jueves, 27 de agosto de 2009

Recuperar Madrid

Quién me conoce sabe que tengo por ésta mi ciudad la fe del converso. Soy una inaguantable fuente de trivialidades capitalinas, hecho del cuál no me avergüenzo en absoluto desde que me llevé más de veinte mil euros por utilizarlas en televisión. (Breve sonrisa de satisfacción.)

Y es por eso que me apena sobremanera el hecho de que mucha gente, incluso de izquierdas, asuma con terrible naturalidad que Madrid capital es un feudo de la derecha, que a Gallardón no se le echa, que es un agujero electoral, etcétera, etcétera.

Partamos de la base: Gallardón no es un ser extraterrestre. Es un político, como otro cualquiera, con sus más y con sus menos. Su mayor virtud, definitivamente, es tener un sentido de la imagen y una habilidad para la promoción mayor que la de cualquier otro político en España.

Son dos los leit-motiv de la política gallardoniana: la imagen que intenta pasar de Madrid y la imagen que intenta pasar de él mismo.

La visión albertina de la ciudad es de una gran capital cosmopolita, constantemente activa, siempre receptiva a los negocios, al deporte, al arte y al turismo. La visión que el Mediabarba quiere pasar de si mismo es la de un progresista moderado, absurdamente activo, lo suficiente valeroso para enfrentarse a la carcundia de su propio partido pero que, a pesar de todo, sigue en el PP, el partido de la gente de bien.

La visión gallardoniana de Madrid tiene un pequeño problema: más bien, tres millones de pequeños problemas. Se llaman madrileños y madrileñas y, por uno de éstos extraños casuales de la vida, viven en ésta ciudad. Y el problema viene de que, para el alcalde, ser elegido para ocupar la alcaldía le da plenos poderes para implantar SU visión de Madrid. Que esa visión no coincida con los deseos de los ciudadanos es, para Albertito, una anécdota menor. Al fin y al cabo, ¿quienes son los vecinos de un barrio, los usuarios del transporte, la oposición, en fin, la gente en general, para contrariar al Alcalde de Madrid?

Así pues, uno ve que en el Madrid de Gallardón, hay dos clases de espacios: los espacios privados y los espacios públicos: pero, ojo, que nadie piense que como "público" se entienda un espacio donde la plebe se esparza en un sin Dios de que todo el mundo hace lo que quiere. En el espacio "público" del universo Gallardón la gente hace lo que está estrictamente regulado. No vayamos a asustar a inversores y turistas ofreciendo el espantoso espectáculo de la gente viviendo la vida de forma espontánea.

En consecuencia, en el Madrid que don Alberto nos ofrece y ofrecerá, el papel de cada cuál está muy bien definido: los ciudadanos se desplazan (en coche, naturalmente, como es el derecho inalienable de todo ciudadano) hacia los espacios "públicos" donde empresas e instituciones privadas ofrecen sus bienes y servicios. Todo lo que se salga de éste planteamiento es pecado. La ciudad no puede estar para otra cosa.

Bueno, sí, para aumentar el mana de Albertito Mediabarba en su sempiterna ambición de llegar al Palacio de la Moncloa. Cada obra inaugurada, cada cinta cortada, cada cartel, es un escalón más en su imparable carrera. Es por eso que no puede dejar de construirse, jamás, por muy estúpida que pueda llegar a parecer la obra. Es la perenne actividad lo que le da publicidad y prestigio.

Y todo ésto sale carísimo a los madrileños. Votar a la derecha en las municipales garantiza a la larga una subida de impuestos urbanos, y en ninguna parte es eso tan notable como en Madrid. Desde el IBI, hasta el IVTM, pasando por la tasa de basuras, todo ha subido invariablemente más que el IPC; y eso sin contar los impuestos indirectos que suponen el hecho de que todo espacio público posible e imaginable, chirimbolos, el Metro, los andamios, esté a la venta y a disposición de los voluntariosos anunciantes, previo paso por la caja municipal, naturalmente.

Y ante ésto, ¿qué puede hacer la izquierda? Hasta ahora, a mi entender, el problema ha sido que se ha intentado buscar al Mesías: al hombre o mujer que pudiese hacerle frente a Gallardón. Craso error: en una pugna de individuo contra individuo, de candidato contra candidato, Gallardón gana sencillamente porque es para eso que orienta todo lo que hace.

El candidato de izquierdas que quiera ganar en Madrid deberá hacerlo no frente a frente, sino detrás de una combinación de propuestas electorales y la inexorable voluntad de cambio. No puede ser una pugna de a quién votar, sino a qué votar.

Y la idea que debe impulsarse, por encima de todo, es la de recuperar Madrid para sus ciudadanos.

Recuperar Madrid en tanto se escuche a los ciudadanos y se tengan en cuenta sus ideas y opiniones.

Recuperar Madrid en tanto el dinero público sea utilizado de manera mejor, o, al menos, más prudente.

Recuperar Madrid como una ciudad que ama el verde de sus árboles y de sus parques y que quiere que así siga siendo.

