De primeras, no debería haberlo hecho.
Estaba yo en mi casa, en pijama, y mi santa madre me iba a hacer un café por motivos que no puedo entender del todo. De lunes a viernes me levanto a las seis de la mañana, así que mi intención era irme al sobre tempranito, aun más con éste estilo de vida tan gambitero que llevo y que lleva a la Mary a considerarme un bala perdida y poco fiable (¿poco fiable? ¿yo?) Pretendía, eso sí, cumplir con mis compromisos adquiridos en éste mismo blog, e ir a ver "Juno" el miércoles, día del espectador, a una hora prudente, tipo seis y media. En fin, una planificación certera y sensata.
Pero me llama el Modoso.
Y me indica que él y su fascinante y rojiza pareja van a ir al cine juntos, y que, a pesar de que se quieren mucho, no quieren plan parejoso, y que me ha tocado a mí. Y digo que sí.
Y como soy así de generoso y tarado, insatisfecho por lanzarme yo sólo de cabeza a la narcolepsia matinal (porque aun siendo la sesión de las ocho y cuarto, el hecho de que resida en la zona límite entre la civilización humana y el hic sunt dragones me garantizaba que no iba a irme a la cama antes de las once y media) intento convencer a otras personas para que se vengan con nosotros, incluyendo a una encantadora dama justo el día antes de su examen de Novela Realista española (cosa que implica leerse seis tomos, seis, tamaño "¿cómo que de bolsillo?¿hay bolsillos así?") lo cuál era tan mala idea que así se lo hice saber (y así me lo confirmó)
Pero vamos a la película.
Antes de nada, "Juno" no es una gran película. No va a revolucionar la vida de nadie, ni va a desatar tendencias cinematográficas que desafíen los tiempos y las modas.
Pero no le hace falta.
Las películas de adolescentes están tan saturadas de sus propios lugares comunes que no es que nos los esperemos, es que sabemos los momentos en los que ocurrirán. "Juno" no es así (a pesar de que la promoción hispana lo intente, dentro de sus esfuerzos para que sólo existan dos tipos de películas: las graciosas y las que no) no es una peli de adolescentes, es una peli con adolescentes; y para tipos como yo, es lo que la hace más verosímil.
Uno, de hecho, sinceramente espera que la globalización y la popularización de la cultura a través de Internet esté produciendo en las nuevas generaciones personajes como el de Juno, que escuchan a Mott the Hoople, tienen blog y han visto "Suspiria" (y les gustó) Es una peli muy friki. Y eso está bien.
Mi problema con "Juno" se puede resumir en dos palabras: "Napoleon Dynamite".
Vale, sí, no se puede comparar a Ellen Page (capaz de despertar fantasías de morbo pederasta en el más insensible de los asexuados) con Jon Heder, pero cuánto más lo pienso no puedo dejar de notar que "Juno", por muy friki que sea, por muchas coñas geniales que tenga (que las tiene) no deja de ser un intento de crear un "Napoleon Dynamite" (peli de adolescentes frikis en la América suburbana profunda) con gente más famosa y más atractiva.
Está muy bien, y se agradece el aire fresco, y los actores están francamente bien (salvo Jennifer Garner, de la que tampoco me esperaba fuegos artificiales). Pero no es novedoso. Y, en consecuencia, no se merece mi crónica entusiasta.
Seguiremos informando.
Estaba yo en mi casa, en pijama, y mi santa madre me iba a hacer un café por motivos que no puedo entender del todo. De lunes a viernes me levanto a las seis de la mañana, así que mi intención era irme al sobre tempranito, aun más con éste estilo de vida tan gambitero que llevo y que lleva a la Mary a considerarme un bala perdida y poco fiable (¿poco fiable? ¿yo?) Pretendía, eso sí, cumplir con mis compromisos adquiridos en éste mismo blog, e ir a ver "Juno" el miércoles, día del espectador, a una hora prudente, tipo seis y media. En fin, una planificación certera y sensata.
Pero me llama el Modoso.
Y me indica que él y su fascinante y rojiza pareja van a ir al cine juntos, y que, a pesar de que se quieren mucho, no quieren plan parejoso, y que me ha tocado a mí. Y digo que sí.
Y como soy así de generoso y tarado, insatisfecho por lanzarme yo sólo de cabeza a la narcolepsia matinal (porque aun siendo la sesión de las ocho y cuarto, el hecho de que resida en la zona límite entre la civilización humana y el hic sunt dragones me garantizaba que no iba a irme a la cama antes de las once y media) intento convencer a otras personas para que se vengan con nosotros, incluyendo a una encantadora dama justo el día antes de su examen de Novela Realista española (cosa que implica leerse seis tomos, seis, tamaño "¿cómo que de bolsillo?¿hay bolsillos así?") lo cuál era tan mala idea que así se lo hice saber (y así me lo confirmó)
Pero vamos a la película.
Antes de nada, "Juno" no es una gran película. No va a revolucionar la vida de nadie, ni va a desatar tendencias cinematográficas que desafíen los tiempos y las modas.
Pero no le hace falta.
Las películas de adolescentes están tan saturadas de sus propios lugares comunes que no es que nos los esperemos, es que sabemos los momentos en los que ocurrirán. "Juno" no es así (a pesar de que la promoción hispana lo intente, dentro de sus esfuerzos para que sólo existan dos tipos de películas: las graciosas y las que no) no es una peli de adolescentes, es una peli con adolescentes; y para tipos como yo, es lo que la hace más verosímil.
Uno, de hecho, sinceramente espera que la globalización y la popularización de la cultura a través de Internet esté produciendo en las nuevas generaciones personajes como el de Juno, que escuchan a Mott the Hoople, tienen blog y han visto "Suspiria" (y les gustó) Es una peli muy friki. Y eso está bien.
Mi problema con "Juno" se puede resumir en dos palabras: "Napoleon Dynamite".
Vale, sí, no se puede comparar a Ellen Page (capaz de despertar fantasías de morbo pederasta en el más insensible de los asexuados) con Jon Heder, pero cuánto más lo pienso no puedo dejar de notar que "Juno", por muy friki que sea, por muchas coñas geniales que tenga (que las tiene) no deja de ser un intento de crear un "Napoleon Dynamite" (peli de adolescentes frikis en la América suburbana profunda) con gente más famosa y más atractiva.
Está muy bien, y se agradece el aire fresco, y los actores están francamente bien (salvo Jennifer Garner, de la que tampoco me esperaba fuegos artificiales). Pero no es novedoso. Y, en consecuencia, no se merece mi crónica entusiasta.
Seguiremos informando.
5 comentarios:
Creo que "Napoleón dynamite" es de las películas que más me ha costado ver, aunque le reconozco la originalidad y el atrevimiento, ese ritmo taaaan lento la hacía un pelín ardua.
Iremos a ver Juno, para poder opinar.
Besitos, gambitero!
Hombre, te va a gustar más que "Napoleon Dynamite". Bastante más.
De hecho, a mí "Juno" me ha gustado bastante más que "Napoleon Dynamite".
Pero que se parecen, se parecen.
A mi me gusto, la verdad. No es para tirar cohetes pero ayuda a pasar una buena tarde (sobre todo si la ves con un pedaso de bol de palomitas!!!).
Por cierto, a que no sabes donde la grabaron? Adivina, adivinanza :o)
por cierto, gambitero, a ver cuándo nos vamos al cine juntos.
Os tragáis unos bodrios...
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