miércoles, 12 de diciembre de 2007

La mala educación

Mi amigo Metalero va a ser profesor. Los que le conocen saben que va a hacerlo muy bien, aunque no me abundaré en exceso en loarle porque, al igual que yo, se avergüenza cuándo le halagan. Estuvimos hablando ayer de la formación (o la falta de) del profesorado en nuestro sistema educativo, y de como profesores absolutamente incompetentes acaban dando clase en escuelas privadas (lo que en la mayoría de los casos quiere decir concertadas) porque tienen enchufismo mientras que gente brillante tienen que penar con un sistema selectivo que les hace desperdiciar tiempo y dinero para lograr un puesto.

Todo ésto viene al mismo tiempo que el celebérrimo informe PISA deja la educación en España en el habitual mal lugar. La pregunta sobre quién es responsable se diluye rápidamente como un azucarillo en las intricadas mallas de nuestro sistema más-o-menos-federal-pero-todo-lo-contrario, cuya máxima cualidad es permitir echar la culpa a la otra administración. Y si puede ser de otro partido, mejor.

Antes de nada, IANP, pero, qué quieren que les diga, la actual ministra de Educación me dio clase de Historia a mí en primero de carrera, y si ella sabe de educación, yo también.

En mi humilde opinión, el mal principal de la educación española es el sistema paralelo público-privado, que permite la existencia de títulos iguales para educaciones diferentes. Me explico: una licenciatura en Derecho en la Universidad San José María Escrivá de Balaguer (que no existe, pero tiempo al tiempo) es, a efectos jurídicos, exactamente igual que una licenciatura en Derecho en la Autónoma, aunque Dios (y quizás san José María) sabe que el tiempo, esfuerzo y dinero necesarios para sacarse uno y otro son bien distintos.

Item: sacarse un aprobado en una escuela privada es mucho más fácil que en la escuela pública (ya que estás pagando, no te van a suspender salvo que seas un absoluto cretino) . Item: Los colegios reciben incentivos por el rendimiento académico, rendimiento que se mide por el porcentaje de aprobados. Consecuencia: las escuelas públicas han de tirar de los niveles educativos a la baja, con el fin de conseguir un porcentaje de aprobados igual o mejor que el de la escuela privada. En suma, una espiral que conduce al desastre.

Sumamos a eso que, sobre todo en las comunidades gobernadas por el bigotismo, el dinero para la educación pública se transfiere alegremente a las arcas de la Santa Madre Iglesia a través de los conciertos educativos, y nos encontramos con una educación pública cada vez peor dotada y peor preparada. La derecha, naturalmente, ve en ésto la prueba definitiva de la inutilidad de la educación pública y la superioridad innata de la privada.

Falacias, naturalmente.

El rendimiento académico puro (es decir, exámenes) tiene que ver con el nivel de renta. Si un niño rico es un descerebrado, los datos en bruto (que al fin y al cabo es lo que cuenta en un examen) se le pueden exprimir en el cerebro a través de más clases extraescolares, más libros, y, si todo falla, a través de una escuela privada que le hará un exámen a la medida. Un niño pobre no tendrá nada de ésto.

La educación pública, por mucho que la condesa de Murillo nos diga lo contrario, no está para competir con la privada. La educación pública está para ofrecer una herramienta con la que superar las diferencias de renta y permitir una educación universal de calidad. Pero, naturalmente, ésto cuesta mucho dinero.

Y el dinero, naturalmente, ya se sabe a dónde va.

Seguiremos informando.

6 comentarios:

Lunatrix dijo...

Jejeje.... Me acuerdo de cuando 'Metalero' se retorcia cada vez que le llamaban asi y exigia que usaramos el nombre del DNI : ) Asi que al final se ha rendido, eh? Y de que va a dar clase, si se puede saber? En fin Thiago, perdona que me vaya por las ramas pero es que me muero de curiosidad!

Anónimo dijo...

