martes, 10 de noviembre de 2009

Comunistas

Soy plenamente consciente de que volver a pulsar en la tecla del Gran Debate de la Izquierda es, en Ruina Imponente, una mala idea. La última vez que se trató del tema, tras las elecciones del año pasado, surgió un debate acalorado que acabó, como recordarán, con muertos y heridos, una situación que aún hoy lamento.

En aquél entonces no quise entrar en la pelea a tomatazos entre socialdemócratas y comunistas, una lacra (la pelea en sí, no ni los unos ni los otros) que la izquierda lleva arrastrando desde el Pleistoceno Medio, o, para ser más exactos, 1923.

Pero éste largo fin de semana me he obligado a intentar plasmar mis ideas sobre el tema por escrito. Sé que es un tema complejo y espero (desde luego) la participación de mis lectores, y si ha de volver a degenerar en una riña gitana, así sea: no creo, ni mucho menos, que lo escrito en las páginas de éste su blog sea tan inteligente y definitivo para ser aceptado por todos sus lectores como la verdad revelada. Al contrario: si discuerdan de mí, lo quiero saber. La verdad solo sale del debate, como han dicho numerosas personas, muchísimo más sabias que yo, durante los últimos tres milenios, desde Sócrates a Antonio Machado.

Tres son los motivos que me llevan a escribir éste artículo. Primero, ésta entrevista en El País de ayer. Segundo, la más que acalorada discusión posterior que tuve con el Gentleman a propósito de la entrevista, donde las falacias lógicas (más por mi parte que por la suya, dicho sea de paso) estuvieron a la orden del día. Y tercero, el más que malevolente titular de portada del panfleto de Pedro J. de ésta mañana, que bajo la fanfarria de las celebraciones del 20º aniversario de la caída del Muro muestra una foto del cierre del congreso del PCE de éste fin de semana con el subtítulo "...Aunque algunos siguen sin enterarse"

Es mi intención ir directamente al turrón, así que no hablaré mucho de los tres motivos en cuestión. Permítanme sólo apuntar que se puede palpar la vicisitud (léase, vergüenza ajena) que las palabras de la muchacha entrevistada producen al bueno de Willy Meyer; en no menos de tres ocasiones el buen señor tiene que salirse con "bueno, eso ya es pasarse" o alguna de sus variantes.

Empecemos por casa: al contrario de mucha gente en el PSOE, partidarios acérrimos de la idea del "voto útil" y de la "casa común de la izquierda", creo sinceramente que debe de haber un espacio político propio para la izquierda avanzada. Y ésto es así porque creo que una política absolutamente pragmática tiende, invariablemente, hacia el conservadurismo. Un único partido de izquierdas poseería, sin duda, una gigantesca tendencia centrípeta, un gran remolino gigante que absorbería todo y del que sería muy difícil escapar. Un partido de izquierda radical (radical en su sentido primitivo, es decir, de bases dogmáticas) es necesario para tirar de la socialdemocracia hacia la izquierda y compensar esas tendencias centrípetas.

Ésto en España. Y, si me apuran, en el resto de países democráticos e industrializados.

El problema aquí es que la izquierda empieza a no saber hacia dónde tirar. Doy desde hace tiempo por desacreditadas dos ideas capitales en la izquierda del siglo XX: el leninismo (entendiendo como tal la dictadura del proletariado ejercida por una vanguardia en forma de partido de cuadros) y el populismo (entendiendo como cuál el gobierno ejercido en nombre del pueblo sin orden ni plan establecido y que tiene por norma responder únicamente a los deseos viscerales de la ciudadanía).

Y ambas ideas quedan, en mi opinión, desacreditadas, por un simple criterio: no suelen funcionar. Mi estimado compadre el Gentleman me decía el otro día que su concepto de "funcionar" quizás fuese distinto que el mío, pero no nos explicamos mutuamente cuáles eran nuestros conceptos de "funcionar". Para mí, un sistema político que funciona es aquél que cree un entorno que permita el mayor número de libertades, tanto individuales, como colectivas, posibles, manteniendo al mismo tiempo un sistema económico que logre la mayor productividad posible dentro de un respeto por los derechos de los trabajadores. El populismo fracasa en tanto en cuándo, por su desorganización y altísimo coste, la economía tiende a irse al carallo en un período de tiempo oscilante entre los cinco y quince años; y una economía destrozada no tiene la capacidad de sostener los derechos de los trabajadores.

El leninismo es, en mi opinión, aún peor: porque al institucionalizar mecanismos de perpetuación de la dictadura del proletariado, crea y perpetúa al mismo tiempo una desconfianza oficial en las masas, es decir, en las mismas personas que dan sentido al sistema. El leninismo es una forma más de despotismo ilustrado; sistema que ya tenía su raíz en Rusia con Pedro I y Catalina la Grande. Y esa base antidemocrática sirve, a mis ojos, para desacreditarlo.

Eliminados el leninismo y el populismo, ideas fuerza del marxismo revolucionario de la segunda mitad del siglo XX y del principio del XXI, ¿qué le queda a la izquierda?

