Y crean en lo que crean, que se lo estén pasando bien y en paz con las personas a las que quieren.
Y tras ésta aséptiquísima y políticamente correcta felicitación de Navidad, tres apuntes de éste su corresponsal:
1. Una vez al año, acompaño a mis papás a su iglesia protestante. Es, por mi parte, una tradición que deriva de aquél 24 de diciembre, hace ya dos años (¡dos años!) en el que volví de Rotterdam a las once de la mañana (tras quedarme encerrado en un ascensor) y tenía tantas ganas de estar con mis padres (y, en realidad, de volver a conversar en mi idioma con cualquier ser humano) que cometí el anatema de acompañarles. Es realmente una experiencia de lo más folclórico: éste año mis padres han cantado en el coro (no teman: mi madre canta tan bien o más que yo, lo que pasa es que yo me acuerdo de las letras) y, como todos los años, mi hermano y yo hemos encendido nuestro radar para localizar a las feligresas más apetecibles. Luego ésta experiencia fraternal se ha visto ligeramente empañada por la insistencia del Mat en poner Radiolé a todo trapo en el coche, pero me lo tragué, en aras de lo que debe ser lo que llaman el espíritu navideño.
2. Y hablando de feligresas apetecibles: hoy Santa Claus me ha traído unos altavoces nuevos, por lo cuál ya puedo deshacerme de los altavoces que le compré a la gélida y fascinante señorita Kuurstra (en fin). También me ha traído un pijama de campaña (color verde militar) que es lo que llevo puesto mientras les escribo éstas líneas.
y 3. ¿Tienen ya plan para Nochevieja? ¿Me puedo apuntar?
Seguiremos informando.
Y tras ésta aséptiquísima y políticamente correcta felicitación de Navidad, tres apuntes de éste su corresponsal:
1. Una vez al año, acompaño a mis papás a su iglesia protestante. Es, por mi parte, una tradición que deriva de aquél 24 de diciembre, hace ya dos años (¡dos años!) en el que volví de Rotterdam a las once de la mañana (tras quedarme encerrado en un ascensor) y tenía tantas ganas de estar con mis padres (y, en realidad, de volver a conversar en mi idioma con cualquier ser humano) que cometí el anatema de acompañarles. Es realmente una experiencia de lo más folclórico: éste año mis padres han cantado en el coro (no teman: mi madre canta tan bien o más que yo, lo que pasa es que yo me acuerdo de las letras) y, como todos los años, mi hermano y yo hemos encendido nuestro radar para localizar a las feligresas más apetecibles. Luego ésta experiencia fraternal se ha visto ligeramente empañada por la insistencia del Mat en poner Radiolé a todo trapo en el coche, pero me lo tragué, en aras de lo que debe ser lo que llaman el espíritu navideño.
2. Y hablando de feligresas apetecibles: hoy Santa Claus me ha traído unos altavoces nuevos, por lo cuál ya puedo deshacerme de los altavoces que le compré a la gélida y fascinante señorita Kuurstra (en fin). También me ha traído un pijama de campaña (color verde militar) que es lo que llevo puesto mientras les escribo éstas líneas.
y 3. ¿Tienen ya plan para Nochevieja? ¿Me puedo apuntar?
Seguiremos informando.
1 comentario:
La última frase del punto dos no debería ir seguida de la primera del punto tres.
... bueno, depende de lo que pretendas ... jejejeje ...
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