miércoles, 27 de mayo de 2009

También es de los hijos de puta

Mi amigo Tirso ha publicado un enlace a éste excelente artículo de El Teleoperador (blog del cuál me arrepiento de no haberles recomendado antes, máxime cuándo está desde hace tiempo en mi agregador de feeds). Recomiendo que se lo lean (incluidos los comentarios) y, si pueden, se vuelvan luego.

¿Ya han vuelto? En la humilde opinión de éste su corresponsal, creo que la intención del artículo es poner a prueba a muchos demócratas de salón (entre los cuáles pueden incluirme, o no) dejando bien claro qué clase de personas forman parte de Izquierda Internacionalista. El fondo del artículo es preguntarse si es moralmente aceptable que defendamos el derecho a que gente que acepta, tácita o implícitamente, el matar gente con objetivos políticos, pueda votar y ser votada en unas elecciones.

Y es que, por más vueltas que le doy, la respuesta sigue siendo que sí. Pues la democracia es, siempre según mi opinión, el hecho de que todo ciudadano (es decir, toda persona con capacidad de interesarse por como se gobierna su país) puede participar libre y destrabadamente en las instituciones de gobierno. Ni más, ni menos.

El hecho de que existan personas que no crean en éste sistema, es más, que pretendan destruirlo a diario de palabra y obra, y peor, utilizando métodos abiertamente criminales es absoluta y completamente repugnante. La ley debe castigar de la forma más severa a los criminales y asesinos. Lo contrario es indefendible desde cualquier punto de vista.

Pero de ahí a renunciar al principio básico de la democracia en aras del fin del terror hay un paso corto pero infranqueable. Restringiendo la democracia la combatimos y nos convertimos en anti-demócratas nosotros mismos. Y, lo que me da más asco, damos la razón a aquellos que buscan para sus crímenes la excusa de que nuestro sistema es represor y restringe las libertades.

Es indudable que debe haber un método para impedir que los terroristas tengan acceso a fondos públicos y (como bien me señaló mi estimado amigo Hidalgo) a las listas del censo. Pero prohibir partidos políticos in toto es una solución torpe y excesiva, destinada en exclusiva a contentar a la extrema derecha mediática y que, a la larga, nos va a causar más problemas que soluciones.

Porque al fin y al cabo, ¿quién es un demócrata? ¿El que considera que una dictadura es un régimen tolerable y plácido? ¿El votante que sigue depositando religiosamente la papeleta del cacique de turno a pesar de haberse demostrado mil veces que es un ladrón con pintas? ¿El ladrón con pintas? ¿Quién pone la línea? ¿Usted? ¿Yo? ¿Finceleb? Mire, no. La democracia, por principio y por sistema, tiene que ser para todos. Y, aunque nos duela a todos en el alma, también es para los hijos de puta.

Seguiremos informando.

lunes, 25 de mayo de 2009

Día del Orgullo Friki

Y cada cuál lo celebra a su manera:

Seguiremos informando (o al menos, eso espero)

Notas de una campaña (I)

El problema del Parlamento Europeo es que nadie le hace caso. La ciudadanía sabe bien poco sobre su funcionamiento e utilidad, y los partidos políticos en general siguen teniéndolo como una suerte de cementerio de elefantes donde enviar a la gente muy ambiciosa/anciana/impresentable/friki (táchese lo que corresponda) lo cuál quizás fuese una idea razonable en 1979 (o, en nuestro caso, en 1986) pero que, conforme el PE va adquiriendo poder y atribuciones (cosa que, a trancas y barrancas, se va haciendo) se convierte en un insulto o, en el mejor de los casos, una temeridad.

Así pues, hasta que no se tome consciencia de éste hecho, en éste hermoso país de Dios las elecciones europeas se convierten en una suerte de sondeo electoral a lo burro, destinado a dar alas a los partidos de derecha que aspiran al poder. ¿Y por qué a los de derecha? Porque debido a que nadie sabe exactamente para qué sirven las elecciones al Parlamento Europeo, siempre hay algo mejor que hacer un domingo que ir al colegio electoral. Con lo que los únicos que quedan para ir a votar son los ancianos y los fanáticos, cuyas preferencias electorales (salvo honrosas excepciones) son más que conocidas.

El bigotismo sabe perfectamente de éste hecho y va a lo que va: incapaz de ganar las elecciones por su cuenta, va directamente a hacer que el PSOE las pierda (lo que posiblemente conseguirá), a través de la misma política que lleva haciendo los últimos cinco años: diciendo necedades a gritos para asquear al electorado de centro, sacando un escándalo mayúsculo de donde no lo hay una vez por semana (siendo apoyado estrepitosamente por la prensa afín) y sin presentar una única propuesta constructiva salvo la de permitir a los padres que prohíban a sus hijos saber catalán.

¿Y como responde mi partido, el PSOE, a ésto? Pues, naturalmente, mal: entrando a saco en la crispación y la confrontación, haciendo una campaña absurdamente confrontacionista y populista, siguiendo el paradigma tan hispano de que si no te metes en la pelea es por eres un cobarde y/o vas a perder. El motivo de todo ésto es obvio: las elecciones europeas sólo pueden ser ganadas por la izquierda en caso de una alta participación, y nada moviliza más a la izquierda (opinan los estrategas de Ferraz) que el miedo a la derecha.

Pero el voto del miedo tiene un límite: y si gastamos balas gritando "que viene el lobo" todo el día llegará el momento en el que éste mensaje dejará de ser escuchado. Si tan entusiasmados están en Ferraz con Barack Obama, hay que tomar ejemplo en lo que posiblemente sea la razón fundamental de la popularidad del presidente de los Estados Unidos: el hecho de que, a pesar de que cosas como la NASCAR o el Ovillo De Cuerda Más Grande Del Mundo hagan pensar lo contrario, la gente en general no es idiota: hay que explicarles las cosas bien, con detalle y a la cara; en una palabra: convencer. Y convencer bien.

Pero no: en lugar de explicarnos bien, ser didácticos y convencer a los españoles de que, para salir de la crisis sin dejar a media Europa en la indigencia, es importantísimo tener una mayoría de izquierdas en el Parlamento Europeo, preferimos hacer el Enjuto Mojamuto bigotista porque la gente se ríe más y eso. Es, en mi opinión, un desprecio a la inteligencia de los ciudadanos. Y perder, vamos a perder igual.

Los qué más sufren, pobres, son los de Izquierda Unida. Por simple matemática electoral, las elecciones europeas son las que pueden irle mejor a IU: la circunscripción única les permite mostrar su poder electoral real, sin las distorsiones de nuestro heroico sistema proporcional. Sin embargo, diez años seguidos de hacer el simio ha acabado con su credibilidad y, lo que es peor, han conseguido lo que parecía prácticamente imposible: desmovilizar al electorado comunista. Héroes.

¿Y el cuarto partido nacional, UPyDance? Rosita la Pastelera ha conseguido mantener sus altos niveles de popularidad a través del reconocido método de no hacer absolutamente nada (si no haces nada, nada te pueden reprochar) Dos años tras su formación, el partido ha dejado claro su electorado objetivo: los cínicos asqueados, que ya no creen en nada ni en nadie y que votan en contra de todos, no a favor de nadie. Técnicamente, existen cínicos asqueados tanto de izquierdas como de derechas, pero, para desgracia de Rosita y su adláter con pajarita, los de izquierda prefieren quedarse en casa viendo Roland Garros en lugar de ir a votarle a ella. Con lo cuál resulta que, para horror de la prensa de derechas que la alabó como la salvadora de la patria en peligror, a quién está quitando votos es al PP, no al PSOE. Y de ahí que nadie, absolutamente nadie, le haga ni caso en los medios de comunicación.

En fin, seguiremos informando.


domingo, 17 de mayo de 2009

Maccarthyismo cañí

Detesto profundamente cuándo mis malas previsiones se cumplen: el problema de dejar en manos de cualquier persona o institución el decidir quién tiene derecho a participar en el sistema democrático y quién no, es que, a largo plazo, inexorablemente, la lista de demócratas se va a ir reduciendo, rodaja tras rodaja, hasta deslegitimar definitivamente al sistema. No es mala fe: es, sencillamente, una nefasta aplicación de la lógica simbólica: "éste es amigo de A, que es amigo de B, que es amigo de C".

El hecho de que en España se vota al Parlamento Europeo en una única circunscripción que cubre todo el país producen extrañísimos compañeros de cama. Hará unos años, CiU, PNV y el BNG se presentaron en una lista conjunta. Las listas conjuntas, cuánto más amplias , mejor, son la única manera de conseguir escaños en unas elecciones que tienden de forma implacable al bipartidismo.

Así pues, el titular de El País acerca de la ilegalización de Izquierda Internacionalista es tan falaz como típico. Dudo seriamente de que el Partido Comunero tenga intenciones violentas más allá de poner la típica pintada de "Madrid es Castilla" en los transformadores rurales. Pero al Tribunal Supremo eso le ha dado igual: van en la misma lista que Alfonso Sastre, en consecuencia, comparten sus fines y sus intereses. Y pueden ser pocos, pero con ésta decisión ya son más los españoles que se han quedado sin la posibilidad de votar a sus candidatos en éstas elecciones europeas.

Es muy duro decirlo, pero todo indica que la Ley de Partidos ha generado una suerte de maccarthyismo cañí que todavía no ha llegado a su punto más álgido. Con la complicidad de los medios de comunicación y el silencio garantizado dentro de los partidos mayoritarios, día tras día, los "compañeros de cama", los "cómplices", los "tibios", los "indiferentes", van a ser etiquetados y expulsados del paraíso democrático por no plegarse a la simple y empobrecedora dicotomía: si no estás contra los terroristas estás con ellos.

Pues mire, señora: me niego a una simplificación tan burda. Estoy contra los terroristas en cuánto que terroristas; pero un hecho es incontestable y incontornable: los terroristas son, igualmente, ciudadanos españoles con derechos: y en tanto en cuánto lo son, en cuánto en tanto lo sean, mi obligación como ciudadano y como demócrata es exigir que no sean privados de esos derechos.

Y si ésta sencilla coherencia democrática me pone fuera de la Ley, sea: ésta coherencia; mi coherencia que es la de mucha otra gente, es y será la barrera que nos impida regresar de lleno al país de la arbitrariedad del que tanto nos costó salir.

Seguiremos informando.

jueves, 14 de mayo de 2009

Chun-da-chun-da

Me pide el señor Mastropiero que hable del fúmbo de anoche: un partido que enfrentó a un grupo de alegres y voluntariosos cuñaos contra el Barça, del que no hay más que hablar. Desde el principio quedó claro que el Athletic iba a basarse en el principio tradicional del fútbol español, a saber ,"patadón hasta los dos tercios del campo, y de ahí en adelante, con dos cojones y que Dios y la Virgen de Begoña nos ampare", y que el Barça, bueno, iba a ser éste Barça. Y en principio tuvieron la ayuda de Dios: golazo de Toquero en el minuto 8. Y la estrategia del Athletic a partir de entonces estuvo definida: a Messi le llovió una épica somanta de palos, así que tuvo que ser Touré Yayá el que tuvo que abrir la lata. Como saben, Touré Yayá no es Nijinsky, precisamente: le bastó medio (no uno: medio) regate en cada dirección para sentar a la defensa del Athletic y lanzar un bombazo. Y de ahí, bueno, el Barça se creció y el resto lo pueden encontrar en la prensa.

¿O no pueden? En la portada de The World ésta mañana líneas y líneas se gastan en la pitada al himno y la supuesta censura de TVE, que supongo que es el tema del que el señor Mastropiero realmente quería que hablase, mientras que dos breves líneas (en negrita) resumen el partido. En editorial (sí, a veces leo los editoriales de El Mundo, soy tan masoca) se dice (y cito casi textualmente) "no ocurre en ningún otro país". Siento decepcionar a Pedro J, pero creo que en el Centre Bell de Montreal es tradición pitar de forma entusiasta tanto el O Canada como el The Star-Spangled Banner en cualquier partido de los Canadiens, incluidos los play-offs.

De todas formas, el problema de España con sus símbolos patrios es que están tan indeleblemente politizados que ya no hay forma humana de convertirlos en lo que los símbolos patrios deben de ser, a saber, artefactos que simbolizan una casi universal (a excepción de los internacionalistas a ultranza, que siempre son menos de los que se cree) relación emocional entre la ciudadanía y el Estado. En algunos momentos de enajenación mental me planteo seriamente si deberíamos tener otra bandera y otro himno, creados ex novo para garantizar su neutralidad política, pero es que ahí arde Troya.