Y el problema de la socialdemocracia es que sólo es aplicable en países desarrollados e industrializados. Al contrario que el populismo, la socialdemocracia sí es sostenible económicamente a largo plazo, siempre y cuándo se cumpla la condición de que el capitalismo no tenga otra alternativa que llevar a cabo sus procesos productivos en los países donde exista un estado del bienestar.

Y como ya he discutido varias veces con mi maestro el Metalero, con la globalización el capitalismo ha vuelto a ganar por la mano al reintroducir la figura del país industrializado subdesarrollado.

Digo "ha vuelto a ganar" y "reintroducir". Y lo digo porque ésto ya lo hemos visto antes en alguna parte.

Una sociedad productiva estable, con un sistema consolidado de protección a los trabajadores, se ve superado por la nueva invención del capitalismo: un sistema basado en el trabajo intensivo en condiciones infrahumanas aprovechándose de la abundancia de mano de obra barata, que hace surgir de la nada grandes megalópolis.

Aquellos que hasta entonces habían disfrutado del privilegio del trabajo estable y relativamente bien pagado se ven superados por miserables que trabajan el doble y producen el cuádruple; llevándolos de forma casi inmediata e irreversible a la siguiente disyuntiva: o aceptar perder derechos o condenarse a la miseria más absoluta.

Inmediatamente surgen voces en contra del nuevo estado de cosas: unos claman por que el Estado tome medidas inmediatas; otros son más radicales y toman la justicia por su mano.

¿Europa, 2009? Sí, pero también Europa, 1825. La Manchester, el Essen, el Charleroi de 1830 son la Jakarta, el Karachi, el São Paulo de hoy. El niño pakistaní de nueve años que se mata hoy haciendo balones era la misma niña que se rompía la espalda haciendo tejidos de algodón en una fábrica de Barcelona. Veo poca diferencia entre el peñuki que quema contenedores y el ludita que rompe calderas de vapor.

Y, entonces como ahora, la solución está claramente definida: la unión de los trabajadores de toda clase en defensa de la democracia y de la vida digna; al fin y al cabo, los principios que inspiraron a Marx, a Engels, a Pablo Iglesias.

Indudablemente, el camino que nos espera por delante es arduo y difícil. Entre el Manifiesto Comunista y el Estado del Bienestar en su forma más extensa pasaron prácticamente cien años; y ésto, sólo en Europa.

Pero por alguna parte hay que empezar: y se puede empezar mirando más allá de nuestras narices y entender que el futuro del socialismo está más allá de nuestras fronteras; que en ningún caso podremos defender a los trabajadores aquí si no defendemos a los trabajadores en todas partes, y que es necesario apoyar, a lo largo y ancho de éste mundo, a aquellos que luchan contra la tiranía. Ese es el reto de la izquierda hoy.

Y si me preguntan donde voy a estar durante todo ese reto, insisto, mi lugar es la socialdemocracia. Soy demasiado pragmático, o cobarde, para ser un revolucionario. No seré yo el que se levante en armas por la redención de los trabajadores del mundo: no estoy hecho para pegar tiros.

¿Y cuál será mi papel, entonces? Sinceramente, no lo sé. A lo mejor eso me revela como el diletante que realmente soy. Pero sé que el camino está ahí y que en algún momento hay que empezar a recorrerlo. Iré detrás, pero iré.

Y alguien tiene que ir delante. Espero que sean los que yo creo.

Seguiremos informando.

10 comentarios:

Rubiano dijo...

Que obsesión con la democracia...

Por cierto, el articulo también me dio verguenza ajena a mí. Y que el PCE se esté empezando a preocupar más por el medio ambiente que por los trabajadores también...

Siempre nos hemos metido con los viejos que decían eso de "con franco se vivía mejor" en rusia dirán eso de "con Breznev se vivía mejor".

Pues miren, resulta que tenían razón. La calidad de la vida se puede mirar por un estandar simple, lo que vale una barra de pan, un coche o una casa con respecto al salario. Dato que ya tenemos todos sobadísimo. Y sí, con Franco y con Breznev se vivía mejor.

Criticad lo que os de la gana al comunismo, pero su falla económica se resume en "cañones y mantequilla".

CardinalXiminez dijo...

No, Rubiano. Que digas que la calidad de vida pueda medirse por el precio de la onza de chocolate es una deshonra para todos aquellos que teniendo qué comer, dónde dormir y con quién follar, pusieron su vida y su hacienda en riesgo por cosas como la libertad de expresión o el voto secreto.

Rubiano dijo...

Y que consiguieron?

votar cada 4 años y......

ERES
ETTS
Que las empresas se pasen los convenios por los huevos.
CONTRATOS TEMPORALES
ABARATAMIENTO DEL DESPIDO
PARO
MAYOR DISTANCIA ENTRE RICOS Y POBRES
PRIVATIZACIONES

seguimos? Y no me vale con que eso lo hace la derecha porque TODAS las jodiendas a los trabajadores las hizo el PSOE.