Recuperar Madrid como una ciudad que ama sus calles las veinticuatro horas del día.

Hay propuestas concretas que pueden salir de éstas ideas generales. Pero no corresponde a ningún partido el formularlas. Es la hora de salir ahí y preguntarle a los madrileños qué es lo que quieren para su ciudad. Tomar nota de sus ideas, ponerlas por escrito, discutirlas, llegar a un consenso y ponerlo por escrito. No será fácil, ni rápido, ni barato, pero esa, y no otra, es la plataforma la que sacará a Gallardón de su sillón.

Porque por mucho que pueda haber hecho por Madrid Alberto Ruiz Gallardón, hay una cosa que no ha hecho jamás.

Escuchar.

Seguiremos informando.

lunes, 24 de agosto de 2009

Banalidades de Agosto (VI)

Mi hombre admirado de la semana es el doctor que en el valenciano Hospital de la Fe hizo la tan mentada operación de cara.

Y no por sus habilidades en el quirófano, sino porque en una actitud racialmente hispana, celebró su triunfo contra la muerte y la mutilación saliendo a dar la rueda de prensa en chilaba.

Yo no lo vi, pero espero que al salir de la rueda de prensa, pillase la sombrilla y la esterilla y se fuese inmediatamente a la playa, a recibir su merecido descanso.

Seguiremos informando.

lunes, 17 de agosto de 2009

Etnocentrismo mis cojones

El sábado, el Boletín Oficial del Estado de Afganistán publicó la nueva Ley del Estado Civil, según leo en la BBC. La nueva ley obliga a las mujeres a tener relaciones sexuales con sus maridos; si no lo hacen, éstos tienen derecho a privarles de alimentos. Y, al igual que en otros países de igualmente saludables costumbres religiosas (tipo Arabia Saudí), prohibe a las mujeres trabajar sin autorización de sus maridos, y, en caso de divorcio o viudedad, la custodia de los hijos pasa automáticamente al padre o al pariente varón más cercano. Nótese que la ley aprobada es una versión enmendada para suavizarla: la propuesta original eliminaba la necesidad de consenso para el sexo conyugal (autorizando, efectivamente, la violación dentro del matrimonio) y obligaba a las mujeres, a como mínimo, un polvo cada cuatro días.

Está más que claro que la cultura afgana está lejos de ser la más progresista, avanzada y tolerante del mundo. Lo sabíamos cuándo aceptamos seguir en Afganistán aun quedando claro que la venganza que Estados Unidos requería por el 11-S (que fue el motivo original de la invasión) no sería colmada en tierras afganas. Nuestra intención, por lo que nos vendieron, era (y es) ayudar a los afganos a construir, paso a paso, una democracia; las costumbres, hélas, permanecerían, pero al menos ofreceríamos un marco de libertad que garantizase que, si alguien quería romper la barrera y hacer cosas como formar un grupo de rock, afeitarse, ver la tele o bailar, no fuese inmediatamente detenido y enviado al Estadio Nacional a que le cortasen las manos y luego le ahorcasen.

Resumiendo: no acabaríamos con la costumbre de la burka; acabaríamos con la burka obligatoria por ley. Para mí, con una ley como ésta el gobierno afgano se nos está riendo en la cara.

Y es por eso que ahora mismo estoy echando humo por las orejas, porque de dos una: o se manda un destacamento de la ISAF ahora mismo a darle de collejas al presidente Karzai por perfecto imbécil o salimos por pies de ese agujero polvoriento para nunca más volver: porque que soldados con la bandera española en la hombrera estén dispuestos a sacrificar vida y hacienda por defender ESO, es intolerable desde cualquier punto de vista.

Seguiremos informando.

Banalidades de Agosto (V)

Anoche casi ocurrió.

Tras los espantosos 9 segundos 58 centésimas de Usain Bolt (¿qué le dan de comer?) el comentarista de TVE, del que, por desgracia, no tengo el nombre, por poco, por muy poco, de pura satisfacción y entusiasmo, no utilizó, en horario de máxima audiencia y delante de millones de españoles, ese uso tan cordial y castizo de la palabra "hijoputa" como admirativo.

Le hubiera aplaudido. Tanto o más que a Bolt.

Seguiremos informando.

domingo, 16 de agosto de 2009

Las nefastas amistades de Lula

Siendo agosto y no habiendo noticias políticas en éste nuestro conturbado país de Dios (y, por favor, no llamen política a las estúpidas soflamas conspiranoicas del bigotismo) para mantener el vicio un friki de la política como un servidor ha de poner rumbo al hemisferio sur, donde agosto simboliza la retomada del ciclo legislativo tras la pausa invernal.

Imagínense como está la cosa para que éste su humilde blog pueda resultarle más informativo sobre la política brasileña que el mismísimo El País: éste artículo de Juan Arias demuestra claramente que el buen señor prefiere pasarse el día en su apartamento de Río escribiendo mediocridades para contentar a los que le pagan en Madrid, en lugar de buscar noticias de verdad. Sólo para empezar, Heloísa va con "H". La encuesta de la Folha de São Paulo, publicada ésta mañana, da el 3% de los votos a Marina Silva. Heloísa Helena ni siquiera cuenta en la encuesta.

