lunes, 30 de junio de 2008

Tres artículos fumboleros

Artículo uno: El fúmbo transcendental

Hay una cierta prevención en la intelligentsia (es decir, en la izquierda intelectualizada) española hacia los deportes colectivos en general y hacia el fúmbo en particular. Consideramos los deportes de masas como versión modernizada del panem et circenses, opio del pueblo para las masas amorfas.

Ésta opinión, naturalmente, no es exclusiva de nuestro país, pero en nuestro hermoso solar patrio éstas precauciones respecto al fúmbo se acentúan cuándo se trata de la selección española. Y ésto es, por supuesto, por la gran tragedia que supone la apropiación de la simbología nacional (incluida, naturalmente, la palabra "nacional") por parte de la derecha española, apropiación de la cuál ya hablé en algún momento.

Naturalmente sé que el fúmbo es hogar y cobijo para gente poco saludable, tipo Ultras Sur. Igualmente soy plenamente consciente de que el patrioterismo nacional se va a envolver en el tibio calor de la bandera para sus propios y claros objetivos políticos. No tardaremos en ver a Esperanza Aguirre subirse al carro con camiseta y todo. Y si no, vean ésta tarde.

Pero el fútbol es más grande que todo eso y que todos esos. Obviemos a la Federación Española de Fútbol y a su caterva de chupabotes, obviemos la insistencia martilleante del grupo Prisa por sacar todo el dinero posible de la Eurocopa, obviemos los editoriales de El Mundo proclamando que la selección hace grande a España y ridículo a Ibarretxe, y centrémonos en el simple juego, ese rectángulo verde sobre el que giran todas las pasiones, altas o bajas, gloriosas o terribles: fuerza física y habilidad, honestidad y malicia, justicia e injusticia, belleza y horror, alegría y dolor, todo junto, todo al mismo tiempo.

Esa es una lección que se puede aprender del lugar más improbable: Argentina. El fútbol argentino es más violento que el nuestro, más corrupto que el nuestro, más políticamente utilizado que el nuestro (remember Argentina '78) pero, sin embargo, los argentinos, indistinta la orientación política o clase social, son prácticamente unánimes en su amor al deporte. Es más: en ningún otro sitio se ha escrito sobre fútbol tanto y tan bien. Quizás sea porque los argentinos han ganado más cosas, pero oye, a lo mejor les alcanzamos.

Artículo dos: Sección prensa deportiva

Los alemanes han jugado mal de pelotas: Ballack no quería forzar la máquina y se dedicó a: a) pegar a lo que se le moviese cerca, b) quejarse al árbitro. Schweinsteiger, definitivamente, el más peligroso, aunque eso no quiso decir mucho; en todo caso, un partido bastante angustioso, porque, como contra Italia, un partido contra Alemania sólo puede darse por acabado cuando el utillero guarda el último balón.

Y la selección española jugó un partido bastante a su estilo; conservar el balón en los pies (aunque Casillas recurrió al patadón más de lo que se esperaba) articular jugadas de ataque, montar contragolpes importantes y no perder la bola en la línea de atrás.

Para mí, destacados durante toda la Eurocopa: Casillas, la última línea de defensa y un seguro de vida para la selección; Marcos Senna, que sujetó todo lo que pudo y, lo que no pudo, fue tras él (además de demostrar que España necesita brasileños); Xavi, que probó que en el fútbol, al contrario que en los toros, la expresión pegapases es positiva; y Villa, que vino con la hercúlea tarea de que los españoles se olvidasen de Raúl y, en gran medida, lo logró.

Y, como no, Luis Aragonés, que ha demostrado ser todo un onvre, decidido a montar un equipo de fútbol, sin divismos y sin vergüenza: sacar a Torres de la final tras haber marcado un gol es señal de valor importante.

Artículo tres: Las selecciones autonómicas

Nuestra conturbada política como-que-casi-tal-que-federalista, como no podía ser de otra manera, ha tenido lugar en ésta Eurocopa, cuándo los sectores más trabucaires de los respectivos nacionalismos regionalistas han vuelto a dar la barrila con lo de las selecciones autonómicas.

Como siempre en éstos casos, la pugna política se empeña en negar la mayor (desafío al Estado, y tal y cuál) y obvia el mayor argumento en contra de las selecciones autonómicas: el meramente deportivo.

El caso histórico, y el ejemplo para los nacionalistas, es el de las selecciones británicas: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Consideran que si Escocia puede jugar un Mundial, por qué no Cataluña o Euskadi. Problema con el hermoso argumento: Escocia rara vez juega un Mundial, lo que frustra a no pocos jugadores escoceses. Dos de los mejores jugadores británicos de todos los tiempos no jugaron un Mundial o una Eurocopa en la vida: George Best, norirlandés, y Ryan Giggs, galés.