En todo caso, creo que lo de TVE viene menos determinado por imposición política y si por otra cosa: por la ansiosa política de autopromoción de la Corporación, que hace que, en cualquier circunstancia y hora, lo primero y más importante de lo que debe hablar Televisión Española, es, naturalmente, de Televisión Española. Así pues, se priorizó el recordar a los señores telespectadores la cantidad de unidades móviles que TVE es capaz de repartir por el largo y ancho de nuestra doliente península que pequeños detalles como la alineación de los jugadores y el himno nacional. Creo que más ha tenido que ver Fernández que Rodríguez, pero para la conspiranoia no hay límites.

Seguiremos informando.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Notas sobre un debate

Utilicemos una anécdota fumbolera: pongamos un equipo de 2ª al que llamaremos, para no herir susceptibilidades, el Chiquiruelas F.C. El equipo está compuesto por una docena de alegres cuñaos que le ponen mucho entusiasmo al jugar pero que a la hora de tirar a puerta suelen o mandarla fuera o soltar una media patada que viene a parar mansamente en las manos del portero. Imaginemos que juegan un partido contra el C.D. Chichón, esforzado club cuyos miembros, en lugar de jugar, se dedican, durante todo el partido, a dar patadas en las espinillas, tanto a los rivales, como entre sí; de modo que los del Chiquiruelas, a la mínima que consiguen ligar dos regates (y es complicado) pasan por entre las masas de jugadores del Chichón tendidos en el suelo y consiguen marcar y ganar el partido: 1-0. La pregunta que yo le hago, señora, es: ¿son los del Chiquiruelas un buen equipo? La respuesta es: no, no lo son, porque son los mismos cuñaos de siempre; son los otros los que lo hacen bueno.

Y, salvando las distancias, esa es mi valoración sobre el Debate sobre el Estado de la Nación 2009: es innegable que el Gobierno está esforzándose muchísimo por dar una imagen de que puede hacer algo contra la crisis, pero en realidad la recuperación económica depende de factores externos, tanto dentro como (sobre todo) fuera de nuestras fronteras, factores sobre los cuáles, por mucho que el bigotismo intente hacer pasar la imagen opuesta, el presidente Zapatero no tiene nada que ver.

Porque el mensaje del PP está claro: hacer volver a los votantes socialistas a la atmósfera de desilusión y apocalipsis de hace quince años, machacando todo lo posible con el mensaje "paro, corrupción y despilfarro" que les llevó a la Moncloa en el 96: en suma, hacer que los socialistas pierdan las elecciones en lugar de ganarlas ellos.

Me repugna la alegría con la que los dos lados se echan bolas de barro. Siempre he insistido en que el PSOE debe ser (¡y es que lo es!) un partido con las suficientes ideas, convicciones y propuestas para mantener, constantemente, un mensaje positivo; y, consecuentemente, no necesitar bajarse al pozo negro en el que el PP parece residir.

Hay un principio fundamental que debe regir la actitud de la izquierda en general y el PSOE en particular:
La izquierda tiene la obligación constante de legitimar y dignificar la política (entendiéndose en éste caso la política como la participación directa e indirecta de los ciudadanos en el control democrático de los mecanismos legislativos y ejecutivos) porque cuánto más legítima y digna sea, más desearán los ciudadanos participar e interesarse por ella; por el contrario, la intención del conservadurismo es deslegitimar y menospreciar la política, pues cuánto menos participativa sea la ciudadanía, más control podrán ejercer las instituciones políticas, económicas y sociales que, invariablemente, se alinean con la derecha.
Tras ésta diatriba contra la política del garrotazo, vamos a analizar las propuestas:

- Eliminación de la desgravación por vivienda. Con ésta medida la intención del Gobierno es doble. A largo plazo, bajar el precio de la vivienda: a duras penas se puede convencer a los españoles de que no es imprescindible comprarse una vivienda para ser persona si sacarse una hipoteca supone una rebaja de impuestos durante los siguientes 35 años; a corto plazo, incentiva a los españoles, siempre dispuestos a correr detrás de una ganga, a comprarse casas.

