, promocionó la construcción de un oleoducto que les permitía obtener petróleo sin depender de Rusia, y segundo, Georgia pidió entrar en la OTAN y, George W., en una de sus habituales meteduras de pata, les dijo entusiásticamente que sí. Ya dije entonces que era mala idea, porque era darle esperanzas de ayuda a una gente muerta de ganas de tocarle las narices a los rusos, cosa que nadie en su sano juicio quiere hacer. Pero oye, es George. Ya sabemos como va.

En definitiva, que el gobierno georgiano ha decidido empezar por Osetia del Sur, que no ha tardado en pedir ayuda a mamá Rusia. Queda ahora ver si el órdago georgiano (es decir, guerra abierta full time) es apoyado por alguien en Occidente. Mi previsión es: ¿están de coña, no?

Seguiremos informando.



martes, 5 de agosto de 2008

Moskau, Moskau

Sí, tres días para los Juegos Olímpicos, y China no ha hecho nada de lo que prometió. Pekín sigue teniendo un aire irrespirable, los Juegos van a ser una fiesta para los que se la puedan pagar (bueno, como todos) y, por supuesto, el régimen chino sigue pegando hostias como panes (y tiros) a aquellos que se atreven a levantar un poco la voz. Como somos gente con amor a la democracia, nuestro Comité Olímpico ha avisado: el que abra la boca, se vuelve a casa.

En todo caso, lo del atentado no es demasiado preocupante: primero, porque nadie duda que los chinos estaban buscando (más) excusas para seguir apaleando uighures y un atentado de éste tipo es una excusa de puta madre; segundo, porque Xinjiang está a 2.800 (dos mil ochocientos) kilómetros de Pekín, lo que es un colchón de seguridad más que suficiente.

Así que volvemos a repetir la hermosa experiencia de Moscú '80, los últimos juegos olímpicos celebrados bajo una dictadura (aunque la Corea del Sur de 1988 estaba aún en plena transición): exaltación del espíritu deportivo, ballets de masas, y el que levante la cabeza se lleva una pedrada. De hecho, en las noticias de ayer (no sé si era en Telecinco), pusieron para "ilustrar" como sería la ceremonia de apertura de los juegos... ¡imágenes de uno de los festivales de masas en honor a Kim Jong-Il!

En fin, nada que no hayamos dicho ya. Que la fiesta del deporte no nos deje olvidar lo que pasa entre las bambalinas.

Y que las hordas de chinos enfebrecidos de fervor patriótico dejen dormir a mi amiga Celia, que allí las finales serán a las cinco de la mañana.

Seguiremos informando.