En un mundo deportivo global, con cada vez más equipos nacionales de nivel competitivo, las selecciones británicas, por separado, cada vez pierden más pie. Hace veinte años quizás sólo los franceses tosían en rugby a las selecciones británicas; hoy día, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica e incluso Argentina se atreven con las vacas sagradas.

La existencia de selecciones catalanas (por ejemplo) convertirían a Catalunya en una potencia en hockey sobre patines (que ni olímpico es, fundamentalmente porque sólo se practica aquí) y un desastre (a distintos niveles) en todo lo demás. Los futbolistas catalanes dejarían de jugar en una selección competitiva a nivel internacional y pasarían a jugar en una selección que encontraría un triunfo en ganar a Armenia de vez en cuándo. Lo mismo en el baloncesto, en el balonmano, en los deportes de equipo en general; en los talentos individuales las cosas estarían más igualadas, pero queda ver si la Generalitat sería capaz de financiar un programa deportivo de élite.

Igualmente a nivel profesional las cosas irían a peor. ¿Podría el Barça fichar a las superestrellas que ficha hoy con el dinero que le daría un campeonato catalán? ¿Estarían interesadas esas superestrellas en jugar en una liga con una única plaza en Liga de Campeones y cuyo momento deportivo del año es una final de Copa con el Palamós?

Y si ésto es así con Cataluña, imagínense con el resto de comunidades autónomas.

Quién sabe, a lo mejor estoy equivocado y las selecciones autonómicas son un éxito. Pero pónganme argumentos deportivos que lo justifiquen.

Seguiremos informando.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha hecho mucha gracia en especial el párrafo de "Obviemos esto y lo otro y centrémonos en el simple juego, ese rectángulo verde sobre el que giran todas las pasiones..." Me ha recordado muchísimo un tebeo de Tom Strong, de Alan Moore, en el que descubrimos que este héroe tiene un sistema de endorfinas que se dispara concentrándose en un triángulo azul. Pongamos que está herido y en una situación de riesgo... Solo tiene que concentrarse... Triángulo azul, triángulo azul...

¿Ibarretxe? Rectángulo verde... ¿La Federación? Rectángulo verde... ¿Cómo que 65 horas semanales? Rectángulo verde... ¿Pero hay crisis o no la hay? Rectángulo verde... Rectángulo verde...

Precisamente leía hace poco, en un artículo de Internet, fechado hace tiempo, que la Reforma Laboral española de 2006 se aprobó sin debates de alcance mientras daban el Mundial por todos los medios, mientras acaparaba toda la atención... Y precisamente en Argentina, la Ley de Flexibilización Laboral de 1998, en circunstancias análogas... Rectángulo verde... Rectángulo verde...

"Mira que considerar que el fúmbol programado y unilateral es el opio del pueblo. ¡¡Vamos, que barbaridad!! El fútbol a fín de cuentas es propio de nuestra cultura y algo maravilloso, una demostración de atletismo, de superación, de optimismo, incluso de salud... Aparte de una obra de arte, por supuesto, cuando cae en buenas manos, comparable al teatro, a la ópera o a los toros. Hace tanto por nuestra imagen internacional nuestro fútbol como cualquier otra actividad cultural española, de hecho más que pongamos por caso, nuestro cine, que todo el mundo sabe cómo está.
La persona que esté en desacuerdo con esto es necesariamente un enfermo y seguramente un resentido, alguien que odie el Sol, la vida, la felicidad y los niños... O bien hay que recurrir a temas nacionalistas es un sentido u otro para explicarlo, porqué si no, no se explica."

Rectángulo verde...

CardinalXiminez dijo...

Sabía yo que iba a obtener una respuesta indignada del Gentleman, y, como no, ya traía la respuesta preparada de antemano.

Mi estimado Gentleman, es que acaso es usted como John Wayne, del que se decía que no podía andar y mascar chicle al mismo tiempo?

O dicho de otra forma, ¿impide acaso el amor que produce la visión del júrgo el preocuparse por los problemas de nuestra sociedad?

Uno puede estar perfectamente indignado por las políticas über-liberales que nos llegan desde Bruselas (como lo estoy yo) y, al mismo tiempo , gustar del juego fumbolero.

Obviamente, no vivo y respiro fúmbo las veinticuatro horas, y no tengo precisamente en buena consideración a los semovientes que sí lo hacen. Todo ser humano ha de aspirar a la polimatía.

Pero el lado contrario, es decir, dedicarse full time al lamento, al desprecio, y en ciertos casos, a la revolución social, es igualmente una obsesión peligrosa.

Que Lenin seguro que también jugaba a las cartas, copón.

Anónimo dijo...

La respuesta que me da en líneas generales ya la tenía yo prevista en la mía, así que no se ni como se ha molestado usted en volvérmela a dar. Que sí, que a alguien no le guste el fútbol nos indica que vive exclusivamente "para el lamento y para el desprecio". Y para el odio al Sol, a la vida y a los niños, repito.

