viernes, 31 de octubre de 2008

¡Fúmbo!

Sí, amigos, como es viernes y me he dejado el cerebro en casa, toca meterse con temas de actualidad pero pasmosamente necios.

Conociendo mis antecedentes, tendría que dedicarme a mi habitual tarea de azote de la clerigalla, hablando de la fiesta de cumpleaños del hermano del Papa (-¿qué quieres por tu cumpleaños, Georgi? -Oh, algo sencillo, sencillo... - ¿Qué tal un concierto de Mozart en la Capilla Sixtina? -Pues algo así estaría bien...¿pero, no será muy caro? -Ach, no te preocupes por eso, si eso ya le pasamos la factura a otro.")

O entonces, la delirante nota de prensa de la Conferencia Episcopal (ya una tradición por éstas fechas) condenando la "fiesta pagana" de Halloween e incentivando a los devotos papis a preferir en su lugar la festividad de Todos los Santos, porque, atención, "fomenta la vida y no la muerte". Porque, como todo el mundo sabe, ir a misa y luego pasarse la mañana en el cementerio con la familia es un plan alegre, divertido y lleno de vitalidad.

Pero no, hoy es el día en el que voy a ponerme filípico con otro asunto, para alegría de mis lectores fumboleros.

Entre las múltiples cosas que descubrí durante mis partidas de pub quiz de los lunes, aparece el fascinante programa-resumen-comentario de la League One, que, en un alarde de confusión típicamente británica, es la tercera división inglesa. Una hora entera de programa, dedicada a resumir y comentar las emocionantes peripecias de equipos como el Crewe Alexandra, el Yeovil Town o el imposible Scunthorpe United.

Una cosa que me fascina del fútbol inglés es que todos los equipos, incluidos los que vagan por la quinta división o así, siguen teniendo una sustancial masa (el sustantivo es correcto) de aficionados. Cierto es que, en Gran Bretaña, el fútbol como tal no es un deporte, sino una excusa para hacer otras cosas accesorias que a la población local parece divertirle, como insultar cantando a grito pelado, beber cerveza hasta caerse y apostar.

Pero aún así los ingleses, en general, están bastante más apegados a su equipo local que en España. Una cosa que, en mi opinión, se ve reforzada por el hecho de que el sistema de la FA Cup, la Copa de Inglaterra, no sólo obliga a los equipos a tomarse la competición en serio, sino que permite a cualquier equipucho que tenga un año mágico plantarse en Wembley y pelear por una plaza en competición europea.

Es por eso que considero una aberración y una cobardía que la Federación Española, más preocupada por las collejas que pueden darle los grandes clubes (que al fin y al cabo son los que ponen la pasta) que por el amor al fúmbo (lo que es realmente su trabajo) hayan acabado con los restos de un experimento que permitió a la Copa recuperar su verdadero lugar como generadora de matagigantes y arción.

Pero bueno, en el fúmbo, quién sabe jugar, juega; quién no sabe jugar, entrena; quién no sabe entrenar, anima, y quién no sabe hacer nada se convierte en directivo de la federación.

Seguiremos informando.

jueves, 30 de octubre de 2008

La monarquía se basta sola

Por un lado tenemos los juicios al alcalde de Puerto Real y a los pijopunkis trabucaires éstos. Doble estupidez: primera estupidez, por que la simple tipificación de un delito de lèse majesté cuándo tenemos una constitución que declara que todos los españoles son iguales ante la ley (art.14) es una contradicción (a no ser que consideremos que el Rey no es español) que nadie tiene los santos eggs de llevar al Tribunal Constitucional ; segunda estupidez, porque nada agrada más a un republicano que ser imputado por injurias a la Corona: ningún tribunal se atreve a entrullarte (más que nada, por lo ridículo) pero, al mismo tiempo, obtienes espacio en los medios de comunicación gratis y a go-go.

Escribí hace más de un año que nada era más peligroso para una monarquía que haya quién intente salvarla, porque una monarquía que se deja salvar es una monarquía que reconoce estar en peligro. En el resto de Europa la crítica a la monarquía es abundante y variada, y precisamente ese es uno de los motivos que las hacen populares. Si el rey de España es un gambitero (reconocido) y un putero (supuestamente), no sólo respeta las centenarias tradiciones familiares (véase don Juan de Austria o los cien mil amantes de Isabel II) sino que, a ojos de nuestra cultura popular masculina (entiéndanse por ello barras de bar o charlas de partida de mus) se convierte en un onvre digno de respeto y amor.

Por otro lado, leyendo el blog de Mary (¡sí, te leo!), vemos las cosas que sí pueden hacer daño a la monarquía, más que quemar fotos o llamar al rey un crápula.

Doña Sofía de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg y Hannover, que en el DNI sale como Sofía de Grecia para ahorrar espacio (menos mal) no suele salir en la prensa española: primero, por su reforzado acento greco-alemán (que no ha perdido), segundo, porque tampoco es que lo que diga tiene demasiada importancia.

Así pues, el que haya abierto la boca para opinar es doblemente dañino por dos motivos: primero, porque lo hace poco, así que siempre que lo hace, llama más la atención; y segundo, porque rompe una de las reglas fundamentales del protocolo real: un rey (o una reina) no puede tener opiniones sobre temas políticamente cargados; y, si las tiene, se las guarda.

