martes, 21 de julio de 2009

Chiquilleces

Siempre pasa lo mismo: cada x tiempo un menor de edad hace una salvajada y surgen de todos los lados padres destrozados, psiquiatras preocupados, juristas informados, periodistas aulladores y demagogos de toda clase, con una única cantinela repetida ad nauseam: es indispensable bajar la edad penal.

Naturalmente ésto se engloba dentro de la estrategia clásica de la derecha para la prevención del crimen, que considera que el artículo constitucional que obliga a entender la política penal como instrumento de rehabilitación es meramente orientativo, y lo que realmente quiere es echar a todo Dios en mazmorras tipo Conde de Montecristo y tirar la llave. Como es una política abiertamente popular (al fin y al cabo, por mucho que se hayan empeñado desde Bentham hasta ahora, la cárcel sigue siendo vista de forma casi unánime exclusivamente como una forma de castigo) hay réditos electorales para todos, por lo que sustanciosos sectores de todo el arco político se suman alegremente a la fiesta.

No hay una edad fija para llegar a la madurez. Hay gente que madura a los diez, otra a los doce, otra a los quince, y luego hay gente como Antonio Burgos, que a pesar de tener unos mil ochocientos años todavía no ha llegado a madurar.


En todo caso, la irresponsabilidad penal de los menores no existe por que sí, como se sobreentiende de los alaridos mediáticos de los cretinos. La obligación constitucional, tanto de los padres como del Estado, es de educar a los menores; el castigo debe existir, indudablemente, pero debe englobarse dentro de un prospecto mayor, que es el de educar a esa persona e integrarla en la sociedad. Lo que rebuznan desde las columnas conservadoras es, literalmente, encerrar a niños de once años y juzgarlos como adultos. Soy perfectamente consciente de la inmensa gravedad de los crímenes cometidos y no les quito importancia en ningún momento; pero llegar a ese punto no sólo es inconstitucional; es inhumano.

Pero la demagogia de nuestra vida cotidiana, alimentada a berridos desde las páginas del Qué?, no descansará hasta ver la ley del talión reimplantada en nuestras calles. La justicia de los animales. Tendremos lo que nos merecemos.

Seguiremos informando.

8 comentarios:

Mambo dijo...

La ley del Talión fue un gran avance de la civilización, para que la pena al delincuente fuera equivalente a la que había provocado, ya que era habitual que las penas fueran muy superiores al daño. De ahí el ojo por ojo y diente por diente. Realmente, no puede haber algo más justo. El que conscientemente causa un daño, debería saber que a él, si le pillan, le van a hacer lo mismo. Por otro lado, la edad de las personas es su edad mental. Hay jóvenes que con 14 años tienen auténticas psicopatías de adultos y saben muy bien lo que hacen y hay personas de 60 años que son infantiles. La edad penal no debe fijarse por ley, sino cada caso por estudio psiquiatrico. Se está dando el caso de muchos delitos donde los "mayores de edad" cargan el mochuelo a los menores del grupo para escabullirse.
He hecho un enlace a un blog donde hablan de otro problema: la delincuencia que se ha colado en España con motivo de la inmigración masiva descontrolada y que llaman ahí CHORIZOS SIN FRONTERAS SE AFINCAN EN ESPAÑA.
Para finalizar, diré que si hay que cogersela con papel de fumar en la Justicia, hay que empezar por las víctimas y no por los delincuentes.

CardinalXiminez dijo...

Oiga, sí, la ley del talión fue un avance, al igual que lo fue la máquina de escribir; en ambos casos, están obsoletos.
Lo he dicho una vez, lo diré cuántas veces haga falta: el Estado no puede ser el instrumento de la venganza privada. La Justicia ha de actuar según la ley y con el objetivo de equilibrar las ansias de venganza de un lado y la necesidad de rehabilitación del otro.
Por último, le recomiendo: para hacer propaganda de su blog racista, búsquese otros blogs donde le acogerán mejor.

Anónimo dijo...