Y otra cosa:
"¿O dicho de otra forma, impide acaso el amor que produce la visión del júrgo el preocuparse por los problemas de nuestra sociedad?"
Sí. Cuando quiera se viene a mi lugar de trabajo y se lo demuestro. O vamos al de usted a demostrarlo.

Anónimo dijo...

Hoy estoy crecido. Hoy, aunque me llamen tonto diez veces seguidas, soy feliz porque 11 tios vestidos de rojo ganaron a once tíos vestidos de blanco (esta frase al Modoso le va a encantar). Y a punto de mandar a mis padrinos a visitar a los que no entienden que podamos disfrutar con esta victoria y encima nos desprecian, nos miran por encima del hombro y se mofan (no es el caso del Gentleman, la mayoria de las veces, pero el comentario me ha escocido y hoy estoy por la labor de responder)Porque, amigo mío, tendemos siempre al camino fácil

Es mucho más sencillo generalizar y decir que todos los que salieron ,con banderas y trompetas, a la Plaza de Colón son unos descerecrados ultrafascistas matabebes o unos inconscientes que no se enteran de nada y no quieren enterarse(que algunos habrían no digo yo que no), que asumir que se puede uno preocupar de la realidad (y de la hipoteca, y de las 65 horas, y...) y disfrutar con estas cosas.Porque, hoy mas que nunca, ¡ME GUSTA EL FÚTBOL COJONES!
¿Que de esto no voy a sacar nada? LO SÉ. ¿Que el fútbol se puede politizar para tapar lo que realmente debe ser debatido, de lo que realmente importa? LO SÉ. ¿Que hay mucha gente que se ciega y no piensa en otra cosa? LO SÉ.
Pero, por favor, no culpemos al deporte de que sea utilizado para esconder cosas. Porque... Usando uno de los ejemplos del Gentleman, ¿fue el fútbol el que exigió en 2006 que no se debatiera apenas la Reforna Laboral? ¿es el futbol el que ha hecho que nos embarquemos en el debate más tonto de la historia? (hay crisis, no hay crisis)Seamos claros, si no hubiera fútbol el borrego se aborregaria con otra cosa porque es eso,un borrego. Si nos molesta que no haya debate porque se televisa un mundial, no acusemos al mundial, acusemos a los señores parlamentarios que se lo llevan crudo y se van al bar a verlo y, si siguen en sus trece, no les votemos en la siguientes elecciones. Si no queremos que los niños se conviertan en borregos futboleros, démosles una educación que lo evite (otra cosa que hay que exigir a los políticos que nos representan) pero no matemos lo que en realidad no es más que un pasatiempo. Y, joder, que alguien me diga si hacer correr como mulas a once alemanes (más altos, mas fuertes,...) detras de la pelota, como ayer corrieron, no es hermoso (para mí siemopre fue arte, pero ahi si que no entro, es solo una opinion).

Como podeis ver hoy estoy crecido y esta perorata solo es una forma de decir ¡DEJADNOS DISFRUTAR, COÑO!

FDO.: Aserraderos Mac Neil

la reina del hielo dijo...

Por darte más datos sobre porqué yo creo que lo de las selecciones autonómicas serían un poco una chufla, miremos el caso del Atletic de Bilbao, to vascos de pura cepa que tiene ya que buscar abuelos vascos a los juegadores y que no gana ni a las chapas desde hace eones.

Hablando de fascistas que salen a celebrar, en Toledo unos neonazis salieron a ver qué pasaba con unos bates y por lo visto al final acabaon con sus propios bates rotos en la cabeza; si que gane la selección sirve para reventarle la cabeza a esta gente, que viva la selección.

Por cierto, en Cataluña se celebraba igual que hubiera ganado España (de hecho, había un montón más de petardos).

Anónimo dijo...

Este es el segundo día que no voy a pegar ojo literalmente porque una panda de mamarrachos sudorosos y en chúndal se dedican a dar berridos, golpear contenedores, eructar y corear los mismos y estúpidos cánticos como un mantra. Vivo al lado de Colón y tengo ya un helicóptero metido en la cabeza de por vida.
Ni viva el furgol ni hostias.
Menos despertar nuestro espíritu patrio por unos desaseados individuos sin graduado escolar y más potenciar a nuestro país en campos realmente importantes, coño.
Que muy bien, que qué contentos que ha ganado España. Pero paralizar literalmente un país por una hazaña cuyo mérito es patear un balón, se traduce en dejadez, falta de aspiraciones y holgazanería de la que nuesta patria siempre ha hecho una seña de identidad.
¡¡¡A la guillotina con ellos copón!!!

Anónimo dijo...

¡¡Ja, ja, ja...!! Mirad que portada...

http://www.eljueves.es/revista/imagenes/portadas/1623.png

Anónimo dijo...

http://www.eljueves.es/revista/imagenes/portadas/1623.png
A ver si ahora...