Era ya bastante obvio que la reina de España era y es de ideas más conservadoras que su esposo: al fin y al cabo, ella es de formación más, por decirlo de alguna manera, monárquica que él (el padre del rey estaba en el exilio; el de ella, en su palacio) y, por otra parte, ella es una conversa al catolicismo, bajo la supervisión de curas nombrados por S.E. el Jefe del Estado, a la sazón el Paco: gente que tenía de liberal lo que yo de bailarina rusa.

Pero esas cosas deben suponerse, no decirse: la representación máxima de los españoles, si no es elegida (importantes las negritas), debe de ser, en todos los sentidos, políticamente neutral en el sentido amplio que exige la Constitución.

Y lo contrario es, sencillamente, intolerable.

Seguiremos informando.

martes, 28 de octubre de 2008

Lo que le faltaba a Sarah Palin

Después de demostrarse empíricamente que Sarah Palin no tiene ni idea de nada; después de lo de los 115.000 euros en ropa; después de la pelotera de lo de mandar echar a su ex-cuñado de la policía...

Ted Stevens.

Cuándo Sarah Palin fue elegida como candidata a vice-presidente (posiblemente la peor decisión de McCain, con diferencia) me extrañó que en un principio se dijese que estaba en contra de la construcción del puente a la Isla de Gravina, conocido como el mayor ejemplo de pork (o gasto innecesario con fines electorales). Y me extrañó, porque el puente era un empeño personal de Ted Stevens, un señor muy mayor (tiene 84 años) y que es senador por Alaska por el Partido Republicano desde 1968, es decir, desde cuándo Sarah Palin tenía cuatro años.

Alaska es un sitio suficientemente lejano y con un sistema político lo suficientemente cerrado para fomentar la existencia de un cacique local, y éste cacique, sin duda alguna, se llama Ted Stevens. En Alaska hay una carretera Ted Stevens, y el aeropuerto de Anchorage se llama Ted Stevens. Pensar que alguien pudiese cortar el bacalao, en Alaska en general y en su Partido Republicano en particular, sin la connivencia del tío Ted, me parecía absurdo. Y así era.

Pero si hay algo por lo que Ted Stevens es mundialmente conocido es por el discurso que dio en el Senado mientras era presidente de la Comisión de Comercio (el Senado de los EE.UU. se basa mucho en lo que los nativos llaman seniority: cuándo más tiempo estés en el Senado, más posibilidades tienes de presidir , aunque seas un total incompetente). El discurso en cuestión, que está mucho mejor comentado por The Daily Show, dio al mundo la expresión "una serie de tubos", y, lo que era peor para el tío Ted, llamó la atención sobre los caciquismos que hacía, día sí y día también, en la lejana Alaska.

Y ahora, le han pillado. Stevens, que hacía campaña para reelegirse por séptima vez para el Senado, ha sido condenado por aceptar regalos de un prospector de petróleo (uy, petróleo en Alaska...Se ha hablado algo...del tema...) y no contárselo a nadie. Por lo que su campaña para la reelección, que ya iba perdiendo, se puede hundir del todo. Y sería la primera vez que un demócrata se lleva algo en Alaska desde 1976.

Es que nada le sale bien a ésta mujer.

Seguiremos informando.

lunes, 27 de octubre de 2008

Lula está solo

Pocas veces hablo de la política brasileña, fundamentalmente porque es tan folclórica y caótica que hasta yo, un señor que ve anuncios electorales israelíes en YouTube por placer, no puedo seguirla con la precisión que se merece.

En todo caso, ayer se celebró la segunda vuelta de las elecciones municipales. La prensa hispana en general se lo ha tomado como una derrota para el presidente Lula, y en gran medida, lo ha sido. Pero, y como es habitual en los pasmosamente poco analíticos media españoles, no se ha informado de que ésta derrota era de esperar. Y ahora explicaré por qué.

Las elecciones presidenciales de 2006 dejaron un país dividido. El gobierno Lula había trabajado a favor de la reducción de la pobreza, había montado la ola de la euforia económica mundial con notable éxito y había aumentado el prestigio y el poder de Brasil a nivel internacional.

Sin embargo, a los ojos de las clases medias urbanas, todo ésto ha resultado insuficiente.

Primero, por la corrupción. Uno de los puntos electorales a favor de Lula y de su Partido de los Trabajadores era que, como nunca había estado en el poder, técnicamente no compartía el mismo gusto por la corrupción desenfrenada que sus predecesores. El problema es que, desde la Constituyente de 1988, el Congreso Nacional está dividido en tres grupos: la derecha, la izquierda, y un grupo variopinto de diputados y senadores que dan sus votos a quién contribuya más; tanto a sus circunscripciones, como a sus bolsillos. Éste problema se ve acentuado por el hecho de que dado que el voto, en todos los niveles, es por candidato y no por lista, salvo raras excepciones, los brasileños votan al Congreso a la persona que le caiga más simpática y/o le parezca más peculiar: en 2002 el diputado más votado por São Paulo fue un ultraderechista barbudo prometiendo moralización y una bomba atómica, y en 2006 fue el equivalente brasileño de Boris Izaguirre. En éstas circunstancias, habiendo que elegir entre no sobornar a nadie y tener un Congreso entre indiferente y hostil; y sobornar a quién fuese necesario y poder aprobar la legislación prometida por el presidente, se eligió la segunda opción. Y le explotó al PT en la cara.