Chiquilleces seran para usted, es muy bonito hablar sin tener experiencia sobre las chiquilleces de los jovenes. trabajo en un centro de menores y es frustrante porque no puedo hacer nada para intentar controlar sus actos, si rompen las ventanas pues nada las cambian, si hay peleas pues a separarles y de paso recibir algun golpe, si me agreden ir a un juez a encima recibir una denuncia del menor que el juez se cree y me hace la vida imposible. los jovenes se saben muy bien hasta que edad pueden o no pueden realizar ciertos delitos señores politicos. antes de hablar por que no realizan un periodo de trabajo en centros de menores. deberian los jueces, los fiscales y todos los que tienen algo que decir en estos casos trabajar con niños con problemas para luego poder legislar y realizar sentencias con ellos. el gran problemas es la educacion lo se pero señores politicos si no se puede castigar a un menor como reconducimos a alguien que no escucha, ustedes dicen que con dialogo pues espero que no tengan una hija o hijo y les pase nada, tal vez si su hijo/a llega a casa con una paliza, violada o robada piensen otra cosa y cojan a ese menor y con dialogo le perdonen y hasta la proxima por señores reiciden y reinciden hasta la edad penal por que seban perfentamente lo que hacen. no se cual sera la solucion pero hay que cambiar las formulas actulaes ya, y nos es por las ultimas violaciones ya que en españa hay mas de 1000 violaciones de menores al años hechas por menores, esta a salvo su hija.

CardinalXiminez dijo...

Obviaré el típico comentario populista de "a ver si a tus hijos les hacen lo mismo". Ésto no es un programa vespertino de televisión. Aquí se viene a discutir seriamente.

Admiro muchísimo el trabajo que usted realiza, pero está claro que si usted ya ha perdido la paciencia con los menores que trata lo único ético que debería hacer es pedir vacaciones o una baja.

En el peor de los casos, debería plantearse si éste trabajo es para usted.

coprophagic proctologist dijo...

Joder Thiago, dos trolls por el precio de uno. Dan ganas de dejar la filantropía unocua y reeducar a lo Rubiano, a golpe de bienintencionada "dirección general de campos de trabajo".
Lo peor es que habrán sido de crios unos cabrones acosadores escolares, pero bueno, sólo son conjeturas...

Mastropiero dijo...

Que animado se ha puesto esto últimamente. Creo que con el primer párrafo del post está explicado lo que está pasando en este foro.

Mi opinión es que todo el tinglado está mal montado. Tengo amigos que trabajan en escuelas talleres, con jóvenes que al principio siempre la armaban y que, cuando empiezan a interiorizar valores sociales fundamentales, los meten en la cárcel por pillarlos con 4 porros (o porque se resuelve un juicio por hurtos menores 2 años más tarde). Estas situaciones son más comunes de lo que pensamos los que no estamos metidos en este tema, creando decepción en trabajadores y menores.

Una de las causas de este tema es que tenemos unas leyes muy laxas en algunos casos e inflexibles en otros por establecer unos criterios muy rígidos, en los que los informes de trabajadores sociales y psicólogos (si los hubiera) no tienen la suficiente importancia.

Dicho esto tengo la sensación de que más de uno está ansioso por mandarme a un Gulag y que otros me llamen mata niños.

Además Thiago, como se te ocurre meterte con Antonio Burgos, eso es lo que más ha dolido.

CardinalXiminez dijo...

No es usted el único fan de Antonio Burgos entre mis amistades, don Mastropiero, no se crea. Mi opinión personal es que don Antonio es un folclórico ejemplar de australopithecus hispanicus v. hispalensis tolerable siempre y cuándo no se le tome ni una palabra en serio.

Hay varios temas interesantes en su comentario: la falta de medios y recursos de la justicia (se suele olvidar que, en nuestro sistema de enjuiciamiento criminal, el juez instructor tiene tanta importancia o más que las fuerzas de seguridad; inútil es poner más patrullas en las calles si no hay más y mejores juzgados, pero ochocientos togados no venden tanto como ochocientos coches de policía), la legalización del cannabis (en España se fuma muchísimo más que en los Países Bajos) y el exceso de legalismo y la falta de personalización de la atención al menor (derivada, igualmente, de la falta de inversión)

Por otra parte, recuerde que las matizaciones y hasta contradicciones directas serán bienvenidas siempre y cuándo sean expuestas con humor. Por increíble que pueda parecer al leer mi prosa, detesto a la gente campanuda que se da demasiada importancia.

Así que de gulag, nada. No tendrá de mí un insulto.

Mastropiero dijo...

Para mi el gulag sería meterme en un Corte Inglés más de 2 horas, eso si que es reeducación!!

No tengo dudas de que este es un programa de humor para "adultos"