Aprovechando que en São Vicente el miércoles es el día del espectador y las entradas salen por 7 reales y cincuenta (3,10 euros, al cambio) me fui al cine con mi adorable abuelita (sí, soy de los que van al cine con la abuela, qué pasa) para ver Avatar en 3D.
Y, en efecto, la película fue todo lo que me esperaba: una exhuberancia impecable de efectos visuales y técnicos, que justifican el dinero invertido, con un argumento más viejo que el cagar sentado y varios momentos WTF (una carga de caballería? Por muy toñas que sea el pobre onvre, no ha oído nunca hablar de Polonia?)
En fin, la ceremonia de los Oscar que vi el domingo, aprovechando que estoy de vacaciones, me dejó curioso por ver Malditos Bastardos. Ya la veré, cuándo vuelva.
Seguiremos informando.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo.
La carga de caballeria me dijo mi hermana: Es como la de los Rohirrim contra los elefantes en El Retorno del Rey, ¿por qué coño no flanquean? (la pobre, tantos años ami lado ya es friki, qué le vamos a hacer).
Por otro lado, es tan jodidamente alucinante que, para ser la primera parte (¿acaso esperábais que se quedara ahí la cosa?) no está mal. Esperemos que las siguientes sirvan para contar una historia algo más original (aunque ya dijimos este de La Amenaza Fantasama y la cosa no hizo mas que ir a peor). No pierdo la esperanza de que esos efectos tan chulos se usen como vehículo para algo con guion.
(la palabra a verificar es culable, ¿existirá? si no es así debería.)
Publicar un comentario