Segundo, por que los beneficios del bienestar económico se ven borrados por una criminalidad en aumento y que cada vez es más brutal y más visible. Y como siempre en éstas circunstancias, un gobierno (al menos formalmente ) de izquierdas siempre sale más perjudicado: al fin y al cabo, si el gobierno está con los pobres y un pobre te pone una pistola en la cabeza, la culpa de la pistola la tiene el gobierno; además, en éstas circunstancias, la mano brutalmente dura gana cada vez más popularidad (de ahí el éxito de películas como Tropa de Élite). Fatal para el gobierno fue el referéndum de hace un par de años para prohibir la posesión privada de armas de fuego: la derecha se les lanzó encima, acusando a Lula de querer desarmar a las clases medias sin querer desarmar a los bandidos, y el referéndum se perdió.

Y tercero, la parte más fea y que nadie quiere asumir del todo: el hecho de que a las clases medias blancas y bien educadas sigue sin entusiasmarle la idea de que un tornero fresador de Pernambuco, de alfabetización limitada y lenguaje colorido, sea el presidente de la República Federal de Brasil.

Todo ésto llevó a que en 2006, en todos los estados del Sur y Sudeste del país, que incluyendo las grandes metrópolis como São Paulo y Río, votasen por la derecha en las presidenciales. Y que en la apertura de los Juegos Panamericanos en Río, el año pasado, el presidente de la República cediese el honor de abrir los Juegos al presidente del Comité Olímpico Brasileño, porque la pitada de los espectadores no le dejaba hablar.

Pero si todo ésto afecta a Lula, peor es lo que le ha pasado a su partido, el PT. Los sucesivos escándalos de corrupción han arrasado con los escalones superiores y medios del partido. La mejor candidata para suceder a Lula dentro del PT es la actual ministra de la Presidencia y ex-ministra de Minas y Energía, Dilma Rousseff, una burócrata tremendamente competente (Brasil se ha convertido en una potencia petrolera bajo su administración) pero soberanamente sosa.

Y, por supuesto, el PT y sus aliados han sido pateados vergonzosamente de los ayuntamientos que les quedaban, pero el punto está en que tampoco eran tantos. En São Paulo el PT tenía una misión complicadisima: descabalgar a un bastante razonable alcalde de derechas con una candidata, la ex-alcaldesa Marta Suplicy, cuya administración tampoco es que fuese para tirar cohetes.

En todo caso, sí, desastroso para el PT: perder uno de los ayuntamientos del ABC (el área industrial del Sur de São Paulo donde Lula empezó su carrera política) es señal de que el Partido de los Trabajadores, como tal, está muerto.

Y Lula está solo.

Seguiremos informando.

domingo, 26 de octubre de 2008

Crónicas de un falso cultureta (IV): Venderse

Me pregunta aquí una amiga que que tipo de mujeres ando buscando. También criticó, y con razón, que cada vez que hablo de mí en el blog es para una sangrienta y dolorosa catarsis personal con muertos y heridos.

Y es que mi vida personal es algo bastante espinoso. Ya hace tiempo que dejé de ser el tímido inmisericorde que fui cuándo adolescente: cierto es que no tengo demasiados amigos, pero los que tengo son gente excelente con la que es tremendamente placentero estar (dice él en su casa un sábado por la noche, pero sin segundas intenciones, seriously), pero aún tengo cierta torpeza insólita al tratar con la gente, lo que me lleva a ser cansinamente indirecto y pasmosamente incompetente cuándo en asuntos de damas se trata.

Reconozco que no soy la persona con más sex-appeal del universo conocido. Tampoco es que ayude el hecho de que, aun sabiendo que los Morini tienen una reconocida y hereditaria tendencia a engordar, disfrute de los placeres de la buena mesa (y de la mala también, véase Kentucky Fried Chicken) sin ningún complejo de culpa. Y lo que es peor, por mucho que mis amigos se esfuercen denodadamente en ayudar, mi gusto en el vestir sigue siendo lo que bienintencionadamente puede calificarse de "conservador", y, de forma más realista, como "aburrido": ir vestido con camisa marrón, pantalones marrones y jersey (lo han adivinado) marrón no sólo no es raro en mí, sino hasta habitual.

Y es que incluso en la conversación, lo que debería ser mi fuerte, no me muevo con soltura. Por un lado me resulta tremendamente incómodo hablar por teléfono: soy incapaz de mantener larguísimas conversaciones, y en la mayoría de los casos se hace obvio que quiero cortar la conversación lo antes posible. Y por el otro, muchas veces soy un conversador contradictorio: cuándo no hablo como una ametralladora (normalmente de los frikismos que me resulten agradables), me expreso con monosílabos, sin nada más sustancioso que un "claro", de vez en cuándo. Por no hablar del hecho de que cuándo una mujer me resulta atractiva eso se nota de forma espantosamente evidente.

Joder, se estarán diciendo; ¿y el artículo trata de venderse? Y es que lo cierto es que lo más complicado del asunto es que mis principales defectos son el que no sé mentir y que no sé mantenerme firme en mis posiciones.

