Pues me callo la boca. Yo decía que Rusia no iba a reconocer la independencia de Abjazia y de Osetia del Sur por miedo a dar ejemplo a los chechenos; pues ahí está: independencia reconocida.
Muestra ésto lo sobrada que va Rusia tras su aplastante (literal) victoria en la guerra contra Georgia. Igualmente muestra que donde las dan las toman, y si la independencia reconocida de Kosovo fue una patada en la boca a Serbia y por extensión a Rusia (la alianza ruso-serbia es tremendamente estable y, recordemos, provocó la I Guerra Mundial), Moscú ha dicho que, ya que estamos, dos países "liberados", dos. ¿Resultados prácticos? Ninguno, en realidad: Rusia ya reconocía a los países como independientes en todo menos en nombre, y, salvo quizás algún país de Asia Central, nadie se va a lanzar a reconocer a los paisuchos éstos.
Y, por supuesto, nadie va a mover algo más que la lengua: Rusia ha gruñido algo más fuerte de lo habitual y todo el mundo tiene demasiado que perder en una confrontación directa.
Problemático será si el tercero en discordia, la delirante y autoproclamada República de Transnistria (observen su bandera), el estado mafioso por excelencia, gobernado por un grupo empresarial de oscuras ramificaciones con el tranquilizador nombre de Sheriff, también decide ponerse farrucaire. Porque en éste caso el país del que sacar tajada no es otro sino Moldavia, que es el país mascota de Rumanía, en la OTAN y en la UE. Pero dado que Rusia no tiene frontera directa con Moldavia, no corre demasiada prisa.
En todo caso, Rusia está sobrada y nadie quiere tiene huevos de convencerle de lo contrario. Y en ésta redacción, sinceramente, deseamos que siga siendo así.
Seguiremos informando.
Muestra ésto lo sobrada que va Rusia tras su aplastante (literal) victoria en la guerra contra Georgia. Igualmente muestra que donde las dan las toman, y si la independencia reconocida de Kosovo fue una patada en la boca a Serbia y por extensión a Rusia (la alianza ruso-serbia es tremendamente estable y, recordemos, provocó la I Guerra Mundial), Moscú ha dicho que, ya que estamos, dos países "liberados", dos. ¿Resultados prácticos? Ninguno, en realidad: Rusia ya reconocía a los países como independientes en todo menos en nombre, y, salvo quizás algún país de Asia Central, nadie se va a lanzar a reconocer a los paisuchos éstos.
Y, por supuesto, nadie va a mover algo más que la lengua: Rusia ha gruñido algo más fuerte de lo habitual y todo el mundo tiene demasiado que perder en una confrontación directa.
Problemático será si el tercero en discordia, la delirante y autoproclamada República de Transnistria (observen su bandera), el estado mafioso por excelencia, gobernado por un grupo empresarial de oscuras ramificaciones con el tranquilizador nombre de Sheriff, también decide ponerse farrucaire. Porque en éste caso el país del que sacar tajada no es otro sino Moldavia, que es el país mascota de Rumanía, en la OTAN y en la UE. Pero dado que Rusia no tiene frontera directa con Moldavia, no corre demasiada prisa.
En todo caso, Rusia está sobrada y nadie quiere tiene huevos de convencerle de lo contrario. Y en ésta redacción, sinceramente, deseamos que siga siendo así.
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