Pero no se dejen engañar.
Realmente es un idiota.
(Groucho Marx, Sopa de Ganso)
A pesar de ésta verdad lapidaria de Groucho y de la navaja de Hanlon: "Nunca atribuya a la malicia lo que pueda atribuirse a la estupidez", sigo considerando demasiado estúpida la defenestración de Gallardón de las filas bigotistas como para explicarlo con una simple historia de lucha de poder intrapartidaria y un pésimo sentido del timing.
El amor por la procrastinación de Rajoy le ha explotado en la cara en el peor momento: justo cuándo el llamado "fichaje estrella" (quicir), Manuel Pizarro, obtenía aplausos de la prensa empresarial, el bigotismo se dispara en el pie y pierde un bocado del voto centrista que, aunque numéricamente no es demasiado importante (no es que el PP haya hecho mucho durante éstos cuatro años en favor de sus votantes centristas) si lo es simbólicamente respecto al futuro del partido tras las elecciones.
En 1986 se creó la expresión "el techo de Fraga". Se entendía como tal el máximo número de votos que la entonces AP podía conseguir con un programa electoral netamente de derechas, simbolizado por la figura del Patrón. La renovación de AP y su conversión en PP pretendieron específicamente esto: romper el techo de Fraga, abrir el partido a la moderación y ganar las elecciones. Lo que a su debido tiempo se hizo.
El gesto de patear a Gallardón es la definitiva culminación del proceso por el cuál el PP vuelve a ponerse un techo; confirmarse como partido incuestionablemente de derechas y dejar el centro-derecha huérfano. Mi estimado amigo Hidalgo dice que Gallardón posiblemente no se haya rendido y vaya a esperar hasta después de las elecciones para decidir qué hacer. Estoy de acuerdo.
Seguiremos informando.
3 comentarios:
el caso es que el que más engaña del mundo... el verdadero malvado, es Gallardón, pues ahí está lo grande, que todo el mundo hasta sus correligionarios le creen centrista, cuando es peor que Aznar, Acebes, Espe y todos juntos... pero se ha debido pasar con el "disfraz", o todo lo contrario y por eso le temen. No sé no sé...
En cualquier caso, recuerde amigo Cardenal, que ya intentó ser Albertito el Grima de Aznar cuando éste les llevaba a todos apuntados en el "cuaderno azul", y cuando salió Rajoy, y él designado a luchar por la alcaldía de madrid (de posible sucesor a alcalde), su venganza fue tan pérfida como comerle el tarro a la primera dama como numero 3 a la alcaldía, en plan "si me hundes, me llevo a tu mujer, a que hable en público, y si perdemos la arrastrro conmigo por el fango...)
Recemos porque Albertito medite una fría y malévola vengaza contra Rajoy y Espe, para Semana Santa, a ver qué pasa...
¡Coño! a ver si lo del helicóptero..
Ja, ja, ja, ja... Pero claro, querido Pedro, es que el comentario político en este Blog es eso: Comentario político de verdad...
Me explico: Gallardón, que ni sabe lo que es el centro, ni le interesa, ocupa en la política de su partido y de Madrid en general un nicho, un papel de centrista, y eso es lo que cuenta. Con ese "espacio" o contra él actúan las demás fuerzas políticas, porque esa arena es muy de figurones y de tigres de papel. Vamos que aunque sea Atila el Huno, Ramsés II y el Papa borgia en uno -de los tres algo tiene, sobre todo de uno de ellos-, si en la etiqueta pone centro, pues centro es.
¿Que de donde sale la etiqueta? Pues muy sencillo. Nos dices que "sus correligionarios le creen centrista", y no es exacto, más bien la prensa de sus correligionarios le define como centrista por una serie de cosas afines a loq ue he dicho ya y que el autor de este Blog nos sabría explicar mejor.
A lo que iba, ni usted ni yo contamos con estas cosas, porque somos inocentes como las florecillas del campo... Pero aquí todo esto que acabo de decir se da por sentado, y se discute directamente sobre el grand guignol sin explicar los personajes...
¡¡Olvidémoslo y vayámonos a beber mientras podamos!!
Pues daba gusto oir a toda la patulea progre defender a Gallardón, como si fuera un granero de votos para el PP, que si el PP se enroca con Franco y estupideces varias.
Y miren, sin Gallardón, 400.000 votos más.
Gallardón no representa a nadie en la derecha. Lleva 15 años haciendole la contra al partido y colaborando con los prisaicos por puro afán de notoriedad.
El PP, mal que les pese a muchos, está ahí. No se ha despedazado como han intentado los zapos y compañía.
Cuando se vuelva a la situación del 96, que a no a tardar, el techo de Rajoy saltará en pedazos. Mientras, España vota con el mito, el mito de la izquierda que "defiende al trabajador de las garras de la derecha".
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