Y es así porque a pesar de que son terribles defectos (al fin y al cabo, seducir, salvo que uno sea George Clooney, siempre consiste en mentir un poco), me siento tremendamente orgulloso de ellos. Y no pienso abdicar de ellos.

La cuestión es que acostumbrado como estoy a reconocer y a reírme de mis propios defectos, sumado a que tampoco me gusta llamar mucho la atención (salvo en mis momentos pseudoetílicos) me cuesta reconocer mis propias virtudes. Y aún menos en público. Quizás eso sea lo que lleve a que mucha gente sólo sepa de mis experiencias vitales, muchas de las cuáles podrían calificarse de extraordinarias (he viajado por tres continentes, en muchos casos solo; he ganado un concurso de la tele; he nacido en Brasil) por boca de terceros o tras conocerme desde hace mucho.

Quizás mi principal virtud, de la que me siento más orgulloso, es que intento con todas mis fuerzas ser lo que se da por una buena persona. Intento ser generoso, intento ser educado (hasta lo folclórico, en ciertos casos) e intento ser agradable. Intento no ser pedante (a veces no me sale) e intento no abrumar a la gente (tampoco me sale a veces)

Aparte, naturalmente, de mis inagotables ganas de compartir lo mucho que sé de un montón de cosas, y, por la otra parte, de aprender muchas cosas más. Dudo que haya algo que me dé más placer que charlar durante horas de todo un poco con gente divertida e interesante.

Como habrán visto, soy terrible hablando bien de mí (parezco un perfil de una de éstas páginas de "Busco pareja") así que voy a abreviar y voy a ir a la pregunta que originó éste artículo.

Para empezar, no voy a ser hipócrita: el físico sí es importante. No es tan importante como otras cosas, pero sí cuenta. Por otra parte, no desesperen: siempre he sido del tipo patito feo, del tipo sosa, del tipo ratoncito, nunca me han gustado las bellezas despampanantes. Siempre he tenido una reconocida pasión por la sutileza. Pero ya he hablado del tema aquí.

Ésta pasión por la sobriedad se hace extensiva a la forma de vestir. Maquillaje sí, pero discreto; ropa sencilla, pero elegante; para mí, lo importante es lo que hay dentro.

Y es que el asunto se resume en que sea capaz de aguantar mis idiosincrasias y tener las suyas, reírse de mis chistes y yo de los de ella, contarme historias que no sepa y escuchar con interés las mías. Pueden gustarnos cosas totalmente opuestas; de hecho eso estaría mucho mejor. Pero hay cosas que debería despreciar con la misma energía que yo, por ejemplo: Aznar, el catolicismo ultra, el Intelectual Pedante Español ® y cualquier música emitida por los 40 Principales de 1999 en adelante.

Ah, por cierto, no es imprescindible que sea española. De hecho, y ya que estamos, nunca me he sentido tan abrumadoramente rodeado de mujeres atractivas como esa semana que pasé en Montreal. Prueba de que el mestizaje es bueno: junta a las francesas con inglesas y escocesas y ahí lo tienes.

En fin, me voy a la cama, antes de que siga desvariando más.

Seguiremos informando.

sábado, 25 de octubre de 2008

La diferencia entre ciencia y fe

El liberalismo como ciencia:

"Cometí un error al suponer que el propio interés de las organizaciones, en especial los bancos y similares, haría que fuesen los más capaces de proteger los intereses de sus propios accionistas y de sus carteras de inversión. He encontrado un fallo. No sé cuán significativo o permanente es. Pero estoy muy preocupado por ese hecho." (Alan Greenspan, Dios del libre mercado, descubriendo la pólvora)

El liberalismo como fe:

"La crisis económica tiene por origen los fallos del Estado: fallos de vigilancia, de regulación y, sobre todo, de exceso de intervencionismo." (Esperanza Aguirre, a lo suyo)

Seguiremos informando.

viernes, 24 de octubre de 2008

Gracias

Con las crisis varias, el tiempo revuelto, las damas que no me hacen caso, necesitaba algo para dejar de estar tan plof y escribir de una santa vez.

Pero ésta tarde he leído la historia de una confederación de ateos británicos (tenía que ser) que, hartos de ver propaganda religiosa por todas partes, se cotizaron para comprar ésto:


Un espacio en varios autobuses londinenses, en líneas céntricas, durante tres meses. El mensaje es claro y sencillo: "Probablemente Dios no existe. Así que deja de preocuparte y disfruta de tu vida."

Gracias, señoras y señores británicos. (¿Alguien se apunta para una iniciativa similar en la EMT? Yo pongo 20 euros.)

Por otro lado: es a mí a quién le corresponde agradecer a mi corresponsal granadino-canadiense por haberse acordado de mí. Ha sido un verdadero placer.

