El PSOE ha perdido las elecciones. No voy a decir, como Roger Senserrich, que menos mal, pero, en efecto, es un toque de atención del electorado a una verdad que ya lo era antes de las elecciones: el miedo a la derecha es un fenómeno de duración limitada, y nunca, nunca, debe ser sobreexplotado. Fuimos a las elecciones del 96 esperando repetir milagro y nos fue como fue; ni podemos ni debemos repetir.
Especialmente sangrante ha sido la campaña publicitaria del PSOE, que probablemente haya sido la peor que recuerdo, y eso que recuerdo aquella en la que pusieron a Fernando Morán en los carteles de forma que parecía una mezcla entre Aquaman y Sara Montiel. El PP dijo que ofrecía soluciones sin proponer abiertamente ninguna; el PSOE, en lugar de hacer sangre en una deficiencia tan obvia (di qué vas a hacer en el Europarlamento, copón, y si no se te ocurre nada, ¿por qué no mirar el programa del Partido de los Socialistas Europeos?) prefirió insistir en el hecho que, oh maravilla, el electorado ya sabe: los del PP son unos cuñaos.
En todo caso, para las próximas elecciones europeas, sería una idea razonable que el PSOE pase de su ego y que haga campaña única y exclusivamente bajo la marca Partido de los Socialistas Europeos: primer paso para insistir en Europa y quitarle el aire de plebiscito que la derecha quiere dar a las europeas.
Estoy bastante decepcionado y preocupado con los resultados generales: esperaba que en Europa del Este la crisis serviría para sacar del limbo a una izquierda magra y desilusionada, aplastada por las fuerzas conjuntas del neoliberalismo y del conservadurismo represivo, pero el fascismo en general se ha movido más y mejor.
Seguiremos informando.
Especialmente sangrante ha sido la campaña publicitaria del PSOE, que probablemente haya sido la peor que recuerdo, y eso que recuerdo aquella en la que pusieron a Fernando Morán en los carteles de forma que parecía una mezcla entre Aquaman y Sara Montiel. El PP dijo que ofrecía soluciones sin proponer abiertamente ninguna; el PSOE, en lugar de hacer sangre en una deficiencia tan obvia (di qué vas a hacer en el Europarlamento, copón, y si no se te ocurre nada, ¿por qué no mirar el programa del Partido de los Socialistas Europeos?) prefirió insistir en el hecho que, oh maravilla, el electorado ya sabe: los del PP son unos cuñaos.
En todo caso, para las próximas elecciones europeas, sería una idea razonable que el PSOE pase de su ego y que haga campaña única y exclusivamente bajo la marca Partido de los Socialistas Europeos: primer paso para insistir en Europa y quitarle el aire de plebiscito que la derecha quiere dar a las europeas.
Estoy bastante decepcionado y preocupado con los resultados generales: esperaba que en Europa del Este la crisis serviría para sacar del limbo a una izquierda magra y desilusionada, aplastada por las fuerzas conjuntas del neoliberalismo y del conservadurismo represivo, pero el fascismo en general se ha movido más y mejor.
Seguiremos informando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario