Como podrán ver, tras mucho dudar me he apuntado a Twitter y, literalmente, estoy que no meo. Tras unos cuántos días de exploración, vuelvo aquí entre ustedes, porque hay cosas que no pueden expresarse en 140 caracteres.
Entre los periódicos que recibo en el trabajo para su distribución está un esputable panfleto gratuito con el esclarecedor nombre de "Diario Negocio" cuya línea editorial suele ser misteriosamente cercana a la del jefe de la patronal, Gonzalo Díaz Ferrán. Sólo no sospecho que lo financie el propio Díaz Ferrán porque el pobre hombre no sabe de dónde va a sacar para su próximo chuletón de Ávila (respuesta: de los currantes de Newco)
Como era de esperar, el periódico hace énfasis con un esclarecedor "¡Por fin!" de las "medidas liberalizadoras" de nuestro Paladín a la Taza del Liberalismo, la única, la inigualable, Esperanza Aguirre Gil de Biedma. Como siempre, la lideresa aprovecha el momento más conveniente para presentar sus planes para hacerle la vida más fácil a los madrileños con dinero: a saber, el momento en el que el liderazgo de Mariano Rajoy dentro del Partido Bigotista está más cuestionado.
De las medidas en cuestión "para fomentar el empleo", me llaman poderosamente la atención dos:
- Los centros comerciales no necesitarán licencia autonómica ni para fundarse ni para expandirse, así que todo depende de los ayuntamientos que así lo deseen (y no hay ayuntamiento que no lo desee) así que el pequeño comercio, que ya jodido lo tenía, recibe así su golpe de gracia. Mala suerte, amigos, las inmobiliarias tienen dinero para financiar al PP, vosotros no. Y ya de paso, haciendo amigos con las petroleras: se autorizan más gasolineras.
- Los electricistas y los instaladores de ascensor ya no necesitarán tener licencia. Lo que significa que las empresas del sector servicios podrán contratar al primer pobre hombre sin estudios - o mejor aún, sin papeles - que se les ponga por delante, tirando abajo el coste de la mano de obra y, permitiendo así ampliar los márgenes de beneficios para alegría del trajeado contratista de turno - fuente inigualable de financiación para los bigotismos municipales. Luego cuándo empiecen a incendiarse casas y caerse ascensores, la culpa será del Gobierno, que no fija bien las medidas de seguridad. O de los inmigrantes. O de ETA.
El resto, lo de siempre: más flexibilidad laboral (total son pobres) menos impuestos (que la factura la pague el Gobierno, que para algo es culpable), en fin, esperancismo de toda la vida.
Y éste es el futuro de la derecha en España. Que Dios nos coja confesados.
Seguiremos informando.
Entre los periódicos que recibo en el trabajo para su distribución está un esputable panfleto gratuito con el esclarecedor nombre de "Diario Negocio" cuya línea editorial suele ser misteriosamente cercana a la del jefe de la patronal, Gonzalo Díaz Ferrán. Sólo no sospecho que lo financie el propio Díaz Ferrán porque el pobre hombre no sabe de dónde va a sacar para su próximo chuletón de Ávila (respuesta: de los currantes de Newco)
Como era de esperar, el periódico hace énfasis con un esclarecedor "¡Por fin!" de las "medidas liberalizadoras" de nuestro Paladín a la Taza del Liberalismo, la única, la inigualable, Esperanza Aguirre Gil de Biedma. Como siempre, la lideresa aprovecha el momento más conveniente para presentar sus planes para hacerle la vida más fácil a los madrileños con dinero: a saber, el momento en el que el liderazgo de Mariano Rajoy dentro del Partido Bigotista está más cuestionado.
De las medidas en cuestión "para fomentar el empleo", me llaman poderosamente la atención dos:
- Los centros comerciales no necesitarán licencia autonómica ni para fundarse ni para expandirse, así que todo depende de los ayuntamientos que así lo deseen (y no hay ayuntamiento que no lo desee) así que el pequeño comercio, que ya jodido lo tenía, recibe así su golpe de gracia. Mala suerte, amigos, las inmobiliarias tienen dinero para financiar al PP, vosotros no. Y ya de paso, haciendo amigos con las petroleras: se autorizan más gasolineras.
- Los electricistas y los instaladores de ascensor ya no necesitarán tener licencia. Lo que significa que las empresas del sector servicios podrán contratar al primer pobre hombre sin estudios - o mejor aún, sin papeles - que se les ponga por delante, tirando abajo el coste de la mano de obra y, permitiendo así ampliar los márgenes de beneficios para alegría del trajeado contratista de turno - fuente inigualable de financiación para los bigotismos municipales. Luego cuándo empiecen a incendiarse casas y caerse ascensores, la culpa será del Gobierno, que no fija bien las medidas de seguridad. O de los inmigrantes. O de ETA.
El resto, lo de siempre: más flexibilidad laboral (total son pobres) menos impuestos (que la factura la pague el Gobierno, que para algo es culpable), en fin, esperancismo de toda la vida.
Y éste es el futuro de la derecha en España. Que Dios nos coja confesados.
Seguiremos informando.
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