Y felicitar el cumpleaños a mi maestro el Metalero, así como a la Lady Teresa; en ambos casos espero tener el honor de participar en cualesquiera celebraciones que convoquen (ejem, ejem)

Seguiremos informando.

jueves, 16 de octubre de 2008

Tres preguntas estúpidas

Primera pregunta estúpida: ¿Cómo es posible que las universidades privadas puedan competir con las universidades públicas si éstas últimas, por una fracción del coste de las privadas, ofrecen a los alumnos mejores profesores y mejores instalaciones? Ante ésta pregunta, Esperanza Aguirre, nuestro paladín de la libertad de empresa, ha salido al ataque: dado que quince años de liberalización universitaria no han conseguido convencer a nadie salvo a un puñado de pijos incapaces de aprobar la Selectividad (y a mi amigo Rubén, ejem) de las bondades de la universidad privada respecto a la pública, el gobierno del Partido Bigotista de Madrid ha decidido hacer mejores las universidades privadas hundiendo a las públicas: recortes de un 30% en la financiación, para empezar. Y uniendo lo útil a lo agradable, ha dicho que la culpa es de Zapatero, que no le da dinero. Pobre. Ella que siempre ha hecho un uso tan mesurado de los fondos públicos.

Segunda pregunta estúpida: ¿Que se juegan que el Vicedecanato de Alumnos de mi querida alma mater, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, va a aprovechar tan terrible situación para poner el cierre a las asociaciones de alumnos en general y a El Señor de los Dadillos (mi segunda casa en seis de mis siete años de carrera) en particular?

Tercera pregunta estúpida: ¿Será que la respuesta que el Partido Socialista de Madrid, principal partido de la oposición a Esperanza Aguirre va a aparecer en alguna parte que no sea la página 4 de la sección "Madrid" de El País?

Seguiremos informando.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Canadá 2008: Las cosas como estaban

Pues volvemos al demostradamente tema más popular de éste su blog: las elecciones canadienses, cuyo recuento se está cerrando mientras escribo éstas líneas.

Y en éstas elecciones, pues... no ha habido sorpresas: los Conservadores no consiguen la mayoría absoluta, los Liberales se hunden pero no tanto, el NPD crece pero menos de lo que pensaban crecer, y el Bloque Quebequés se queda casi exactamente donde estaba. Frustración para todos, vamos.

En las noticias breves: en la abrumadoramente conservadora Alberta (en las pasadas elecciones los Conservadores se llevaron todos los escaños) el NPD ha metido una uña y ha conseguido sacar un diputado por Edmonton; el NPD sigue sin crecer en Quebec pero sigue conservando su distrito en Montreal; el tan esperado futuro político del hijo de Pierre-Elliott Trudeau empieza de una vez, y los Verdes no van a ninguna parte.

En fin, podrán ver los resultados en cualquier periódico canadiense.

Seguiremos informando.

martes, 14 de octubre de 2008

Del sitio menos pensado

Y seguimos hablando sobre economía, para que no se diga.

Las bolsas rebotan tras el batacazo, por segundo día consecutivo: el Ibex ha vuelto a pasar de los 10.500 y la alegría es general: garantizado por Papá Estado un mullido colchón por si te la vuelves a piñar, los bancos han regresado a prestarse dinero con alegría y a hacer el fistro con el dinero ajeno. De volver a regular lo desregulado para que no vuelvan a pasar cosas como ésta, todavía nadie ha dicho ni mú.

Y mientras, Emilio "yu ara güiner" Botín se va de rebajas: aprovechando que nuestra banca es tremendamente solvente, se gasta 1.400 millones de euros para meter del todo el pie en el sistema bancario norteamericano, de demostrada solvencia.

Le decía el otro día a mi economista de guardia, Jaime "Aserraderos McNeil" (We the Men) que vamos a acabar dándole las gracias a José María Ruiz Mateos y a Mario Conde: el hecho de que éstos dos pájaros pudiesen hacer tal cantidad de barbaridades con el dinero ajeno generó un sistema bancario tremendamente consolidado y über-vigilado en el que las guarreridas del estilo estadounidense no tienen lugar salvo que uno se empeñe específicamente en que le roben (metiendo dinero en el Fórum Filatélico, por ejemplo)

De hecho, para mí, el punto flaco de nuestro sistema bancario no está en los bancos privados, sino en el sitio menos pensado de todos: la banca pública. Estoy hablando de las cajas de ahorros.

El mapa de las cajas de ahorro en España se ha reorganizado de forma pareja a los cambios territoriales en España. Salvo en Cataluña, casi todas las comunidades autónomas han intentado, con mayor o menor éxito, consolidar sus instituciones de ahorro en una entidad monolítica, única para cada comunidad autónoma. Y el objetivo de éstas consolidaciones ha estado claro desde el principio: que cada gobierno autonómico obtuviese un brazo bancario capaz de financiar cualesquiera ideas absurdas que no pudiesen ser financiadas por otros medios. ¿Que quieres tu propio parque temático, con casino, y furcias? Pues aquí vienen Caja Madrid o Bancaja a pagártelo. Y así sucesivamente.

Y más: convertidas las cajas en instrumento preferente de la urbanización salvaje, muchas de ellas se han lanzado en una caza de la hipoteca que les va a pesar. Son más pequeñas, son más vulnerables, y, lo que es peor, la gente confía más en ellas.

¿Qué pasará si una de ellas se hunde?

Seguiremos informando.

lunes, 13 de octubre de 2008

Cuidado con los cachorros

Agradezco a mi nuevo y septentrional amigo y lector de éste blog que nos haya informado del accidente de tráfico que se llevó la vida de Jörg Haider éste fin de semana.

