De todos los criterios que utiliza el COI para seleccionar una ciudad olímpica, el más importante, por la constancia con el que se ha aplicado, es el de la alternancia continental. Asia pasa a Europa que pasa a América, incluyéndose Oceanía de vez en cuándo; en todo caso, tras celebrarse unos juegos olímpicos en un continente, éste continente ha de esperar, como mínimo, ocho años para que pueda volver a verlos. La última vez que no fue así fue en Helsinki 1952, y no fue por voluntad del COI: un pequeño incidente trastocó sus planes.
Aún así, el país entero parece haberse encomendado a las artes de Alberto Ruiz Gallardón, el Hombre Que Se Alimenta De Su Ego, para lograr que el COI mande al traste con una costumbre cincuentenaria porque Madrid lo vale y Alberto de Mónaco es un gambitero. Y el primero, nuestro visionario presidente del Gobierno, que en la última reforma ministerial se asignó la cartera de Deportes, para que, en caso de victoria de la capital, pueda quedarse con los focos que, en caso contrario, se quedaría Albertito Mediabarba para él solo.
Oyéndole, oyendo a Albertito Mediabarba, al Kronprinz y a su Barbie deportista, a la insufrible niña de la Coghen y demás caterva, parece ser que lo único patriótico y auténticamente madrileño que se puede hacer es sumarse con armas y bagajes a la fiesta del olimpismo.
Pues yo no. Y quién me conoce sabe que amo ésta ciudad con pasión insana; y es precisamente por eso que no quiero que los Juegos de la 31ª Olimpiada se celebren en ésta capital.
Hay motivos prácticos: que si Madrid en verano no es sitio para hacer deporte, que es improbable que nos libremos de la boina de contaminación para 2016, que si el tráfico, que si patatí, que si patatá. No son esos mis problemas: pueden ser solventados.
Mi problema con las Olimpiadas es más de fondo. Como todas las iniciativas del Gallardo Gallardón, Madrid 2016 no será, en ningún caso, una iniciativa para el común de los madrileños. Más bien, serán siete años de obras (aún más obras) destinadas a crear unas olimpiadas que solo verán los turistas y los que estén dispuestos a pagar los 400 euros de las entradas. Seguir convirtiendo a Madrid en una fachada fashion, que oculta los verdaderos problemas y defectos de la ciudad. Diferenciar aún más la ciudad pública de la privada, con absoluto privilegio de ésta última, por supuesto. Seguir con la actitud "Plebe, qué asco" que tanto caracteriza a nuestra ínclita corporación municipal y que se verá acentuada con éstas olimpiadas.
Así que digo NO a la Olimpiada de Gallardón. Aunque no le hago ascos a un Madrid 2020 con un gobierno municipal de izquierdas. Quizás un día me plantee planificarlo.
Seguiremos informando.
Aún así, el país entero parece haberse encomendado a las artes de Alberto Ruiz Gallardón, el Hombre Que Se Alimenta De Su Ego, para lograr que el COI mande al traste con una costumbre cincuentenaria porque Madrid lo vale y Alberto de Mónaco es un gambitero. Y el primero, nuestro visionario presidente del Gobierno, que en la última reforma ministerial se asignó la cartera de Deportes, para que, en caso de victoria de la capital, pueda quedarse con los focos que, en caso contrario, se quedaría Albertito Mediabarba para él solo.
Oyéndole, oyendo a Albertito Mediabarba, al Kronprinz y a su Barbie deportista, a la insufrible niña de la Coghen y demás caterva, parece ser que lo único patriótico y auténticamente madrileño que se puede hacer es sumarse con armas y bagajes a la fiesta del olimpismo.
Pues yo no. Y quién me conoce sabe que amo ésta ciudad con pasión insana; y es precisamente por eso que no quiero que los Juegos de la 31ª Olimpiada se celebren en ésta capital.
Hay motivos prácticos: que si Madrid en verano no es sitio para hacer deporte, que es improbable que nos libremos de la boina de contaminación para 2016, que si el tráfico, que si patatí, que si patatá. No son esos mis problemas: pueden ser solventados.
Mi problema con las Olimpiadas es más de fondo. Como todas las iniciativas del Gallardo Gallardón, Madrid 2016 no será, en ningún caso, una iniciativa para el común de los madrileños. Más bien, serán siete años de obras (aún más obras) destinadas a crear unas olimpiadas que solo verán los turistas y los que estén dispuestos a pagar los 400 euros de las entradas. Seguir convirtiendo a Madrid en una fachada fashion, que oculta los verdaderos problemas y defectos de la ciudad. Diferenciar aún más la ciudad pública de la privada, con absoluto privilegio de ésta última, por supuesto. Seguir con la actitud "Plebe, qué asco" que tanto caracteriza a nuestra ínclita corporación municipal y que se verá acentuada con éstas olimpiadas.
Así que digo NO a la Olimpiada de Gallardón. Aunque no le hago ascos a un Madrid 2020 con un gobierno municipal de izquierdas. Quizás un día me plantee planificarlo.
Seguiremos informando.
6 comentarios:
No a todo!!!
"Aunque no le hago ascos a un Madrid 2020 con un gobierno municipal de izquierdas."
¿¿Quéeeeeeeeeeeee?? ¡¡No, no y no!! No a eso en lo que se han convertido los Juegos Olímpicos, que tú tan bien has descrito y que es así en todas las ciudades en que se celebre, para empezar. Y que nadie me venga a comparar con Barcelona 92 porque es absurdo.
No a Madrid 2016, la olimpiada para forrarse los constructores, especuladores y políticos.
El dinero que cuesta la promoción de Madrid 2016 que lo usen para pagar las obras de la M-30. Que maldita la falta que hacían.
Y que se bajen los sueldos los concejales a la mitad.
Con el coste de la construcción del Centro Acuático, 150 millones de euros se podrían hacer 136 centros de mayores y de día.
Los 141 millones de euros que costaría el centro de Tenis suponen dieciséis veces el presupuesto dedicado por el IVIMA a vivienda protegida en el año 2004.
Con el presupuesto del Canal de Remo y Piraguismo, 71 millones de euros, se podrían construir 145 bibliotecas.
Algunas cifras con las qeu decir NO, gracias.
Remodelación de La Peineta = 160 millones de euros,= coste de construir 130 polideportivos de barrio.
Construcción del Centro Acuático = 150 millones de euros = 136 centros de mayores y de día.
Centro de Tenis= 141 millones de euros =dieciséis veces el presupuesto del IVIMA a vivienda protegida en el año 2004.
Canal de Remo y Piragüismo = 71 millones de euros= 145 bibliotecas
... El estadio de la peineta, antes santuario del atletismo de Madrid, se convertirá en el santuario de la barbarie, y encima le quitarán la pista de atletismo... sin comantarios.
No a las olimpiadas del fútbol, que de olímpico sólo tiene el mal puesto apellido... No a la especulación y a los pelotazos inmobiliarios. Nada más indicativo de que van a forrarse todos que el que gobierno y oposiución estén de acuerdo en esto. Basta de pamplinas.
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