Lo bueno - y lo malo - de ir al cine con amigos es que, si son gente inteligente, te han desguazado la película desde el momento en el que te levantas de la butaca hasta el primer semáforo de tu ruta. Eso es bueno si, por ejemplo, acabas de ver una peli de Abbas Kiarostami y aún te estás rascando la cabeza a ver qué coño hacía esa niña con una manzana, pero es malo si te propones hacer un análisis de la película y te das cuenta de que probablemente no tengas ni una idea original que escribir. Así que éste artículo ha sido compuesto en parte por Diana y el Meister, aunque no estén aquí conmigo escribiéndolo.
Al tajo: con Isabel Coixet, por lo que tengo visto - que tampoco es tanto - sabes a lo que vas: a la estética. Y "Mapa de los Sonidos de Tokio" es así: estéticamente muy hermosa - y, haciendo honor al título, con un marcado énfasis en la estética del sonido en comparación con el aspecto visual - pero, siguiendo la inmortal frase de mi amigo James, el argumento es más viejo que el hilo negro: asesino/a tiene que matar hombre guapo/a, pero se enamora como un/a cretino/a y todo va mal.
Tal original argumento puede desarrollarse perfectamente en Madrid, Londres, Los Ángeles o Villar del Arzobispo, así que la directora se ve obligada a meter - en ciertos casos con calzador - constantemente momentos "coño, estoy en Tokio": mochis, tascas de gyudon, la línea Keihin-Tōhoku, love hotels, etcétera, etcétera.
Con éstos mimbres, es obvio que el trabajo de actuación no puede ser tampoco un estruendo. Sergi López hace su papel de hablar espantosamente cualquier idioma al que se dedique - lo cuál le identifica como español - y, por lo demás, cabe incluso la posibilidad de sobreactuar - lo que en ciertos casos ocurre.
En fin, es bonita, entretiene, pero no emociona.
Seguiremos informando.
Al tajo: con Isabel Coixet, por lo que tengo visto - que tampoco es tanto - sabes a lo que vas: a la estética. Y "Mapa de los Sonidos de Tokio" es así: estéticamente muy hermosa - y, haciendo honor al título, con un marcado énfasis en la estética del sonido en comparación con el aspecto visual - pero, siguiendo la inmortal frase de mi amigo James, el argumento es más viejo que el hilo negro: asesino/a tiene que matar hombre guapo/a, pero se enamora como un/a cretino/a y todo va mal.
Tal original argumento puede desarrollarse perfectamente en Madrid, Londres, Los Ángeles o Villar del Arzobispo, así que la directora se ve obligada a meter - en ciertos casos con calzador - constantemente momentos "coño, estoy en Tokio": mochis, tascas de gyudon, la línea Keihin-Tōhoku, love hotels, etcétera, etcétera.
Con éstos mimbres, es obvio que el trabajo de actuación no puede ser tampoco un estruendo. Sergi López hace su papel de hablar espantosamente cualquier idioma al que se dedique - lo cuál le identifica como español - y, por lo demás, cabe incluso la posibilidad de sobreactuar - lo que en ciertos casos ocurre.
En fin, es bonita, entretiene, pero no emociona.
Seguiremos informando.
2 comentarios:
Muy bien. Y has visto esto? Por lo visto han plagiado el cartel ...
http://www.xatakafoto.com/actualidad/mapa-de-los-sonidos-de-tokio-y-el-presunto-plagio-de-una-foto-de-aramburu
Cierto es que la historia era una vuelta de tuerca más a un tema de lo más manoseado, pero uno tiene la buena fé de pensar que obviamente Coixet sabía lo que hacía y que eligió tal argumento precisamente para poder centrarse, heredera más que nunca de sus adorados Wong Kar-wai y Christopher Doyle, en un ejercicio de estilo en el que toda la inmersión es cortesía de la atmósfera y poco o nada de la historia. El problema es que todo lo inmersivo de esa atmósfera, genialmente logrado a través de un magnífico trabajo de localización y fotografía, se pierde con la horrenda, HORRENDA interpretación de López, que es incapaz de hacer creible ni un solo sentimiento de su personaje; mala entonación, mala gesticulación, mala expresión (e, incluso, malas frases para su personaje, a todas luces el peor parado del guión con diferencia). Una pena porque, con otro actor en el papel (entre los que fuimos a verla se barajó Tosar en el papel de cincuenton español vendedor de vinos, pero tal vez alguien más joven hubiese quedado mejor) la película hubiese ganado en credibilidad y emotividad, además de demostrar que Coixet es capaz de filmar EXACTAMENTE igual (mismo ritmo, mismo tipo de fotografía, misma temática intimista) que como lo hacen muchos de los mejores exponentes del nuevo cine asiático (Sexta generación China, nuevo cine coreano, etc. etc. etc.)
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