Pues así, a lo tonto, ya son las segundas Navidades de Ruina Imponente. Como siempre, felicidades a nuestros lectores cristianos, y, a los que no lo sean, feliz Hannukah, Kwanzaa, Festivus o lo que les parezca más conveniente. A nuestros lectores musulmanes no les voy a decir nada, pues ya pasó el Eid y no me invitaron a cordero asado. Ah, se siente.
En todo caso, espero que, si van a sufrir la penalidad de no leer Ruina Imponente hasta entonces, les deseo unas fiestas estupendas, que disfruten de la compañía de los les quieren (y, sí, eso incluye al inefable cuñado que asiente con la cabeza cada vez que escucha La Tarde con Cristina) y que se lo pasen lo mejor posible.
Es lo único que les pido.
Seguiremos informando.
En todo caso, espero que, si van a sufrir la penalidad de no leer Ruina Imponente hasta entonces, les deseo unas fiestas estupendas, que disfruten de la compañía de los les quieren (y, sí, eso incluye al inefable cuñado que asiente con la cabeza cada vez que escucha La Tarde con Cristina) y que se lo pasen lo mejor posible.
Es lo único que les pido.
Seguiremos informando.
5 comentarios:
Igualmente majo!
decía antes de suprimir el comentario, que felices vanidades, Thiago...
MQ
Que os lo paseis tod@s muy bien! A disfrutar, Thiago :o)
Merri crismash, espero que estas ruinas perduren más que las de la Ácróplis.
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