Ya les he comentado alguna vez la composición del parlamento brasileño: un tercio de los diputados son de derechas, un tercio de izquierdas y un tercio de centro, siendo que "de centro" implica votar a quién dé la mejor respuesta a la consabida pregunta "qué hay de lo mío". Si el gobierno Lula ha tenido un pecado capital, ha sido el plegarse a la sempiterna corrupción legislativa brasileña: entre ser honestos y no hacer nada y aliarse con reconocidos corruptos para sacar adelante su legislación, Lula eligió lo segundo. Y, lo que es mejor, ha tenido suficiente mano política para salir ileso de esa connivencia.

El pozo negro de la corrupción brasileña tiene un nombre y se llama el Senado Federal. 81 senadores, tres por cada Estado de la federación, lo que hace que São Paulo, con 40 millones de habitantes, tenga tantos senadores como Roraima, que tiene 395.000. El PT, el partido de Lula, sólo tiene 11 de los 81 senadores. Los otros partidos de izquierda sólo suman 13 senadores más, así que para aprobar cualquier legislación necesita el apoyo del Partido del Movimiento Democrático Brasileño y de sus quince senadores. El PMDB surgió del Movimiento Democrático Brasileño, el partido "opositor" surgido del bipartidismo forzado ideado por la dictadura militar de 1964 a 1985. Tras la redemocratización del país y la muerte de su líder y referente moral e intelectual, Ulysses Guimarães, el PMDB se fue progresivamente vaciando de cualquier ideología o moral, convirtiéndose en lo que es hoy: un agregado de políticos profesionales dispuestos a vender a su madre por una prebenda o, mejor, vender su voto para una prebenda para ellos, o para su madre.

A cambio de su apoyo a Lula, el PMDB normalmente exige la presidencia del Senado. El actual presidente del Senado es el ex-presidente de la República José Sarney. Sarney era - y es - un cacique de provincias, virtual propietario del estado de Maranhão. Durante su presidencia, el territorio de Amapá (un trozo de selva en la desembocadura del Amazonas con meros 600.000 habitantes) fue elevado a la categoría de Estado. Al dejar la presidencia, Sarney se hizo elegir senador por Amapá - y hasta hoy.

Pues bien, se ha descubierto que el Senado ha estado pagando sobresueldos a senadores, familiares y amigos durante años, en decisiones legislativas que, directamente, no se han publicado. Una vez más, se ha desatado la indignación contra el Senado y, una vez más, el presidente ha tenido que salir en defensa de los ladrones que presiden el Poder Legislativo brasileño. Ahora el motivo es otro.

El año que viene hay elecciones presidenciales y, constitucionalmente, Lula no puede presentarse (y no quiere). La candidata de Lula para su sucesión es Dilma Rousseff, la jefa de la Casa Civil (el equivalente al ministerio de la Presidencia). Como ministra de Minas y Energía, Rousseff vigiló la transición de Brasil de importador neto de energía a potencia energética, no sólo en petróleo, pero también en etanol. El problema es que Dilma no tiene peso político por sí sola, y en las encuestas está muy, muy por detrás del gobernador de São Paulo y ex-ministro de Sanidad, José Serra, del PSDB (el partido que representa a la derecha moderada y urbana). Serra se candidató contra Lula en 2002 y perdió por bastante, pero Dilma no es Lula - nadie es Lula - y el mismo Lula lo sabe.

El sistema electoral brasileño hace que si ningún candidato a la presidencia obtiene el 50% de los votos en la primera vuelta, se celebra una segunda quince días más tarde (para desesperación de los brasileños que viven lejos de Madrid, obligados a desplazarse a la capital dos veces). Lo que espera Lula es, por lo menos, meter a Dilma en la segunda vuelta, donde puede poner todo el peso de su popularidad y su prestigio en el asador. Pero para quedar segunda Dilma necesita de todo el apoyo que pueda encontrar, y eso implica utilizar la maquinaria política del PMDB.

Y es por eso que Lula se afana en defender a gente que tendría que estar ya en la calle con un pie en el culo. Y luego me preguntan si pienso volver.

Seguiremos informando.


Banalidades de Agosto (IV)

Domingo por la mañana, tras tres noches seguidas de impenitente gambiterismo, creo que he consumido un total de cinco litros de Coca-Cola en las últimas 72 horas. Como es inevitable, ahora mismo creo tener taquicardias. Que Dios me ayude.

Una de mis perversiones culturales más conocidas entre mis amigos es mi pasión por los posters de conciertos sudamericanos. Quién vive en nuestra acalorada capital y en algún momento ha pasado por lugares como Cuatro Caminos, Legazpi u Oporto habrá tenido la oportunidad de ver éstos carteles: cutres en su factura, pervasivos en su abundancia, divertidísimos en su contenido.