Mi muy querida señorita Vives:

Rendirme, lo que se dice rendirme, no me he rendido. El asunto es que he aceptado que no me llaman Metalero por ser UN Metalero, sino por ser EL Metalero, y así no me siento despersonalizado. Aún así, en la intimidad sigo prefiriendo Miguel.

Respecto a lo de las clases, cada vez estoy más a tope con el empolle para la oposición de profe de filosofía. Además, estoy puliendo el inglés y aprendiendo alemán, que sabes que siempre me encantó.

Si en una de sus andanzas willyfogianas decide dejarse caer por los madriles, encantado estaría de compartir unas cervezas con vos. Se la echa de menos...

Y sobre el tema que nos ocupa, pues mejor ni empiezo, porque los sapos y culebras que saldrían por mi boca vendrían empelucados, entonando la Marsellesa y reclamando guillotinas YA para ajusticiar a más de uno y más de dos (sobre todo con sotana).

En fin... Un abrazo enorme a todos de vuestro Cuervo Blanco, especialmente para mi querida y admirada socióloga trotamundos.

CardinalXiminez dijo...

De todas formas, que conste que a Miguel yo ya sólo le llamo Maestro.

Lunatrix dijo...

jejejejeje... que buena manera de empezar el dia, con una sonrisa de oreja a oreja despues de saber de vos. Claro que si, tenia que ser filosofia, que cabeza la mia!

Estare en Madrid despues de Reyes, para quien le interese. Maestro o no ; ) Y en el bolso llevare una jarrita de maple syrup. Que lo mismo acaba en la coronilla de un cura, porque cada vez que los veo me pongo violenta.

Jaime González, escritor y ninja en paro dijo...

Para empezar, antes que nada, quiero darte la enhorabuena por este post, que nos da la oportunidad de discutir sobre algo que a todos nos preocupa (o que deberia preocuparnos). Una vez hecho esto tengo que ser algo politicamente incorrecto, es decir:
Igualar a todas las escuelas privadas es una injusticia (me parto la cara con el que me diga que a mi me regalaron el bachillerato)
Por otro lado, es más facil decir que el dinero se va en subvencionar la privada en lugar de admitir que algo falla en el fondo de la preparación y orientación de la educación pública. Demonizamos a la privada y, mientras tanto, hacemos una ley de educación distinta cada cambio de gobierno, con las 17 particularidades autonómicas y sin ponerse de acuerdo en casi nada. Es verdad que hay colegios privados en que se regalan notas y se contrata por enchufe, pero eso se evita con un buen control de la capacidad de los docentes (el CAP es un chiste) y de los progresos de los alumnos (aun recuerdo a los que se rasgaron las vestiduras con la idea de resucitar la revalida)
Una pregunta para terminar: ¿Cómo es posible que regalando las notas la gente de la privada apruebe la selectividad?

Anónimo dijo...

Como no podría ser de otra manera, vuestra Mdemoiselle Fifí estudión en un centro privado y con sotanas de por medio.
Los que me conocen saben que no expulso más que sapos y culebras por la boca cuando me refiero a dicho centro o a los componentes de su orden religiosa (¡Viva Mendizábal!).
Pero una cosa sí es cierta. Mi educación académica ha sido de mayor calidad que la media de los que han estudiado en un colegio público. Además, y por raro que les parezca, el personal docente encargado de mi educación, estaba sorprendentemente bien cualificado. no por ser contratados por enchufes precisamente, sino por haber superado un escrupuloso proceso de selección. Eso no quita que no hubiera excepciones y que yo no haya presenciado casos de favoritismo tan grandes como la copa de un pino.
Gracias a los putos curas, pude librarme de la ESO, ya que no la aplicaron hasta que no tuvieron más remedio por ley. Así que disfruté de BUP y COU mientras mis coetáneos del "populacho" hacían redacciones sobre "la vaca" en la ESO.
Mira que me da rabia escribir esto, pero es verdad. Esta es la única vez que me verán decir algo positivo de ese nido de depravación que fué mi colegio.
El afrancesamiento me vino de allí... pa'joder.
Ósculos a todos.