Los líderes de la nueva extrema derecha europea parecen estar destinados a morir de forma improbable. Si a Pim Fortuyn le pegó cinco tiros un extremista vegano (lo juro), el ultraderechista austríaco se la pegó a 140 por hora en un Volkswagen Phaeton (el otro nombre del Audi A8; una tanqueta, vamos) en un tramo de ir a 70, después de salir de un cabaret y yendo al 90º cumpleaños de su madre.

Haider fue reconocidamente la cara de la nueva extrema derecha europea, y conviene un poco explicar ésto. Si la combinación tradicional (modelo fascista) incluye la exaltación patriótica y el uso indiscriminado de miedos y odios, la nueva extrema derecha excluye la exaltación patriótica (que en los tiempos que corren, queda medio ridículo) y se centra en el cacao sustancioso: el uso de los miedos y odios colectivos de una forma perfectamente estudiada: ser lo suficientemente extremista como para llamar la atención, pero no lo suficiente como para parecer un loco peligroso.

En un país donde el fascismo siempre ha sido una opción a considerar, la idea cayó como un guante: el FPÖ se convirtió en la tercera fuerza política del país y Haider hubiera seguido siendo gobernador de Carintia mientras Dios le hubiese dado vida. Pero el problema de la extrema derecha es que es personalista. Y en los partidos personalistas todo el mundo quiere ser califa en lugar del califa.

El FPÖ no fue una excepción, Haider se fue a fundar otro partido, y en las elecciones de hace dos semanas Haider quedó más que bien.

La cuestión es que ésta nueva extrema derecha a la que Haider puso cara se ha expandido como la pólvora a lo largo y ancho de Europa. Y lo que es peor, ha permeado con su fórmula a la derecha de toda la vida, que cada vez tiene menos pudor en recurrir al populismo extremista.

Haider ha muerto, pero sus cachorros están entre nosotros. Cuidado con ellos.

Seguiremos informando.

jueves, 9 de octubre de 2008

Los libres y los liberados

Un argumento ad hominem es una de las falacias más conocidas y utilizadas. Se trata de replicar ante una proposición, pero no a lo que se dice, sino a quién lo dice. Encontrarán ejemplos en el artículo de la Wikipedia que les enlazo.

Dado que desde éste su blog, en la medida de lo posible, intentamos evitar los argumentos ad hominem, vamos a explicar nuestra posición y luego, ya, armados con los hechos, agredir violentamente, que es lo que quería hacer yo desde el principio.

La sanidad pública puede ser más o menos eficaz, pero a una escala general, funciona y bien. Según Naciones Unidas (aquí, a través de la Wikipedia) España tiene la sexta mejor expectativa de vida del mundo. Y no me vengan con mandangas que si nuestra dieta y si nuestro estilo de vida: España, como casi todos los países con gran esperanza de vida, la tienen porque existe una mínima asistencia médica general para todos los ciudadanos, pagada con dinero público. Y, recuerden, hace cincuenta años, cuándo a cargo del Estado sólo estaban los dispensarios, los sanatorios y los manicomios, España, a nivel sanitario, era un país del Tercer Mundo.

Por otro lado, basta con ver las historias de terror del sistema sanitario estadounidense para darse cuenta que en un país desarrollado, un sistema de sanidad privado o semi-privado significa condenar a una parte significativa de la población a condiciones sanitarias tercermundistas.

En el mundo de fantasía de la economía liberal, la libre competencia baja los precios y permite a todos disfrutar de mejores condiciones sanitarias a mejor precio. Pero la realidad tiene la jodida tendencia a ser de izquierdas, máxime cuándo la economía de mercado liberal en general, y la española en particular, tienden a convertir los monopolios públicos en oligopolios privados.

El sistema hasta ahora funcionaba de ésta manera: el Estado y la Seguridad Social financiaban la construcción y el funcionamiento de un sistema sanitario público. Éste sistema es caro, pero garantiza que todos los ciudadanos tienen asistencia sanitaria; el nivel de ésta asistencia depende de la cantidad de dinero que el Estado quiera poner para su funcionamiento.

Bien: el modelo de nuestra ínclita Espe se basa en que la gestión de los hospitales pasa a estar administrada por empresas privadas.

¿Qué significa ésto? Según la propaganda de la Comunidad de Madrid, significa que la gestión privada primará la eficiencia: los médicos trabajarán más, las enfermeras trabajarán más, todo saldrá más barato para las arcas públicas.

En la práctica quiere decir que la Comunidad de Madrid va a pagar lo mismo o incluso un poco más por mantener un hospital, pero que el dinero, en lugar de ir a los médicos, enfermeras o equipamientos, va a ir una empresa privada, que intentará sacar la mayor tajada posible de ese presupuesto asignado. ¿Como? Exprimiendo a médicos, enfermeras y funcionarios anexos: pagando menos, haciendo trabajar más o ambas cosas. Y el recorte de gastos no acaba ahí: menos equipamiento y peor mantenido, menos limpieza (en lugares donde la limpieza es imprescindible), etcétera, etcétera.