Mi perversión podría decirse que comenzó la noche en que vi un poster de un hombre de cabellos blanquísimos, los ojos achinados y una obesidad considerable, anunciando un concierto del Gran Acordeonista Ciego del Perú. En ese momento se reveló en mi que había una fuente de involuntario humor en esos carteles, humor que tendería a perderse para siempre conforme fuesen sustituidos por sucesivas capas de carteles. Desde entonces, y casi siempre con la ayuda de mi amigo Dani, intento registrar las mejores perlas de éstos carteles.

Fue Dani, por ejemplo, que descubrió al "Rey del Despecho". Hay que entender que en ciertos países, el "despecho", es un género musical en sí mismo: he visto en algunos carteles "música vieja y despecho". También he descubierto que Pachanga es un país lejano, probablemente caribeño: "la mejor música española, latina y pachanguera del momento"

Impagable también son los carteles de la discoteca latina que acaban de abrir en mi pueblo: en una celebración especial del Día de la Madre decidieron incorporar algo que toda madre, en general, desea ver: strippers.

Pero es, naturalmente, en los nombres de los artistas y, sobre todo, en sus apodos, que todo mejora: Luis Miguel "El Impactante"; Dani Peña "El Hombre del Burro"; y el interminable debate sobre si la bachata es una monarquía (El Rey de la Bachata, la Princesa de la Bachata, y así sucesivamente) o una república (el Jefe, el Campeón, etc.)

Mi problema es que nunca llevo la cámara de fotos conmigo cuándo encuentro esas perlas: una inconveniencia que me lleva siempre a posponer ad calendas graecas mi ideado fotolog sobre el tema.

Y, si ahora me permiten, voy a intentar relajarme un poco.

Seguiremos informando.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Qué duro es ser de izquierdas

Mariano Rajoy, en lugar de tener vacaciones, como haría cualquier persona en su posición, decide salir a la palestra a decir que el Gobierno está resucitando la Inquisición contra el Partido Popular.

El chiste, de tan viejo, sale sólo.

La reacción del bigotismo a las sucesivas boutades de doña Mariloli y don Vivonduras viene dada porque, como ya indiqué con anterioridad, el PP ahora mismo es una Organización Sostenida por la Mediocridad; y como tal, existe una necesidad atávica de insistir constantemente en que "somos una piña", necesidad ésta que te obliga a salir de la ducha a deshoras para mostrar tu absoluta e incontestable solidaridad con el penúltimo cuñao del PP de Orense que acaba de decir que los socialistas tienen una irrefrenable tendencia a fornicar con burros.

Uno, que es un tipo letrado y con estudios, se ve tentado a pensar que ésta pirotécnica forma de echar mierda a los demás viene derivada de la estupidez innata de los bigotistas, pero por desgracia, no es así.

Una vez más: al PP lo que le conviene es que la gente no crea en la política en general y en los políticos en particular. Que se desencante de la democracia y de la ciudadanía. Que le de asco abrir las páginas de información política de los periódicos, que cambie de canal cuándo se empieza a hablar de política, que se quede en casa el día de las elecciones.

Y eso es tremendamente fácil. Porque en la mayoría de hogares de nuestro país, esa es la reacción atávica, la educación que se da a los hijos: son todos unos ladrones, no hacen sino chuparnos la sangre, son todos unos gilipollas, etcétera, etcétera.

Porque, al fin y al cabo, siguen insistiendo, la política no tiene por qué existir. Existe el poder, y los que lo ejercen desde siempre y han de seguir ejerciéndolo para siempre. Nada de lo que haga el ciudadano de a pie puede afectar a las decisiones que se toman en las altas esferas. Para los hombres y mujeres de la calle, lo único importante es el pan, el circo y la misa, esos sí, que no falten.

Y es desalentador lo pervasivo que puede llegar a ser ese pensamiento, y lo extendido que está.

Y es por eso que es duro, muy duro, ser de izquierdas.

Es duro porque exige que uno vea más allá de sus propias narices, que sea capaz de obviar sus propias reacciones atávicas por sus ideas.

Es duro porque exige tener una fe en el ser humano que la evidencia empírica no hace sino minar.

Es duro porque te obliga a recibir el insulto de tus adversarios y el desprecio de los desencantados que también lo intentaron y fracasaron.

Es duro porque te obliga a informarte y aprender cosas sobre temas que, "en principio", no tendrían por qué interesarte. Y, al final, cuándo ya sabes más sobre esos temas, te acusan de elitista.

Es duro porque te fuerza a abandonar una confortable carcasa de cinismo egoísta por salir ahí y hacer un esfuerzo para mejorar la vida de completos desconocidos.

Pero si tanta gente, a pesar de tanto esfuerzo y penuria, es de izquierdas, es por una sencilla razón: la gente lo vale.

Vale por la abuelita, o la hija pequeña curada en un hospital público, vale por el hijo de inmigrantes que va a la universidad, vale por el parado que no se queda en la miseria, vale por el muerto menos en la carretera, vale por tantas historias de gente menos triste, o incluso, si se me permite, más feliz.