- Ayudas al automóvil y ticket transporte. Las ayudas al automóvil; en fin, al parecer no podemos vivir sin ellas. No sé si van a quedar coches con más de diez años por cambiar, pero en fin; lo único que puedo decir es que se debería hacer aún más énfasis en los coches menos contaminantes. De todas formas, es una excelente jugada de propaganda para el Gobierno: paga sólo el 25% de la factura y se lleva la idea a casa. El ticket transporte existe en Brasil y, dentro de la infame picaresca nacional, mucha gente vende sus tickets en el mercado negro al momento en que se los dan: no hay intercambiador de transportes sin su fila de barraquitas vendiendo vales transporte a precios descontados. ¿Incentivará el transporte público? A saber: pero valdría más la pena que el gobierno se empeñase más en colaborar con las autoridades locales en mejorar el transporte público, sin preocuparse con quién se lleva las medallas.

- Portátil para los niños de primaria: Seguimos copiándoles las ideas a los vecinos: en éste caso, a los lusitanos. Nuestros ignorados compañeros de península ingeniaron la idea de regalar un portátil (el Magallanes) a cada niño de primaria, incluyendo además el requisito de que fuese montado en Portugal (con la loable intención de desarrollar una industria de hardware nacional). Éste último requisito fue el que creó el desastre: las recién fundadas montadoras del Magallanes no dieron abasto desde el principio, creando una cadena de retrasos en las entregas del portátil que han sido (y siguen siendo) una lacra para el programa. Respecto al problema del sistema operativo, el Gobierno se ha echado de encima el marrón grande dividiéndolo en 19 marrones pequeñitos: en la opinión de éste su corresponsal, es imprescindible que el PSOE se posicione a favor del software libre en todas las comunidades. El Güindous no se fabrica en España.

Anotaciones, comentarios y discusiones son y serán siempre bienvenidas.

Seguiremos informando.

martes, 12 de mayo de 2009

Vuelve el Hombre

El Partido Bigotista tiene una forma cuánto menos curiosa de dilucidar sus conflictos políticos. Al contrario de otros partidos, que resuelven sus diferencias a berrido limpio, en el PP se mata con navaja trapera, en el callejón más oscuro y cuándo menos se lo espera la víctima. Eso permite que, a ojos de los menos informados, de los que no siguen la actualidad día a día, de los que, en fin, para informarse sólo leen la santísima trinidad del Marca, el Pronto y la hoja parroquial (es decir, el electorado objetivo del bigotismo) el PP parezca un partido cohesionado y estable.

En contrapartida, Génova es un pozo negro lleno de suspicacias, donde la traición y el peligro acechan tras cada esquina y todas las sillas se mueven. En principio, y gracias al Führerprinzip instaurado durante los 90, la única silla segura es la del Líder Máximo, pero las cosas han llegado hasta tal punto que hasta Malas Noticias Brown (léase Mariano Rajoy) ve amenazado su liderazgo.

Como saben, la candidata de la extrema extrema del Partido Bigotista era, hasta hace nada, Esperanza Aguirre Gil de Biedma. Pero ahora que está más que claro que, tarde o temprano, el caso Gürtel le va a pasar factura, poco a poco va quedando claro quién es el candidato del sector ultra para cuándo Mariano se caiga del caballo again. (Que espero será en las municipales de 2011.)

Y, sí, señora. Todo indica que el nuevo candidato es Él. El único. El genuino.

Bigotus Máximus.

El nuevo linvro que ha escrito el Querido Líder, es el enésimo mash-up de las desacreditarérrimas ideas neoliberales de la FAES. Si hasta Alan Greenspan se está planteando lo de revertir la tendencia a desregularizar es que el modelo ha funcionado MUY mal, pero, como ustedes saben, entre la derecha neocon en general y la española en particular existe una muy extendida costumbre de no dejar que la realidad se interponga en el camino de una idea bien (quicir) planteada. Así pues, las hipotecas basura, la quiebra de Islandia, la caída de las bolsas, en fin, la crisis global, por no sé qué mirabuloso truco de magia, se resume en sus 200 páginas en la frase que el lector de nuestro idolatrado Jose Mari quería oír desde el principio: "la culpa es íntegramente de Zapatero."