Pero oye, cada cuatro años pueden votar entre el partido A y el partido B. Qué, casualidades de la vida, llevan políticas económicas gemelas.

En todos todos los países, la llegada de las democracias capitalistas han traido unas politicas neoliberales que han destruido a los trabajadores. Nos guste o no.

Mi madre fregando en una casa 16 horas a la semana gana 600 euros. Yo pelandome el culo de frío en un andén 35 horas y sin fines de semana 930.
Mi padre sin estudios se levanta como funcionario sus 2.500 euros mensuales, horas extra a parte.

La diferencia? yo he entrado en el mercado de trabajo en democracia.

Y ojo, ellos iban a trabajar yo "entro en el MERCADO de trabajo".

CardinalXiminez dijo...

Cuándo alguien cuestiona la democracia capitalista invariablemente pregunto por las alternativas, y me retumban los oídos del silencio.

Rubiano dijo...

Claro Thiago, no hay alternativa dentro del Estado. La Dictadura del Proletariado no se plantea como el paraíso en la tierra, la dictadura del proletariado no es amor y felicidad, es una fase de transición con sus traumas y sus conflictos.

El problema es el estado que no tiene alternativas.

Es por eso que el objetivo del comunismo es la destrucción le dicho estado.

Miguel dijo...

Me ha encantado tu artículo, Monseñor. Sobre todo el paralelismo entre lo que ha supuesto la apertura de las fronteras a países sin la más mínima protección social, con la forma de reventar las estructuras premodernas (gremios, terrenos comunales, etc) que tanto apoyó el liberalismo como brazo ideológico de la industrialización. Me recuerda las tesis de mi historiador favorito Eric Hobsbawm y su descripción de hasta qué punto se degradaron las condiciones de vida del obrero inglés durante la primera mitad del S. XIX, la desesperación de los tejedores de Lyon y cómo el dumping iba en el sentido opuesto al actual: los textiles ingleses arruinaron a la industria india.

Grandes risas nos pasamos ayer, en familia, comentando la entrevista a la sectaria y al bueno de Willy Meyer. Ay.

Rubiano: mi padre tenía que pedir un papel al cura de su pueblo cada principio de curso para que le renovaran el contrato, a 250 kms de distancia. Que las dictaduras son especialmente crueles para los que están levemente al margen... por no hablar de la distancia entre ricos y pobres en la España de Franco.

Wen dijo...

Humm, beber y follar sigue siendo barato en españa.

si sumas esto a la juventud menos activa politicamente de la historia, tu sector "radical" de la izquierda se convierte en un festival de monos de feria. (como la señorita del articulo).

en cambio la derecha radical esta llena de señores muy serios, muy ricos y muy hijosputa que se organizan en partidillos de derechas que van ganando fuerza en toda europa.

nos hace falta un buen "reset", un bofeton que despierte un poquito a esa bestia mitologica que llamamos "el pueblo" de sus laureles y le haga ver que de aqui a 10 años europa puede ser un sitio horrible para vivir si no ganas mas de 5000€ al mes.

y dicho esto, me voy al concierto de rammstein a gritar consignas revolucionarias.

CardinalXiminez dijo...

Bien, vamos por partes.

Ah, la Arcadia acrática. Si la humanidad fuese compuesta por ochenta y cinco cazadores-recolectores, quizás podría funcionar, pero dado que somos unos cuántos más y hacemos unas cuántas más cosas quizás vaya a ser que necesitamos una forma pelín más compleja de organización. ¿Alguna alternativa posible al Estado, anyone?

Wen: ya estamos otra vez con que los jóvenes son unos descastados que solo piensan en follar. Ya los babilonios llegaron a escribir en alguna ocasión de que los jóvenes de hoy en día van a llevar a la civilización a la ruina (hablo de hace tres mil años). Sinceramente, no lo creo. Si existe una desmovilización entre la juventud es por la falta de alternativas constructivas a muy largo plazo - en eso nos tenemos que poner.

Daisuke dijo...

y los romanos, y los griegos, y todo el mundo se queja de su generacion y su juventud.

pero no es comparable mayo del 68 con el 2 de mayo del año pasado.

ni la juventud de la transicion con la de ahora.

no me negaras que cada dia hay menos activismo juvenil.

nunca los placeres sensuales han sido tan variados, accesibles y bien vistos.

en cuanto a que haga falta una alternativa a largo plazo... bueno, no podemos decir que lo que hace falta es darse cuenta de lo que esta mal ahora?

no hablo de la crisis economica, ni de un sistema anacronico e inutil, si no quizas algo mas... "profundo"

a donde quereis llegar chavales?
y por que no estais haciendo nada?

quizas mi opinion venga del hecho de que estudio en la carlos III de madrid.
ni una sola asociacion politica, ni club social ni nada por el estilo.
autenticos bovinos con ropa de marca.

El "Gentleman", desganado, dijo...

"Ya los babilonios llegaron a escribir en alguna ocasión de que los jóvenes de hoy en día van a llevar a la civilización a la ruina (hablo de hace tres mil años)."

Tenían razón.
De lo demás no hablo, porque para qué.