Es por eso que es necesario insistir en que, a la larga, el trabajo que pueda suponer el creer en el poder taumatúrgico de la política, en la dignidad, en el valor de la política, en que existe gente dispuesta a trabajar por uno y por todos desde y en las instituciones, es no sólo válido, sino directamente bueno.

Y por eso es necesario salir del pozo de barro donde la derecha nos está metiendo; no caer en su juego de competir a ver quién está más podrido; dejarles cocinarse en su propia basura.

Nosotros, como gente de izquierdas que somos, sólo debemos tener un objetivo: mejorar la vida de las personas. Es la dedicación objetiva e integral a ese objetivo lo que nos llevó, nos lleva y nos llevará al poder. Hay que decirlo cuántas veces sea necesario: las elecciones se ganan diciendo lo buenos que somos nosotros, no lo malos que son los demás.

Coño ya.

Seguiremos informando.

viernes, 7 de agosto de 2009

El gordo bueno es el gordo vivo

A veces me siento mal por pasar en casa los viernes por la noche. Vivo en Mordor y tengo mucho sueño atrasado, así que tengo que empaquetarme las ansias de gambiterismo para más tarde, y gracias a mis excelentes amigos y amigas normalmente soy satisfecho.

Pero es que si fuese una persona normal, una persona que ve la tele y va a discotecas a escuchar al Sueño de Morfeo, no me encontraría con cosas como éste artículo de Granma (Abuelita), órgano oficial del Partido Comunista Cubano, que satisface tres vertientes del humor: humor negro, humor asqueroso y humor comunista.

El artículo prácticamente se explica solo, pero procederé a resumirlo para aquellos desencantados del comunismo cubano, a saber, aquellos que escucharon Radio Reloj durante diez minutos y vivieron para contarlo.

Resulta que en el tanatorio de La Habana han estado informando a los parientes de los difuntos con más de 250 libras (léase, alrededor de 120 kilos de peso) que sus seres queridos y ya fallecidos no pueden ser incinerados porque la cantidad de gas necesaria para quemarlos supera la ración ordenada por el Plan de Ahorro Energético.

Ante ésto, la dirección de Servicios Funerarios de La Habana responde que no es por eso; todo lo contrario, porque quemar cadáveres es energéticamente eficiente: sino que es porque el incinerador nuevo se ha usado con tal alegría y descuido que hay que cambiar los ladrillos refractarios, y como sólo hay un incinerador (en toda Cuba), no pueden cambiarse sin parar el servicio.

Y si no hay ladrillos refractarios, al quemar a un gordo las mantecas del difunto van directamente a la superficie caliente. ¿Saben lo que pasa si echan aceite caliente a la plancha, no? Pues para evitar que el Tanatorio se incendie y ya no haya incinerados, ni gordos ni delgados, si su difunto está obeso, pues a hacerse un ataúd más grande y al hoyo, que hay prisa.

El resto del artículo es una sucesión de despropósitos de burocracias fúnebres varias, que no procederé a explicar por pudor. Quién pensaba que Guantanamera era una película simbólica, se equivoca: real como la vida misma, señora.

Seguiremos informando.

jueves, 6 de agosto de 2009

El malvado oficial de Hugo-go

Me provoca tanta vicisitud hablar del PP, que mejor me concentraré en política exterior; si no, tiraré el ordenador por la ventana. Y no es mi ordenador, así que mejor no.

Cuándo George W. Bush salió por el lateral del Capitolio en enero pasado, hizo más que dejar de ser el peor presidente de los Estados Unidos desde Warren G. Harding (créanme, al menos Bush hizo algo): dejó a miles de líderes populistas de todo el mundo sin ogro con el que asustar a los niños. Obama, por mucho que los republicanos intenten hacerle pasar como un mostro (sic, el Gentleman me entenderá) extranjero, comunista y negro, digamos que no causa la misma indignación y repulsa que Dubya. En consecuencia, ha sido necesario para gentes de toda clase y condición crearse un bicho nuevo que traerá el mal a sus casas y a sus familias. Y para el famoso presentador de televisión Hugo Chávez Frías, que, por un casual, también es presidente de Venezuela, no ha hecho falta esperar mucho ni irse muy lejos: el nuevo enemigo con olor a azufre es el presidente colombiano, Álvaro Uribe.

Antes de nada: El País ya ha dejado de ser, definitivamente, una fuente fiable de informaciones sobre Venezuela. Es una de las consecuencias de la integración vertical de las empresas del grupo Prisa: dado que a Hugo-go no se le ha ocurrido mejor idea que confiscarle las radios a los Polanquitos, está prohibido hablar del Bolivariano Líder salvo para llamarle de cretino pa'bajo.

Todo ésto viene porque Uribe ha subido las apuestas en su lucha con Chile para ver quién es el Lamebotas Oficial de Estados Unidos en Sudamérica. Lo último son las ocho bases (cinco terrestres, tres navales) que los Estados Unidos piensan instalar en Colombia. La excusa oficial, naturalmente, es la lucha contra la droja, pero Venezuela piensa (y no sin razón) que la cosa va con ellos y, como el presidente Chávez nunca ha tenido la boca chica, lanza órdagos a diario de una posible guerra con Colombia.

