Artículo cabreado y cabreante, hoy.
Si alguien quería alguna prueba de que las cosas van mal para los comunistas españoles, aquí la tiene: por primera vez desde 1977, no va a haber Fiesta del PCE. Formalmente está pospuesta, pero muy bien tienen que ir las cosas hasta abril para que la vuelva a haber: directamente, no hay dinero.
Dos razones explican la debacle: primero, el hundimiento electoral de IU en las elecciones, que han supuesto el cierre del grifo de la financiación parlamentaria; segundo, y para mí más importante: de unos años para acá, la fiesta del PCE, momento de confraternización y solidaridad entre comunistas y simpatizantes, se había convertido en un festival de música más, con entradas vendidas en El Corte Inglés: en definitiva, se había comercializado y profesionalizado. Y eso cuesta mucha pasta. Cada vez más.
Yo ya he dicho en más de una ocasión que, a pesar de ser socialdemócrata y no estar de acuerdo con el comunismo, respeto y aprecio a la izquierda más allá del PSOE, fundamentalmente por su labor de vanguardia ideológica. Y considero que es una pena que porque, como prueba la debacle del PCE, el comunismo español como movimiento aglutinador social se esté perdiendo.
La extrema izquierda necesita un partido político. No sólo por razones históricas y sentimentales: considero que todo el que tenga algo que decir sobre cómo está administrado éste mundo está mejor dentro del sistema que fuera. Pero Izquierda Unida en general, y el PCE en particular, ha dejado de ser representativo de la izquierda no-socialdemócrata, y lo ha hecho fundamentalmente por la imagen que da: un saco de gatos compuesto de carcamales más preocupados por salvar lo que tienen que por luchar por más, que es lo que ha sido desde siempre la izquierda.
Y lo que es peor, en esa indefinición, cada vez más jóvenes se pasan a los movimientos anti-sistema, que precisamente por negarse a participar en el sistema se niegan a sí mismos la posibilidad de cambiarlo (y en éste mundo moderno, o lo cambias desde dentro, o lo cambias con Kalashnikovs: las batucadas, por sí solas, no van a ninguna parte) haciéndole, en consecuencia, el juego a la derecha.
Y es una pena, la verdad: y considero que es hora de que los que tengan esas ganas de cambiar el mundo y cambiarlo ahora (yo, no, por desgracia: yo soy de los de cambiar el mundo y cambiarlo cuándo se pueda) se movilicen para volver a hacerse con la herramienta que, desde los marineros del Aurora decidieron despertar a Petrogrado para llamarnos mencheviques y traidores.
Que podéis, leñe.
Seguiremos informando.
Si alguien quería alguna prueba de que las cosas van mal para los comunistas españoles, aquí la tiene: por primera vez desde 1977, no va a haber Fiesta del PCE. Formalmente está pospuesta, pero muy bien tienen que ir las cosas hasta abril para que la vuelva a haber: directamente, no hay dinero.
Dos razones explican la debacle: primero, el hundimiento electoral de IU en las elecciones, que han supuesto el cierre del grifo de la financiación parlamentaria; segundo, y para mí más importante: de unos años para acá, la fiesta del PCE, momento de confraternización y solidaridad entre comunistas y simpatizantes, se había convertido en un festival de música más, con entradas vendidas en El Corte Inglés: en definitiva, se había comercializado y profesionalizado. Y eso cuesta mucha pasta. Cada vez más.
Yo ya he dicho en más de una ocasión que, a pesar de ser socialdemócrata y no estar de acuerdo con el comunismo, respeto y aprecio a la izquierda más allá del PSOE, fundamentalmente por su labor de vanguardia ideológica. Y considero que es una pena que porque, como prueba la debacle del PCE, el comunismo español como movimiento aglutinador social se esté perdiendo.
La extrema izquierda necesita un partido político. No sólo por razones históricas y sentimentales: considero que todo el que tenga algo que decir sobre cómo está administrado éste mundo está mejor dentro del sistema que fuera. Pero Izquierda Unida en general, y el PCE en particular, ha dejado de ser representativo de la izquierda no-socialdemócrata, y lo ha hecho fundamentalmente por la imagen que da: un saco de gatos compuesto de carcamales más preocupados por salvar lo que tienen que por luchar por más, que es lo que ha sido desde siempre la izquierda.
Y lo que es peor, en esa indefinición, cada vez más jóvenes se pasan a los movimientos anti-sistema, que precisamente por negarse a participar en el sistema se niegan a sí mismos la posibilidad de cambiarlo (y en éste mundo moderno, o lo cambias desde dentro, o lo cambias con Kalashnikovs: las batucadas, por sí solas, no van a ninguna parte) haciéndole, en consecuencia, el juego a la derecha.