Pero lo que realmente llama la atención es que Aznar, que nunca se había conformado con su situación pos-2004 (éste artículo lo escribí hace más de tres años, pero sigue siendo muy actual) ha vuelto a la palestra a hacerse notar. Es el Hombre, es el Líder, y ha vuelto.

Es un señor patético y deplorable, pero, por más que me duela decirlo, ténganle miedo. Mucho miedo.

Seguiremos informando.

sábado, 9 de mayo de 2009

Día del Orgullo Soviet

Es 9 de mayo, el día en que el Bloque Oriental (a éstas alturas, Rusia y Bielorrusia) eligen para celebrar la victoria en la II Guerra Mundial. Sí, los alemanes se rindieron el 8 de mayo de 1945, pero como lo hicieron a las once de la noche (hora de Berlín), para la Rusia soviética eso significaba que se rindieron a la 1 de la mañana del 9 (hora de Moscú), así que para ellos eso es un día después. Y como tengo un fin de semana de lo más friki, pasemos ahora a una pieza de música pop soviética: les cito mi propio comentario, escrito en YouTube.
"Den Pobedy" (Día de la Victoria) fue compuesta en 1975 para un concurso que premiaría a la mejor canción que celebrase el 30º aniversario de la victoria en la II Guerra Mundial. Ésta canción no ganó; los jurados consideraron que era demasiado "occidentalizada" (glup) y "recomendaron expresivamente" que no fuese interpretada (re-glup). La canción estuvo prácticamente seis meses en un cajón hasta que aquí el amigo Lev Levchenko, que interpreta el tema en éste vídeo, se atrevió (literalmente) a interpretarla en público. Y ya que estábamos, a lo torero: en el Gran Salón del Kremlin (donde se celebraban los congresos del PCUS), durante la celebración del Día de las Milicias. A los censores por poco les da algo, pero Levchenko se salvó del gulag: el Gran Salón se vino abajo con los aplausos y peticiones de bis, y se convirtió en una de las canciones favoritas del mismísimo Brezhnev. El tema de la canción, combinando la melancolía de la vejez con la euforia de la victoria, amén del estilo rimbombante, tocó la fibra del pueblo ruso, y se toca en la Plaza Roja todos los 9 de mayo (Día de la Victoria) hasta hoy, normalmente entre fuegos artificiales.

Éste vídeo es de la televisión soviética y está fechado en 1976. Viéndolo, uno descubre qué le faltaba a "Noche de Fiesta": el Coro del Ejército Rojo (suponemos que el junior) y el Coro del Komsomol dan alegría a cualquier espectáculo. Espérense después del tema para el "bonus-track" del diploma para los compositores y el "aplauso soviético", porque el entusiasmo es anti-proletario.




Seguiremos informando.

A Man's a Man for a'That

Robert Burns (1759-1796) es el poeta nacional de Escocia. La adoración que sienten los escoceses por éste hombre es tal, que el aniversario de su nacimiento es celebrado por todo el mundo con una cena especial. La cuestión es que el hombre escribía en escocés; que es un idioma lo suficientemente diferenciado del inglés como para no ser un dialecto, pero no tan diferente como para que los ingleses se den el trabajo de hacerlo comprensible a aquellos, que, como un servidor, no hemos nacido en el lado correcto de Gretna Green.

En todo caso, aquí su corresponsal se ha dado al trabajo de traducir, utilizando un diccionario, uno de los poemas más famosos de Burns. Naturalmente, no está 100% bien, pero visto que es lo más cercano que se puede encontrar a un poema de Burns en castellano, aquí queda, para su disfrute.

Es por la pobreza honrada
Que cuelga su cabeza, y todo eso.
El cobarde esclavo - lo dejamos atrás
¡Osamos ser pobres por todo eso!
Por todo eso, por todo eso,
Nuestros olvidados trabajos y todo eso
El rango no es sino un sello de guinea
El Hombre vale oro por todo eso.

A pesar de que comemos magras raciones,
Y vestimos de sayal gris, y todo eso
Que bufones les den seda, y siervos, vino
El Hombre es un hombre por todo eso
Por todo eso, y todo eso,
Su desfile de hojalatas, y todo eso,
El hombre honrado, aunque sea pobre,
es rey de entre los hombres por todo eso.