A largo plazo, la idea es que los buenos profesionales se pasen al sector privado, donde cobrarían más y obtendrían condiciones de trabajo más humanas (pero aún peores que las del sector público tradicional)

La idea subyacente detrás de todo ésto está en uno de los principios fundamentales de la nueva burguesía conservadora: yo no tengo por qué pagar impuestos para que otros los utilicen. Prefiero utilizar mi dinero para comprar lo que necesito sin necesidad de compartirlo con nadie.

Como éste argumento parece y es intolerable desde un punto de vista ético, la moral neo-con lo camufla con la palabra "libertad": yo soy libre de hacer con mi dinero y mi salud lo que bien me place. Y la respuesta ante los defensores de la sanidad pública: "¿Es que me pretendes imponer un sistema?"

Es el problema de la moral posmoderna y, en consecuencia, de la izquierda contemporánea(y aquí me meto en un berenjenal filosófico por el que espero que mi maestro Metalero me perdone): vivimos tan obsesionados por los derechos individuales y la libertad personal que olvidamos el hecho de que para que una sociedad funcione de forma relativamente saludable, hay ciertos comportamientos individuales de los que debemos abdicar. Y lo que es peor: temerosos de ser tachados de dictadores, de tiranos, nos olvidamos de reivindicar ese sacrificio que compete a cada cuál, dejando el camino libre a la moral de la avaricia yuppie y neo-con.

Ante ésto, lo único que cabe es ser valerosos y reivindicar el sacrificio y la imposición: sí, maldito pijo de mierda, pretendo imponerte un sistema: el único sistema que, de forma demostrada, sirve para mejorar la salud y la esperanza de vida de todos los ciudadanos, el único sistema que evita que la gente no tenga que elegir entre la bolsa o la vida, el sistema que legitima de forma competente a un Estado que garantiza a sus ciudadanos no sólo la vida y la hacienda, sino también la salud y el bienestar. Y vamos a pagarlo entre tú y yo: porque entre pagar a ocho cardiólogos para que puedan atendernos a todos, incluido a ti, y pagar a Garci para que haga caja y méritos, hay que ser muy hijo de puta para elegir la segunda opción.

Pero bueno, para el mundo real, para el mundo que ve la tele, para el mundo que elige estar poco informado, todo ésto son divagaciones incomprensibles, y quizás sea por eso que Espe gana elecciones: por usar la demagogia de forma decidida y discriminada.

En éste caso, jugando con la visión impulsada por la derecha (y, no lo neguemos, reforzada por muchos de los interesados) del delegado sindical como vago indolente, Espe ha sacado el argumento ad hominem y se ha quedado tan ancha.

Combatan la falacia. Sean valerosos. Decídanse.

Seguiremos informando.


jueves, 2 de octubre de 2008

Ovación y saludos

Era (y es, a espera de su definitivo regreso al críptico mundo de lo hip) duro ser fan de R.E.M. Por supuesto que lo más conocido de R.E.M., y al fin y al cabo por lo que la gente va a los conciertos, es por Losing my Religion y por los dulcémeles y mandolinas de Out of Time en general; en fin, por los discos más comerciales. Es por eso que mucha gente, amigos míos de recto criterio incluidos, tienden a ignorarlos y/o despreciarlos, opción que es del todo respetable.

Otro motivo para el desprecio era el hecho, incontestable, de que los últimos discos eran un poco mierdas. Lo cuál es positivamente cierto: a pesar de que a mí me gustó Up (soy de los pocos, pero es que soy asín de raruno) y Reveal era medianamente tolerable, Around the Sun era un truño jamaicano con pocas cosas salvables.

Pero bueno, un fan es un fan, así que apoquiné las 55 del ala para ir a la plaza de Las Ventas, que no había pisado en mi vida consciente (mi hermano dice que fuimos de pequeños, pero la fiabilidad de mi hermano para éstas cosas es un poco mala). Y yo que no me traje la cámara de fotos en previsión de los Tintin Macutes de la SGAE apostados en la puerta; resulté ser el único en no traerla.

Llegué allí sobre las siete y nada más entrar en la arena (yo soy de los de entrada general ¿qué se creen?) no tuve ningún problema en aposentar mis reales en el suelo a esperar. Entre accidentes varios, una constitución no muy atlética y una barriga considerable, mis piernas en general y mis tobillos en particular no tienen mucha capacidad para sostener mi pobre y pesado esqueleto, así que quedarme de pie dos horas y media no era una opción a considerar. En una posición generalmente peligrosa (minis de cerveza que se derraman, pisotones, etcétera) llamé la atención de una pareja, él neozelandés, ella madrileña; por lo que me contó, ella era de las que se hicieron fans a los dieciséis (como yo) pero luego lo dejaron (no como un servidor, que siguió explorando)

A las 20h30 en punto me puse en pie, noté con satisfacción que estaba a seis o siete filas del escenario y entraron los teloneros: We are Scientists, una reedición más de la fórmula Arctic Monkeys/White Stripes/Arcade Fire: doble bombo, acordes de guitarra sencillos y práctica ausencia del bajo; sobre las letras, pues, sinceramente, no parecían demasiado complicadas. En fin, nada que mereciese una atención plena y dedicada. En pleno recital, entran en escena tres personas, dos chicas y un chico: no hacía falta mirarles durante demasiado tiempo para darse cuenta de que eran italianos (Y, por supuesto, él abrazando a las dos) . Entrando entre el público como un elefante en una cacharrería, se dedicaban única y exclusivamente a sacarse fotos a sí mismos, incluso (y lo que sorprendió más a los presentes) cuándo Mike Mills (el bajista de R.E.M.) entró a tocar al escenario con el grupo. Dado que no hacían más que chocarse conmigo, y dado en un par de ocasiones el italiano, que llevaba una melopea del quince, extendió su abrazo colectivo hacia mí (para los que conozcan las fases de la borrachera: los italianos bebidos normalmente viven largas fases de "exaltación de la amistad") puse gestos de resignación y entablé conversación con el grupo.