El presidente Uribe, por su lado, siempre contento de poder aparecer como el Salvador de Colombia frente a la amenaza roja (y hacer inevitable la reforma constitucional que le perpetúe en el cargo) acusa a Chávez de armar a las FARC (regalándoles pepinos como los que muestra el Hugo en las fotos) y que si quiere guerra, la tendrá.

Y el resto de países sudamericanos, con Brasil a la cabeza, intenta parar la instalación de bases americanas. Primero, por principios ideológicos: a ninguno de ellos le ha hecho gracia lo de que haya bases yanquis en suelo sudamericano. Segundo, y bastante más importante, por motivos terriblemente prácticos: son perfectamente conscientes que con dos populistas belicistas al mando, uno de izquierdas y otro de derechas, Colombia y Venezuela entrarán en guerra en algún momento de los próximos dos o tres años. Y saben que si el tiroteo pilla a un yanqui, aunque sea uno, por banda, eso deja de ser una sucesión de escaramuzas donde hay más propaganda que muertos para convertirse en un conflicto a escala regional que Dios sabe a dónde puede parar.

Y, sobre todo para Brasil, es un nuevo ejercicio para probar sus músculos diplomáticos. El ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, es un señor épicamente feo pero que, demostradamente, es un negociador excepcional (y uno de los pocos, si no el único, ministro de Lula que conserva el cargo desde el primer día de gobierno) que ha llevado a Brasil, por fin, al grado de influencia internacional que uno esperaría de su tamaño e importancia.

Sabiduría y cabeza fría, señores: si no, se arma la gorda.

Seguiremos informando.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Vladimir, el épico

La constitución rusa da amplios poderes al Presidente de la Federación; es así desde que durante la crisis constitucional de 1993, de la que nadie se acuerda, el Parlamento ruso fuese convencido por el presidente Yeltsin que lo que realmente necesitaba Rusia era tener un jefe de estado fuerte y no una democracia parlamentaria y representativa como en Occidente. ¿Y como se convencieron de ello? Bueno, creo que fue por el poder de sus argumentos. Entre ellos, la 4ª División de Guardias Blindados "Kantemirov"

Así pues, desde aquél día, el primer ministro de la Federación Rusa es un figurín de trapo cuyas funciones son prácticamente nulas.

La excepción, es, naturalmente, Vladimir Vladimirovich Putin. Resulta que cuándo él ascendió al cargo de Primer Ministro, el Presidente de la Federación, bueno, no estaba. O sí estaba, pero cuándo no estaba enfermo estaba borracho. Sí, fue ese periodo de la historia rusa que dió para tantos libros de Tom Clancy y Ken Follett: todos nos esperábamos el momento en el que Yeltsin se dejaría el botón nuclear en el coche y todos moriríamos, de alguna forma u otra.

Con los chechenos ganando (quicir) la guerra y Yeltsin en sopor, Vladimir Vladimirovich tomó el vacío de poder - y de gris burócrata desconocido por casi todos pasó a Presidente y Líder Maligno en poquísimo tiempo.

Pero su tiempo como presidente acabó, y en una gloriosa pirueta político-legislativa, se hizo nombrar Primer Ministro por el nuevo presidente Medvedev. Ahora es el nuevo Presidente el que tiene que ir a cumbres internacionales, llevar la administración, gobernar el país. Mientras, Vlad hace lo que Vlad hace mejor: ¡populismo!


Sí, amigos, Vladimir Vladimirovich se está tomando su mandato como Portavoz del Gobierno (es el título oficial) como unas vacaciones prolongadas en las que hace judo, viaja en batiscafo, monta a caballo, y demuestra a los rusos (y al resto del mundo) lo fuerte que es y lo bien que volverá al Kremlin cuándo Medvedev se canse de lo suyo.

Seguiremos informando.

martes, 4 de agosto de 2009

Meme musical (éste de agosto)

Una perfecta desconocida me incentiva a seguir un meme que ha hecho público en su Facebook, y como soy así de estúpido le hago caso. Que después no diga que no avisé.

La idea es pillar el MP3 portátil de cada cuál, darle al botón de "Al Azar" y anotar las 25 canciones que salgan. La idea es mostrar lo mejor y lo peor de los gustos musicales de cada cuál, y por Dios que es un método cruel y malvado. Como siempre, no puedo pasar sin comentar los resultados (más que nada para tener una buena excusa) y dar gracias a Ahuramazda que no salió "No hay patria sin ti" por el Ensemble Electrónico Pochonbo (ideal para cantar en la ducha)

