lunes, 18 de agosto de 2008

Fool me twice

Bush y Sarkozy exigen la retirada de las tropas rusas; Angela Merkel dice que Georgia acabará entrando en la OTAN; Condoleezza Rice se las da de Woodrow Wilson y presenta un plan de seis puntos. Si después de lo que ha pasado el gobierno georgiano se cree todo eso, su puesto en el ránking de cretinos internacionales va a seguir subiendo como la espuma.

Da, tovarichii, porque Rusia ha vuelto a tener músculos, lo que no pilla de sorpresa a casi nadie. El Kremlin agradece a Dios la temeridad del gobierno georgiano: le ha dado la excusa perfecta para pegar un soplamocos de éstos que dejan recuerdo de forma relativamente justificable y definitivamente victoriosa. Aparentemente, la situación prácticamente ha vuelto al status quo ante; Osetia del Sur y Abjazia seguirán siendo protectorados rusos de facto y autonomías georgianas de jure (insistimos, sería un mal ejemplo para Chechenia) y Sajasvili sigue en su sillón en Tbilisi. En la práctica, todo cambia: aparte de que Georgia ya no tiene marina de guerra porque Rusia al marcharse ha volado la base naval con barcos y todo, Rusia ha demostrado empíricamente que, en sus fronteras, quién le levante la mano se lleva un leñazo bien dado. Y Occidente, que tiene plena capacidad de responder (las bases aéreas de la OTAN en Turquía bien que están) no va a mover ni una uña. Así pues, carta blanca para las dictaduras perpetuas en el Cáucaso y Asia Central (a.k.a. países Borat) siempre y cuándo obedezcan al mandato de Moscú. En fin, viva la libertad.

En otras noticias, ésta redacción, siguiendo la filosofía propugnada por Vicisitud y Sordidez, felicita la victoria olímpica de Michael Phelps pero deplora su gusto estético; porque preferimos a un onvre con bigotón que a un campeón sin él.

Seguiremos informando.

1 comentario:

Vicisitud y Sordidez dijo...

¡Totalmente de acuerdo! Si acaso, lo mejor de Phelps es que ha traído de vuelta las maravillosas imágenes de archivo de Spiz en una época donde el deporte era MUCHO mejor.

Still, le reconozco a Phelps el mérito y criterio de haberse dejado - momentáneamente - un bigotón de homenaje. Lo cortés...