Eran, naturalmente, tres Erasmus, dos de ellos de Derecho, la otra de Sociología, en distintas fases de la carrera, los tres en la Carlos III. A pesar de que la que estudiaba Derecho estaba más buena (innegable) la que estudiaba Sociología llamó más mi atención: estaba menos borracha y, recordemos, no estudiaba Derecho. Por lo que sé, se llama Roberta, y, aunque no nos volveremos a ver (fui tan salame que no le pedí el teléfono), al menos sé que comparte mi opinión acerca de cantar en los conciertos.

Bueno, al ajo, ¿no? Al contrario de lo que dice la crónica de El País, What's the Frequency, Kenneth? fue la segunda canción en sonar: empezaron con Living Well is the Best Revenge, en mi opinión el mejor tema del último disco, un tema de rock de verdad y con una letra como las que me gustan a mí, de desafiante despecho (Todos tus tristes y perdidos apóstoles / Bufan y murmuran mi nombre / Ahogándose en los huesos que les tiras / Pero no quiero sentarme a darle vueltas / Porque vivir bien es la mejor venganza / Cariño, te llamaba por eso)

Pero sí, luego los clásicos de todos los tiempos, desde los que todo el mundo se conocía, como Walk Unafraid o Imitation of Life, hasta los que sólo conocían unos cuántos, como Ignoreland o Bad Day, pasando por las que sólo conocía yo y unos cuántos frikis más, como Circus Envy o These Days (¡viva!)

En general un concierto más rockero que otra cosa: de las baladas, Strange Currencies (mi himno nacional) a destacar.

R.E.M. en directo gana miles de puntos. Michael Stipe, cuándo entra al escenario, parece un viejuno: cuándo termina el concierto, parece más joven que yo. Peter Buck es decididamente un borracho (mientras que Stipe se tomaba agua mineral y té en las pausas, Buck ahí, con el vinaco) pero toca la guitarra como un condenado a muerte, mientras que Mike Mills, el friki (de un grupo ya de por sí) tuvo que pugnar contra un bajo que no sonaba y un público que se empeñaba en hacer todas sus partes vocales.

Bueno, ésto es lo que he podido sacar en claro: en pleno curro y tras cuatro horas de sueño.

Seguiremos informando.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sigue siendo el dinero de otros

Resumamos: la actual crisis viene porque la banca de inversión en pleno, fuesen pequeños chiringuitos financieros (de los cuáles tales cosas se esperan), fuesen los grandes mastodontes institucionales (para los cuáles tales cosas deberían serles ajenas) ha estado metiendo el dinero de otros en engendros financieros de difícil explicación, engendros éstos que se han revelado como lo que son: guarreridas sin ningún valor. Han obtenido por ello gigantescos beneficios, que no se han mostrado reacios a exhibir, convirtiendo en el proceso el dinero de millones de inversores en, literalmente, papel.

Cuándo el dinero de mucha gente se convierte en papel, el resto de la banca, sea de inversión o no, tiembla, pues el resto de la gente piensa que a su dinero le puede pasar lo mismo. En consecuencia, los bancos se esperan lo que en castellano llamamos pánico bancario y en inglés, de forma más gráfica, bank run: la gente corre a los bancos en busca de su diñeiro. A la espera de que pase eso, todos los bancos acumulan en caja cuánto efectivo puedan; en consecuencia, nadie da dinero a nadie ni que se lo supliquen.

Y sin crédito, las empresas que no tienen dinero en efectivo (que vienen a ser casi todas: nadie tiene millones de euros en un maletín en la oficina) tienen que frenar proyectos, parar negocios, suspender pagos, o incluso cerrar: lo que se llama una crisis de crédito. No es para nada agradable.

Y para frenarla, de ahí la inyección de crédito por parte del Banco Central de los Estados Unidos: si todos los bancos tienen dinero para pagar a todo el mundo, la gente se tranquiliza, se evita el riesgo de un pánico bancario y el dinero puede volver a fluir.

Se ha hablado mucho de la "privatización de los beneficios, socialización de las pérdidas". A nadie le gusta dar dinero a esos aprendices de brujo que han volatilizado en hipotecas sub-prime miles de millones de dólares. Y menos al Congreso de los Estados Unidos.

Pero es que el dinero que han quemado, por desgracia, no es suyo. Es el dinero de los ahorros, de los depósitos, de las pensiones (que en Estados Unidos está en su inmensa mayoría en Bolsa) de decenas de millones de personas. Es una putada, pero jodiéndoles a ellos, nos jodemos todos.

Así que ajo y agua, por supuesto, y a ver si aprendemos de una puta vez.

Seguiremos informando.