No creo en cosas que no puedo tocar. No creo, por ejemplo, en Luiza Brunet. (Luiz Fernando Veríssimo)
Le llueve escarnio por todos lados a nuestro presidente del Gobierno, en una escena que ya viene siendo habitual. El motivo es que el presidente Obama le ha citado para acudir a Washington - supongo que por la presidencia europea - el próximo día 4, y como el día 4 resulta que es el primer jueves de Febrero, al bueno de ZP le va a tocar ir al Desayuno Nacional de Oración. De hecho, no sólo le toca ir: le toca hablar.
Con lo cuál el presidente se ve inmerso una vez más en el debate de todas las mañanas: ¿se puede ser, al mismo tiempo, religioso y de izquierdas? Ante ésta pregunta, mucha gente (entre los que se encuentran dedicados lectores de mi blog) responden con un conciso y decisivo "NO. ¿Alguna pregunta más?" Es de éstos ciudadanos de quienes surgen las críticas más feroces al presidente; luego está la überderecha, pero esa pondría a caldo a Jesucristo si bajase a la tierra a anunciar a Zapatero como su sucesor.
Como pueden imaginarse, mi opinión es (ligeramente) más ponderada. Como marxista, mi actitud hacia la religión es la que tengo hacia cualquier otra droga: Yo de eso no gasto ni me apetece, pero respeto plenamente a quién lo hace; al fin y al cabo, cada cuál tiene su mente y se la folla como quiere.
La necesidad de un Dios (o de varios) para determinadas personas surge del hecho incontestable de que el Universo es complicado y los seres humanos tendemos a ser insistentemente finalistas, es decir, que estamos intentando siempre encontrarle un motivo a todo. Y no todos tienen ganas de asumir que lo que no puede (por ahora) explicar la razón y la ciencia es mero y puro azar: necesitan motivos, y si no los tienen, se los inventan.
¿En qué manera eso es compatible con ser de izquierdas?
Mi definición de "ser de izquierdas", por si no lo sabían, implica el desear activamente, lo que implica trabajar por, el progreso material e intelectual de la humanidad a través del progreso material e intelectual del mayor número de personas posible.
La clave aquí está en "progreso material e intelectual": dentro de ésta idea, el progreso intelectual de la Humanidad nos ha de llevar a un punto en que nada quede sin una explicación racional-científica; en ese estadio, todo lo que ocurre en nuestro Universo sería "natural", y no habría espacio para lo "sobrenatural". Es decir, que ser de izquierdas implica buscar activamente que la idea de Dios sea innecesaria: implica el asumir que Dios es una respuesta parcial y transitoria para preguntas para las cuáles aún no tenemos respuesta definitiva. Obviamente, esa definición obliga a ponerle unas comillas a "Dios" del tamaño de un camión-trailer.
Y con ésta tenemos la definición ortodoxa. El problema de la ortodoxia es que uno no hace demasiados amigos con ella, y entramos aquí en la primera disyuntiva de la izquierda ever: ¿progresamos más siendo pocos pero tremendamente avanzados, o muchos relativamente avanzados?" Como ustedes saben, y me lanzan patatas a la cabeza por ello, yo soy más de la segunda opción.
En consecuencia, creo que sí, que una persona de izquierdas puede creer en Dios. Pueden tirarme las patatas ahora.
Pero ese "Dios a la izquierda" debe de tener un ámbito meramente sobrenatural. Uno no puede creer en que si algo ocurre (pobreza, enfermedad, destrucción) es por "la voluntad de Dios". Esa respuesta, tan rápida y fácil ella, impide buscar una respuesta racional - y en consecuencia, una solución. Igualmente Dios no puede ser excusa para mantener tabúes que coartan las libertades, tanto individuales como colectivas.
Por lo que si usted tiene la mala suerte de practicar una religión - algo que quita lo bueno que tiene Dios con respecto al resto de drojas, que por lo menos es gratis - si, al menos teóricamente, su Dios le obliga a mantener esos tabúes y coartar libertades, propias o ajenas, su obligación, como persona de izquierdas, es, por lo menos, pasar olímpicamente de las regulaciones de su religión y únicamente participar en sus rituales como hipócrita de libro. Así hago yo cuándo voy a ojear a las jamelgas americanas de reojo en el culto de Navidad de la iglesia de mis padres.
Pero hacer eso es como meterse jaco solo de cuándo en cuándo: o uno se vuelve un yonqui (y empieza a ir a las manifas del Arzobispado) o toma la actitud sensata y deja eso de una vez por todas.
¿Y ZP? Yanquilandia es un mundo distinto: cuándo la formación del nuevo Estado americano puso lado a lado a las infinitas subsectas del protestantismo (y algunos católicos en Maryland) los americanos inventaron ese divertido sistema llamado "non-denominational" que es asumir que todos los presentes creen en Dios y en su hijo Jesús, aunque no sea así. Es una componenda que funciona bastante bien - y si el presidente ha de ser hipócrita un rato, mejor rodeado de reverendos que en otra parte donde pueda hacer más daño.
Seguiremos informando.
5 comentarios:
Una pregunta: ¿No crees que los palos que le están cayendo son porque da la impresión de que esto es otra oportunidad de salir en uan foto con Obama? ¿No puede ser que, aunque subyazca la cuestión "religioso y de izquierdas", que lo que llama la atención es que el laicismo con el que se comporta en general se diluye ante la llamada del amigo Barak? Porque es lo que a mi me parece.
En cuanto al tema del post, totalmente de acuerdo, cuando podamos explicar todo mataremos a dios definitivamente. Otra cuestión es que podamos o debamos explicar todo.
Hombre, ZP visita a Obama para hablar de sus cosas: que le haga ir al desayuno de marras queda definitivamente feo, pero ¿no quedaría aún más feo decirle que no?
Sobre el desayuno de ZP, la verdad es que ando tan desconectada que no me voy a meter en ello. De todas formas lo que me llama la atención es que se critique tantísimo a los políticos/as cuando van a Roma y hacen como los romanos. Es decir, cuando intentan decir unas palabras en un idioma que no es el suyo (salvo si es en inglés, que se asume que es una necesidad) o participar en las costumbres del lugar donde se les ha invitado. Estaría bonito que a Obama se le invitara a la boda del Príncipe y se saliera a fumar un cigarro durante la misa porque él no es católico? Pues no. En este caso, si por la razón que sea decides aceptar una invitación para hablar de cuestiones de Estado te adaptas, y punto.
Sobre el tema de la religión estoy de acuerdo contigo: se puede ser de izquierdas y religioso a la vez, claro que sí. De hecho creo que es un problema que la izquierda le tenga tanta alergia a la religión, porque sin ella no se puede entender por qué la gente y las sociedades se comportan de la manera que lo hacen -- y se pierden muchas oportunidades para avanzar el binestar de los ciudadanos, que es de lo que se trata. La religión es una forma de dominación tanto como una forma de organización social con sus potencialidades. Los políticos más que nadie deberían tener las antenas puestas en este tema.
Digo yo ... :o)
PD Algún día aprenderé a hacer comentarios breves. Aún falta para eso ... sorry!
Igual es que me en los 3 años que fui a colegio de curas me ablandé, pero, a pesar de mi ateísmo, a mi me enternecen los curas de la Teología de la Liberación (si queda alguno). Y veías La Misión y daban ganas matar portugueses en nombre del Señor. Cuando se mueran los anti-conciliares de Roma la cosa ha de cambiar y entonces espero que no seamos tan ingenuos como cuando en la
transición dejamos adueñarse a la derecha del patriotismo.
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