lunes, 4 de enero de 2010

Y ahora, Yemen

A quién haya leído "Dune" le sonará ésta historia. Tiene que ver con un desierto impenitente, la lucha por el agua, un choque de culturas y una misteriosa droja nativa, y ahora es noticia. Bienvenidos a Yemen.

La República de Yemen está culturalmente dividida en dos: El sur del país, con capital en Adén, fue colonia británica (el Protectorado de Adén), con lo cuál siempre ha estado más abierto a las influencias extranjeras; de hecho, durante casi veinticinco años, llegó a ser el único país árabe y comunista. El Yemen del norte, a su vez, era la parte más lejana y remota del Imperio otomano, y, como tal, no tenía un gobierno propiamente dicho, sino un conglomerado de tribus (no diré "a lo Lawrence de Arabia" porque era LO de Lawrence de Arabia) cuyo poder llegaba todo lo lejos que le permitiesen sus caballos y sus Enfield. El norte, más grande y poblado, siempre ha ambicionado controlar Adén y su rico comercio, y cuándo en 1990 el sur perdió a sus amiguitos soviéticos, la anexión fue un hecho incontestable, con lo que Yemen pasó a ser de un atrasado conglomerado de tribus a un atrasado conglomerado de tribus un 50% más grande. Obviamente a los del sur ésto no les hace ni pugnetera gracia y, cuándo pueden, se sublevan (la última vez, el año pasado)

Pero al contrario que en los demás conglomerados de tribus que se hacen llamar países en la Península Arábiga, en Yemen ninguna tribu se ha hecho lo suficientemente fuerte para hacerse con la hegemonía y establecer una monarquía absoluta al estilo de sus convecinos, Arabia Saudí y Omán. En consecuencia, tenemos numerosas familias, todas con una inconmensurable ambición de poder, y todas con armas. Bajo éstas circunstancias, y visto que el Yemen del norte siempre ha sido la región más atrasada, y, en consecuencia, más religiosamente fanática, del mundo árabe en general - háganse a la idea - es natural que si alguien que se haga llamar Al-Qaeda ofrece a alguna de éstas familias ayuda ésta no sólo no sea rechazada sino cariñosamente acogida.

Sumemos a la ecuación una planta de la familia de las Celastráceas, Catha edulis, popularmente conocida como qat. El qat es una planta cuyos tallos y hojas frescas son una fuente natural de catinona, cuyos efectos son similares, aunque a una escala ligeramente menor, que las anfetaminas. Para el yemení de a pie el qat tiene dos ventajas fundamentales: primero, produce una acusada reducción del apetito, lo cuál viene bien para no tener que preocuparse con cosas mundanas como el comer; y segundo, el Islam no establece ninguna restricción para su consumo. El qat no es muy popular como droja exportable porque resiste mal el transporte (al secarse las hojas se pierde la catinona) pero en Yemen - y, del otro lado del Mar Rojo, en Etiopía, Eritrea, Somalia y Yibuti, donde es vicio nacional - es extremadamente popular. Los yemeníes mascan qat como en otros sitios se toma café o se fuma tabaco, y el consumo no hace sino aumentar.

El aumento del consumo y las posibilidades de exportación que ofrece el abaratamiento del transporte aéreo - que permite exportar qat a Londres o París, donde se paga bastante mejor que en Yemen - han provocado una explosión en la producción de qat. El problema viene de que cultivar qat, como buena planta tropical, conlleva el uso de muchísima agua - agua que Yemen no tiene. Se calcula que el 40% del agua de riego yemení va a las plantaciones de qat; y el cultivo en los últimos años se ha producido con tan indiscriminado entusiasmo que se ha conseguido agotar el acuífero sobre el que reside la capital del país, con una población alrededor de los dos millones y medio de personas.

No creo que haga falta que les explique cuántos terroristas potenciales hay entre dos millones y medio de yemeníes sedientos, hambrientos y puestos hasta las cejas de una simpática anfeta vegetal.

A éste bonito polvorín sólo le faltaba la pugna ancestral del islam y aquí está. En el siglo IX, una familia, los Zaydíes, justo en la frontera con Arabia Saudí, se habían autoproclamado descendientes del Profeta y establecido un emirato chií - fronterizo con Arabia Saudí, el país más suní del Islam. En 1962 una guerra civil dio para el pelo a los Zaydíes, pero han vuelto, y como siempre que hay chíies involucrados, los sospechosos habituales, Irán a través de Hezbolá, aparecen por cerca. Naturalmente, los saudíes, poco dispuestos a tener un estado chií incitando a la rebelión en su frontera más frágil - la meridional - partieron al ataque, y tras una serie de escaramuzas en las que se demostró que un ejército como el saudí no puede con unos gañanes con Kalashnikovs (tampoco ayuda nombrar a la oficialidad entre los miembros de la familia del sultán) los saudíes han decidido llamar a Papá Oso para que se haga cargo del sarao.

Como ven, tenemos aquí una fiesta de la espuma de lo más cachondo donde se juntan al-Qaeda, los saudíes, los iraníes, los americanos, el qat y el agua potable.

Seguiremos informando. Si podemos.

2 comentarios:

Miguel dijo...

Muy buena forma de empezar el año, sí señor, con dos artículos soberbios.

Con Yemen, visto que es una especie de rectángulo alargado según el eje Este-Oeste, siempre he tenido dificultades para saber qué parte era "Yemen del Sur" frente a sus enemigos del norte... Al ver el mapa, y en qué esquina están todas las ciudades y carretera, queda mucho más claro.

Supongo que habrás leído el artículo del War Nerd sobre Yemen (enlace: http://exiledonline.com/the-war-nerd-looks-at-yemen-an-exile-classic/). Aunque no menciona el qat (cosa que sí hace cuando escribe sobre Somalia), sí es una bonita descripción de esa especie de paraíso tropical, tan lleno de buenas gentes.

un saludo, y ¡que el 2010 te sea propicio!

CardinalXiminez dijo...

Pues había oído hablar del War Nerd pero nunca le había leído, y, don Miguel, gracias por el soplo: he encontrado a un señor en California que los mismos tarados gustos y el mismo retorcido sentido del humor que yo. Fantástico.