miércoles, 26 de mayo de 2010

Las personas y sus votos (3ª parte)

No sé si recordarán que una de las grandes peloteras de éste su blog derivó de una discusión acerca de si el bipartidismo era democrático o no. Digámoslo por su nombre: Izquierda Unida echa la culpa de sus desastres electorales al sistema electoral. Insisten en que es necesario un nuevo sistema electoral que de a los partidos minoritarios a escala nacional como ellos la voz en el Congreso que realmente merecen.

Insisto una vez más: los que propugnan una reforma electoral no suelen entender, a su pesar, que cuándo se cambia un sistema por otro ha de quedar claro que el nuevo sistema puede beneficiarles... o no. Reforzar el peso de las minorías de izquierdas, amiguitos, implica reforzar el peso de las minorías de derechas, y ésto puede ir desde el histérico jacobinismo de Rosita la Pastelera a extremismos racistas de peor calado.

Es más, ¿quién garantiza a IU que, una vez reformado el sistema, ¿los ecologistas que hay en su seno no decidan volar por su cuenta y implosionar de una vez la coalición? ¿Cree alguien que si Los Verdes tuviesen representación parlamentaria propia todos esos burguesitos comeflores se quedarían en Olimpo 35 aguantando a los mandones nostálgicos del PCE? ¿Y los andalucistas comunistas, que quieren hacer del país Marinaleda? ¿Van a aguantar al camarada Cayo por amor a la bandera roja?

Pero es la democracia, señores. Si se permite un sistema proporcional puro se da pie a que Esperanza Aguirre se subleve de una santa vez contra el resto del partido, funde un Partido de la Libertad con el entusiasmado apoyo de J.Lo, César Vidal y toda la caterva de todólogos de Intereconomía, saque 30 o 40 escaños y no se pueda formar gobierno en España sin ella. Y nosotros ahí, mirando.

Si uno dice, con valor y coherencia democráticas más allá de toda discusión: "Pero será democrático", y ahí se queda, merece de mí todo el aplauso del mundo. Pero si, como yo, considera que el gobierno y la estabilidad de España no puede quedar en manos de una minoría de extremistas, que para mantener la visibilidad en un sistema de partidos flexible hasta lo salvaje necesitarían constantemente hacer el simio, convirtiendo la gobernación del país en una serie interminable de bandazos, ha de entender que debe haber alguna manera de garantizar un grado razonable de moderación. ¿Que no soy, en consecuencia, del todo demócrata? Sea. Pero considero más democrática la dictadura de la mayoría que la dictadura de la minoría.

Mi propuesta vendrá en la cuarta parte. Seguiremos informando.

2 comentarios:

Miguel dijo...

¿Qué opinas del sistema alemán? Circunscripciones de un solo diputado, más una segunda lista que se vota en todo el país, con un umbral mínimo (creo que está en el 5%). Así se consigue el efecto de Gran Bretaña (cada votante sabe quién es su representante) y a la vez se permite representación para los partidos repartidos a nivel nacional.
Por supuesto, los partidos ajustan su estrategia: los Verdes y los liberales suelen pedir que les voten usando el "segundo voto", pues el primero casi seguro irá a uno de los dos partidos principales.

El "Gentleman", ya sin fuerzas, dijo...

"Ah, te puede la fidelidad... Siempre supe que eras otro sociata más."
Y cayó desvanecido.
(Continuará.)