Y es una pena, la verdad: y considero que es hora de que los que tengan esas ganas de cambiar el mundo y cambiarlo ahora (yo, no, por desgracia: yo soy de los de cambiar el mundo y cambiarlo cuándo se pueda) se movilicen para volver a hacerse con la herramienta que, desde los marineros del Aurora decidieron despertar a Petrogrado para llamarnos mencheviques y traidores.
Que podéis, leñe.
Seguiremos informando.
4 comentarios:
Pues sí, en cierto sentido es una pena que dejen de celebrarse las fiestas del PCE (fiestas que inauguraron, entre otros, mis queridos padres), pero también era una pena el espectáculo que ofrecían los últimos años que yo fui (hará 4 ó 5 años): una panda de adolescentes pequeñoburgueses interesados en reforzar su identidad marginal y poderse pedo, a los que las decenas de puestos y conferencias les sobran pues vienen a ver tocar a Celtas Cortos (en el mejor de los casos) o a El Canto del Loco (en el peor!!).
Y respecto a la debacle del comunismo, pues nada hay que nos sorprenda. Yo no sería tan agorero, pues la izquierda radical lleva en crisis desde siempre, y lo estará hasta el final: anarquistas contra comunistas, espartaquistas contra revisionistas, trostkistas contra stalinistas, comunistas contra socialistas, mencheviques contra bolcheviques... y podría no para nunca.
Dos motivos de esperanza:
1. En las filas de esos "anti-sistema" (que, por muy mala prensa que tengan, son el ÚNICO futuro de la lucha revolucionaria) no sólo militan niñatos de los referidos más arriba, sino también mucho viejo topo y joven lúcido y con recursos que están creando redes sociales alternativas en los más diversos campos.
2. La afirmación marxiana de que las formas de vida condicionan las formas de conciencia puede no ser vigente al 100%, pero seguro que si las cosas siguen en el camino en el que van, alguien se dará cuanta de que no todos los viejos discursos han sido completa y felizmente enterrados...
Y esto son sólo dos ideas muy desmigazadas y fortuitas, porque no nos hemos metido a fondo con otros factores imprescindibles en este proceso: la crisis de las ideologías, la historia del estado del Bienestar, los mass-media; pero bueno, sé que muchos lectores de este espacio virtual son eminentes investigadores sociales y analistas culturales que nos deslumbrarán con sus análisis y juicios al respecto.
Aguardo impaciente...
Un saludo. Cuervo Blanco.
Metalero (me vas a perdonar que te siga llamando asi, pero es que se me saltan lasa lagrimillas recordando los viejos tiempos): que listo eres y que bien te expresas. Desde luego, que envidia me dais los dos :o)
Yo no doy para tanto los domingos por la noche pero queria decir (como ya has dicho tu) que las ultimas fiestas del PC en las que he estado han sido bastante pateticas, llenas de pre-adolescentes barbilampiños que, con suerte, han oido hablar de Karl Marx, y sin ella van por ser guays. Como muchos de los izquiedosos de la Facultad de vaqueros rotos y Audis en el aparcamiento. No me alegro de que no haya fiesta y menos de que la izquierda (de verdad) tenga problemas, pero quizas haga falta replantearse que hacer con el PCE ...
¡Albricias! ¡Se acabó Ismael Serrano!
No hay nada peor que ser pobre e ir de pobre... Nunca me gustaron estas fiestas, ni los comunistas, que comen niños.
Ósculos afrancesados.
izquierda "radical"? Esa ha sido ilegalizada.
no no no, en serio, que estudias políticas eh. Izquierda y gracias. El PSOE te puedo llegar a aceptar que tú lo quieras considerar centro-izquierda pero no izquierda, y creo que no hace falta que te repase la reforma fiscal del señor solbes de la pasada legislatura... que de socialdemócrata tenía poco todo sea dicho.
Y la debacle no fue electoral, sino electoralista, por ese sistema tan molón que pactaron los partidos monárquicos (y por monárquicos meto hasta al PCE, recordemos que quienes no aceptaron al rey no fueron legalizados para Cortes Constituyentes).
YO me alegro de que hayan quitado la fiesta del PCE, era una oda al consumismo. Y lo de que trajesen grupos lumpenproletarios y artistas que no respetaban la conciencia de clase en sus obras... dios que trajeron a Fran Perea... niño pijo de papá donde los haya...
Y mejor no hablo de esa ley de partidos creada para ilegalizar partidos comunistas y comprar votos de oyentes de la cope.
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