1. Talking Heads - Once in a Lifetime
Hombre, empezamos en quinta: con David Byrne y coristas a juego cantando en modo perturbado lo que viene a ser una sátira al consumismo desenfrenado, es una puta locura, pero a mí me divierte.
2. Def Con Dos - Sigo Siendo Heterosexual
La culpa aquí de ésto la tiene el Mech; de tanto canturreármela me la acabó pegando, me la acabé bajando y en el MP3 que la tengo. Divertidísima.
3. Milton Nascimento - Saídas e Bandeiras Nº 1
Si hay un disco que recomiendo encarecidamente a todo el mundo, son los dos discos dobles de "Clube da Esquina". Un movimiento musical irrepetible que a mí me encanta por encima de casi todo lo demás, ha influenciado a toneladas de otros músicos, más fuera que dentro de Brasil.
4. R.E.M. - Fireplace
A mí siempre me han gustado las canciones que tienen la cualidad que los americanos llaman anthemic; canciones que te acaban levantando de la silla. Ésta no es que sea la mejor, pero me gusta: al MP3 que va.
5. Queen - Princes of the Universe
Aquí permítanme fusilar a Vicisitud y Sordidez y explicarlo de forma simple y definitiva: ¡¡¡¡ÉPICA!!!!
6. R.E.M. - Hollow Man
Como ésta canción fue single y Living Well is the Best Revenge no es uno de los misterios más extraños del último año musical. Después se quejan que R.E.M. no sale en la radio.
7. Pablo Milanés (con Víctor Manuel) - De que callada manera
Entre mis fetiches románticos están los amoríos en los que la pareja se trata de usted. (Después me preguntan por qué me gustaba tanto Doctor en Alaska) Obviemos al insufrible de Víctor Manuel: ¡es Nicolás Guillén, copón!
8. Salif Keita - Africa
¡Lléveme de viaje, señor Keita!
9. Dolly Parton - Jolene
¿Quéeeeee? Pues sí, tenemos al busto más famoso de América entre las canciones de mi MP3; no es precisamente por su busto (si al menos se pudiese oír...) pero porque este tema me hace gracia. Y dentro de lo que es el country de baratillo, es tolerable.
10. R.E.M. - Feeling Gravitys Pull
Es rara. Muy rara. Rarérrima. Quizás por eso me gusta.
11. The Replacements - Here Comes A Regular
La canción más deprimente de la historia. Punto. Es terrible. Está pensada para cantarla borracho y llorando. ¿Por qué la tengo? Porque soy un asténico.
12. Orishas - A lo cubano
Es hip hop, es cubano, es francés... es divertido. Ahí está.
13. Bruce Springsteen - Born to Run
¡Épica otra vez! La canción oficial del estado de Nueva Jersey (habla mucho del estado de Nueva Jersey que su canción oficial vaya sobre irse de Nueva Jersey y no volver jamás) es uno de éstos temas que me hacen sacudir los brazos como un epiléptico mientras espero al tren. Así que si ven a un tipo haciendo movimientos épicos en plena estación de Méndez Álvaro no teman: soy yo.
14. Jimmy Walker - Swamp Country
Horrible tema en todos los aspectos que conseguí en una interesante sesión de espiritismo musical a la que fui invitado por el Gentleman. La tengo más por su valor frikoso que por otra cosa.
15. Maria Bethânia - Viramundo
Épica comunistoide de labios de la hermana de Caetano Veloso. ¡Por el futuro! ¡Viva!
16. Bob Dylan - The Times There Are A-Changin'
La canción protesta entre las canciones protesta. Amigo Bob, los tiempos siempre están cambiando.
17. Milton Nascimento - A Sede do Peixe
Está visto que hay mala suerte: uno de los más flojos de "Clube da Esquina Vol. 2" sin dejar por ello de ser igualmente bueno. Imagínense el resto.
18. Dorival Caymmi - Maracangalha
Música brasileña de la de toda la vida. Caymmi es Dios para nueve de cada diez músicos brasileños - por algo será.
19. Robert Plant & Alison Krauss - Through the Morning, Through the Night
Raising Sand es un disco excelente y éste uno de mis temas favoritos. Triste como el demonio, pero uno de mis favoritos.
20. Simone - Meu namorado
El sueño artístico más grande que tengo consiste en ganar la lotería y convencer a Chico Buarque, Edu Lobo, Guy Laliberté y a quién quiera que sea alcalde de Madrid en ese momento, para que me dejen montar O Grande Circo Místico en el Price con alguna troupe en prácticas del Cirque du Soleil. Estoy enamorado de ese disco desde mi más tierna infancia. Ana Belén se atrevió a grabar algunos temas: si los ven, quémenlos. Y, ya de paso, quémenla a ella también.
21. Tim Maia - A Bela e a Fera
Otra de O Grande Circo Místico; estamos de suerte. Tim Maia, desgraciadamente ya fallecido, era el Barry White brasileño: grande, gordo, con voz grave y romántica; Tim Maia, por otra parte, era infinitamente más divertido. En éste tema hace del forzudo del circo - declarando su amor a su amada...a su manera.
22. Legião Urbana - Faroeste Caboclo
El título de la canción es "Peli del Oeste Brasileña" y muestra por qué la Legião era un grupo de rock diferente. Nueve minutos de canción, 156 versos distintos (de los cuáles sólo uno se repite, tres veces seguidas) que nos llevan a la vida y a la historia de João de Santo Cristo, carpintero de Brasilia, su archirrival, su amada...y hasta su amigo indio. Lo han adivinado: épica.
23. Elton John - Tiny Dancer
Sí, vale, soy un blandengue.
24. Os Originais do Samba - As Mariposa
¡Samba!
25. The Beach Boys - Good Vibrations
El otro día escuchaba el "Pet Sounds" de los Beach Boys, y llegaba a la conclusión de que, mientras era (y soy) perfectamente capaz de entender que Brian Wilson es un genio capaz de innovar en música pop como poca gente lo hizo antes y lo hará después...es que SON unos niñatos pijos de California!