Ves aquí a un muchacho, llamado señor
Que se pavonea y pasea, y todo eso.
A pesar de que cientos adoran su palabra,
No es sino un pobre por todo eso
Por todo eso, y todo eso
Su cinta y su medalla, y todo eso
El hombre de pensamiento independiente
Mira y se ríe de todo eso.

Un príncipe puede hacer un caballero,
Un marqués, un duque, y todo eso;
Pero un hombre honrado tiene su voluntad,
y buena fe; ¡debe de ser como eso!
Por todo eso, y todo eso,
Su dignidad y todo eso;
su sentido común, y orgullo de su valía,
Son superiores a todo eso.

Así que recemos por lo que debería venir
(Y vendrá, por todo eso)
Que la sensatez y la valía, por toda la tierra,
Serán superiores, y todo eso.
Por todo eso, y todo eso,
Debe de venir, por todo eso
Que los hombres alrededor del mundo,
sean hermanos por todo eso.

Seguiremos informando.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Dígale que NO a Madrid 2016

De todos los criterios que utiliza el COI para seleccionar una ciudad olímpica, el más importante, por la constancia con el que se ha aplicado, es el de la alternancia continental. Asia pasa a Europa que pasa a América, incluyéndose Oceanía de vez en cuándo; en todo caso, tras celebrarse unos juegos olímpicos en un continente, éste continente ha de esperar, como mínimo, ocho años para que pueda volver a verlos. La última vez que no fue así fue en Helsinki 1952, y no fue por voluntad del COI: un pequeño incidente trastocó sus planes.

Aún así, el país entero parece haberse encomendado a las artes de Alberto Ruiz Gallardón, el Hombre Que Se Alimenta De Su Ego, para lograr que el COI mande al traste con una costumbre cincuentenaria porque Madrid lo vale y Alberto de Mónaco es un gambitero. Y el primero, nuestro visionario presidente del Gobierno, que en la última reforma ministerial se asignó la cartera de Deportes, para que, en caso de victoria de la capital, pueda quedarse con los focos que, en caso contrario, se quedaría Albertito Mediabarba para él solo.

Oyéndole, oyendo a Albertito Mediabarba, al Kronprinz y a su Barbie deportista, a la insufrible niña de la Coghen y demás caterva, parece ser que lo único patriótico y auténticamente madrileño que se puede hacer es sumarse con armas y bagajes a la fiesta del olimpismo.

Pues yo no. Y quién me conoce sabe que amo ésta ciudad con pasión insana; y es precisamente por eso que no quiero que los Juegos de la 31ª Olimpiada se celebren en ésta capital.

Hay motivos prácticos: que si Madrid en verano no es sitio para hacer deporte, que es improbable que nos libremos de la boina de contaminación para 2016, que si el tráfico, que si patatí, que si patatá. No son esos mis problemas: pueden ser solventados.

Mi problema con las Olimpiadas es más de fondo. Como todas las iniciativas del Gallardo Gallardón, Madrid 2016 no será, en ningún caso, una iniciativa para el común de los madrileños. Más bien, serán siete años de obras (aún más obras) destinadas a crear unas olimpiadas que solo verán los turistas y los que estén dispuestos a pagar los 400 euros de las entradas. Seguir convirtiendo a Madrid en una fachada fashion, que oculta los verdaderos problemas y defectos de la ciudad. Diferenciar aún más la ciudad pública de la privada, con absoluto privilegio de ésta última, por supuesto. Seguir con la actitud "Plebe, qué asco" que tanto caracteriza a nuestra ínclita corporación municipal y que se verá acentuada con éstas olimpiadas.

Así que digo NO a la Olimpiada de Gallardón. Aunque no le hago ascos a un Madrid 2020 con un gobierno municipal de izquierdas. Quizás un día me plantee planificarlo.

Seguiremos informando.


