Sí, sí, lo sé, tengo que ponerme a escribir sobre cosas serias, pero, qué copón; estamos ya en julio, hace calor y en éste su blog estamos por cosas frikis.
Cuándo viví en Rotterdam pronto noté que la tan afamada tolerancia holandesa se basaba en un principio bien sencillo: cada cuál puede hacer lo que le venga en gana, siempre y cuándo la haga en su sitio correspondiente y que no moleste a los demás.
Eso se notaba sobre todo en los bares: mientras que en el resto de los espacios públicos, en todos ellos, la paranoia antitabaco llegaba a niveles soberanos, en los bares se podía fumar todo el tabaco que se quisiese. Eso era porque, según ese sabio criterio, un bar era un sitio donde se podía fumar, y al que no le gustase el tabaco, que se fuera a otro sitio.
Sin embargo, el talibanismo antitabaco, ese movimiento global, ha sido más fuerte que la tolerancia neerlandesa. Desde hoy, 1 de julio, en los Países Bajos no se puede fumar en los bares.
Pero, por supuesto, hay un pero. Miles de pforreros de toda raza, edad y condición visitan Amsterdam, Maastricht y otras ciudades neerlandesas todos los años y todo el año para poder ponerse de marincha hasta las trancas. Es una fuente de ingresos nada despreciable, tanto para los propios propietarios de los coffee, como para los hoteleros, los vendedores de las horrendas turkse pizza, los fabricantes de papel de fumar y para el propio gobierno holandés.
Obviamente, nadie quiere perderse esa fuente de ingresos. En consecuencia, si no está permitido fumar tabaco, se debe fumar marincha. Y únicamente marincha.
Yo no me drojo, así que no puedo opinar. Así que pido la opinión de mis lectores, que tampoco se drojan.
Seguiremos informando.
Cuándo viví en Rotterdam pronto noté que la tan afamada tolerancia holandesa se basaba en un principio bien sencillo: cada cuál puede hacer lo que le venga en gana, siempre y cuándo la haga en su sitio correspondiente y que no moleste a los demás.
Eso se notaba sobre todo en los bares: mientras que en el resto de los espacios públicos, en todos ellos, la paranoia antitabaco llegaba a niveles soberanos, en los bares se podía fumar todo el tabaco que se quisiese. Eso era porque, según ese sabio criterio, un bar era un sitio donde se podía fumar, y al que no le gustase el tabaco, que se fuera a otro sitio.
Sin embargo, el talibanismo antitabaco, ese movimiento global, ha sido más fuerte que la tolerancia neerlandesa. Desde hoy, 1 de julio, en los Países Bajos no se puede fumar en los bares.
Pero, por supuesto, hay un pero. Miles de pforreros de toda raza, edad y condición visitan Amsterdam, Maastricht y otras ciudades neerlandesas todos los años y todo el año para poder ponerse de marincha hasta las trancas. Es una fuente de ingresos nada despreciable, tanto para los propios propietarios de los coffee, como para los hoteleros, los vendedores de las horrendas turkse pizza, los fabricantes de papel de fumar y para el propio gobierno holandés.
Obviamente, nadie quiere perderse esa fuente de ingresos. En consecuencia, si no está permitido fumar tabaco, se debe fumar marincha. Y únicamente marincha.
Yo no me drojo, así que no puedo opinar. Así que pido la opinión de mis lectores, que tampoco se drojan.
Seguiremos informando.
3 comentarios:
A mi no me gusta la droja, todos lo sabéis.
Yo no me drojo... en absoluto.
Pero esta es la medida más absurda que he visto en mi vida.
¿Un porro de mandanga sola? Perfecto, pero ¿obligatoriamente?Si quieren que los clientes salgan a cuatro patas, o que no salgan, pues vale. Pero vamos. Es como si te obligan a meterte cocaína sin cortar.
Viva la sobredosis.
Con esto se han cargado el ambiente tan apañadito que pude disfrutar en los citados Cofee Shops de Amsterdam. Una pena.
Uy, he dicho que yo no me drojo, ¿no? Olviden esto último. ¡Malditos yonkis! os lo merecéis.
Yo tampoco me drojo, pero se nota que la maria de alli es debilucha: si aqui obligaran a la gente a fumar porros "monomarijuaniles" ni a cuatro patas salian del bar. En serio: im-presionante la maria de British Columbia (por lo que me cuentan, claro).
Que cosas madre...
es otro ejemplo más de la mojigatería mundial... lo próximo será prohibir hacerse páginas web. Mal por los Países Bajos y mal por lo políticamente correcto.
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