Hale, ha sido un placer.

Seguiremos informando.

Banalidades de Agosto (II)

Quién vive en nuestra agostada metrópoli no ha tenido más remedio alguna vez que echarle una ojeada a Canal Metro Madrid, ese invento destinado a torturar la vida de los transeúntes capitalinos cumpliendo una doble función: llenar su vida de aún más anuncios y servir de trompeteante propaganda a la Condesa Cardada y sus secuaces.

Si no lo han visto nunca, les explico: básicamente consta de espacios de alrededor de quince minutos en los que, al igual que en los noticieros comunistas, la estructura es fija e inmutable: primero meterse con el Gobierno, luego Espe inaugurando algo, luego los consejeros amigos de Espe inaugurando más cosas, para concluir con un metralleo de sucesos, comprados a agencias noticiosas varias por cuatro duros, y con el entrenamiento del Madrid.

Si uno tiene un libro a mano, es fácil esquivar la mirada, pero como, hélas, ésta tarde no era mi caso, me quedé viendo los sucesos un rato.

Y me quedé fascinado con una nota sobre la plaga de conejos que invade la provincia de Toledo (o al menos eso dice el noticiero, que también dijo antes que Camps era inocente, así que imagínense la fiabilidad) y una manifestación de rústicos frente a la puerta de la consejería responsable del asunto. Por un lado estaban los agricultores y, por otro, los cazadores, gente que está dispuesta a acabar con la plaga de conejos a escopetazos, pero que, por desgracia, se enfrentaba con la hostilidad del malvado gobierno socialista, que cada vez les acota más los terrenos de caza.

El grand finale fue un racial Elmer Fudd que dijo la que, para mí, ya es la candidata a Frase del Mes: "Por ejemplo, en las autovías hay conejos a paladas, pero como es un área de seguridad, no se puede cazar."

Coño, qué malvados, que no permiten sacar la escopeta en las autovías. Si Charlton Heston los viese.

Seguiremos informando.

lunes, 3 de agosto de 2009

Pizza de paella

De donde yo vengo, el noble y rico estado de São Paulo, surgió una expresión que se ha extendido a prácticamente todo Brasil. Deriva ésta expresión de la gigantesca comunidad italiana, con sus casi 25 millones de hijos (entre los cuáles me incluyo, como prueba el romagnuolo Morini entre mis apellidos).

Esa expresión es terminar em pizza.

Imaginémonos a un grupo de gente en una discusión seria. Hay recriminaciones, gritos, amenazas de violencia. Pero, de repente, llega la paz. Donde había disputas, ya no las hay. Los amigos vuelven a serlo, hay alegría y camaradería. Pues qué mejor manera de celebrarlo que en una pizzería, alrededor de cervezas y una pizza bien grande.

En Brasil, la expresión terminar em pizza se aplica a todos los casos de corrupción investigados y juzgados y que, finalmente, terminan en falso, o lo que es peor, en una alegre camaradería entre acusadores y acusados: todo el mundo, al salir del juzgado, se va a tomar una pizza de jamón, escarola y catupiry, regada con abundante cerveza, naturalmente. El único que se queda con cara de culo, como no, es el pueblo soberano, que ha visto, una vez más, como se burlan de él en su cara.

Los brasileños ya se toman con terrible resignación el hecho indiscutible de que la inmensa mayoría de los casos de corrupción que se juzgan, y más aún los que se investigan, acabarán en pizza.

Y visto como el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana acaba de inaugurar una nueva especialidad, la pizza con paella y fartons, sólo podemos esperar, o más bien, rezar, para que los valencianos hagan que la pizza y sus complementos se le atraganten al señor Camps, a su amiguito del alma y demás caterva de secuaces.

En ello residen nuestras esperanzas.

Seguiremos informando.

Banalidades de Agosto (I)

He llegado a la oficina maldiciendo como un pescadero, dado que Renfe Operadora, esa empresa creada para darle un impulso empresarial a los ferrocarriles españoles, ha suspendido durante las obras del Túnel de la Risa (la infraestructura que fue la niña de los ojos de don Indalecio Prieto) el Civis de las 7:06 que es el que cojo a diario para ir a trabajar. Y, como es habitual en Renfe Operadora, no hay forma de informarse de la suspensión salvo que uno se deje los ojos en un papel mal fotocopiado que hay colgado de la ventanilla de la taquilla.

No estoy de vacaciones. Seguiremos informando.