La donna è mobile

Sinceramente, me esperaba que Rubiano escribiese algo en el blog acerca de la (ya frustrada) lista electoral del inefable Partido de la Libertad para las europeas. Al fin y al cabo, la iniciativa del Amado Silvio consistía en, directamente, aceptar y celebrar la inutilidad del Parlamento Europeo, de las elecciones y, por extensión, de la democracia, para sustituirla por un show business de segunda, ilustrado por la frase "lo que la gente quiere de verdad son tías buenas". Hace mucho tiempo que no veo a mi amigo Daniel: quisiera saber su opinión sobre tal declaración de amor por la democracia.

Y tal es la credibilidad del Parlamento Europeo en los tiempos que corren: unas elecciones inútiles, unos vagos que no van sino a perder el tiempo, un cementerio de elefantes para políticos incompetentes, viejos o que puedan hacerle sombra al Líder (que un gañán certificado como Jaime Mayor Oreja pueda aspirar al liderazgo del bigotismo deja claro el nibel (sic) que se gastan en Génova)

Lo que cuenta no es el Parlamento Europeo: las elecciones europeas son y serán, para el PP, una prueba que certificará su reconversión en una máquina de ganar elecciones, por obra y gracia de la nueva moderación de Rajoy. Mentira y gorda, naturalmente: simplemente con la participación que suele tener las elecciones europeas (en las últimas por poco se me olvida ir a votar: ¡a mí!) la derecha sale con ventaja.

En todo caso, por malas que sean las perspectivas en España, queda el consuelo de que, si la tendencia en Europa se confirma, puede que, por primera vez desde 1989, la izquierda se lleve el Parlamento Europeo. Y eso, por mucho que a Berlusconi le pese, afectaría positivamente al conjunto de los europeos. Y eso le incluye a usted, señora.

Pero eso puede no ocurrir si usted no contribuye con su voto. Así que, éstas europeas, salga a votar.

Seguiremos informando.

Mucha suerte

Que conste que yo me alegro tremendamente por la elección para la lehendakaritza de Patxi López. Es un triunfo para el socialismo vasco, un socialismo que, por imperativo del entorno (y no me refiero únicamente a la amenaza terrorista), obliga a los militantes a ir más allá de la mera pose para convertirse realmente en socialistas activos y participativos que a los parias farsantes como un servidor le parecen realmente admirables. Si a eso le sumamos que, además, en las Casas del Pueblo vascas generalmente hay bar (¡y pintxos!), apaga y vámonos: nos llevan siglos de ventaja.

Sin embargo, a éste Parlamento vasco, y en consecuencia, al gobierno que de él deriva, le sigue pesando el hecho de que la legislación electoral no asume una realidad; terrible, pero realidad, al fin y al cabo: que entre 80 y 90.000 vascos (aproximadamente) consideran correcto solventar (es un decir) los conflictos políticos matando a gente inocente.

Insisto una vez más: no podemos convertir a la democracia en exclusiva para los demócratas. Primero, porque da argumentos a los anti-demócratas, argumentos que son difíciles de rebatir; Segundo, y más importante: porque crea un problema político, a saber, quién traza la línea entre los que son demócratas y los que no.

El Parlamento vasco salido de las elecciones de marzo fue elegido por los votos de la mayoría abrumadora del pueblo vasco; lo que a vistas de mucha gente (yo incluido) es bastante como para legitimarlo. El problema de esa legitimación es el mismo problema que tiene la legitimación de muchas instituciones de éste país (incluidas la Monarquía y el Senado): que es una legitimación indirecta (se aprueba porque se participa, no porque se vota al respecto), derivada del terror que le tiene la clase política española a preguntarle a la ciudadanía las cosas a la cara.

No debe haber discusión sobre las bases fundamentales de nuestro sistema político; su legitimidad debe estar fuera de toda duda. Y ésto únicamente se consigue a través de una ratificación directa por parte de todo el electorado. Dejar lugar a dudas respecto a la legitimidad de un sistema político, temer por noticias de Estrasburgo, es, a largo plazo, un suicidio.

En todo caso, recordar siempre: el Gobierno López ha de gobernar (y, creo, sinceramente, que va a gobernar) para todos los vascos: ni para los votantes del PSE, ni para los del PP, ni para los demócratas: todos los vascos, incluyendo a los 90.000 simpatizantes de los criminales. Es ese el objetivo final de cualquier gobierno democrático. Desde aquí, mucha suerte.

Seguiremos informando.