jueves, 8 de mayo de 2008

Israel, tú antes molabas

Ayer volvió a ser 5 de Iyar; si en 1948 éste cayó en el 14 de mayo, éste año cayó en 7; en todo caso, ayer se celebraron los 60 años de la fundación del único estado judío del mundo.

Mi posición personal acerca del conflicto israelí-palestino es complicada: por una parte, soy perfectamente consciente de que Israel va por la región con una actitud de matón con buenos amigos, acompañada de un implacable sentimiento de superioridad moral que sólo es parcialmente justificable. Igualmente sé que por historia y tradición los españoles son pro-árabes; sólo reconocimos a Israel en 1986 (!) y si no fuera por el ex-ministro y actual Defensor del Pueblo, Fernando Múgica Herzog (el judío de mayor posición dentro de las instituciones del Estado) la posición del mismo PSOE acerca de Israel sería mucho más agresivamente hostil. En suma: el comportamiento y actitud de Israel en la región; su pro-americanismo exacerbado; la tradición y la historia; y el poder intentar ligarse a peñukis (cuyo compromiso con la causa palestina suele ser innegable) me obligarían a tener convicciones claramente pro-palestinas y anti-israelíes.

Sin embargo, todo ésto queda matizado por mi admiración por uno de los fenómenos políticos más curiosos de los últimos ciento cincuenta años: El Labour Zionism o social-sionismo.

Hablando el otro día con mi maestro el Metalero frente a un plato de arroz tres delicias, en lugar de tratar de mujeres, discutimos acerca del socialismo y la socialdemocracia, y como el socialismo como tal (es decir, no la socialdemocracia) requiere un sistema de valores que supere el cínico individualismo que parecemos llevar imbricado desde las primeras protosociedades y que es la base sociológica del capitalismo, y de como el fracaso ha sido la constante en casi todos los intentos de introducir éste nuevo sistema de valores.

Sin embargo, en una de éstas digresiones que tan habituales son en nosotros los friki-intelectuales, concluimos que el sistema de valores puede ser cambiado de forma más rápida y eficaz si se moldea la moral socialista revolucionaria de forma a convertirlo en un movimiento religioso.

El ejemplo que pusimos en aquél entonces, como no, era Kim Jong-Il, el Querido Líder; el régimen norcoreano puede mantenerse indefinidamente a través de la deificación del Líder y del Partido, naturalmente reprimiendo la secularización a fostias. Y si a Rubiano no se le habían puesto los dientes largos todavía con éste artículo, recuerdo que Stalin quiso hacer exactamente lo mismo, pero Kruschev y los demás le pararon los pies.

El caso es que el social-sionismo fue un movimiento de éste tipo, pero sus características de alta democratización y alta intelectualización lo hicieron total y absolutamente distinto a los anteriores.

Y para un pragmático cínico como yo, lo admirable del social-sionismo era que funcionaba. Servía para que charcuteros polacos, carpinteros rumanos y pianistas ucranianos lo dejasen todo (cuándo no les dejaban sin nada en el pogromo, pero esa es otra historia) y se fueran a plantar (¡voluntariamente!) naranjas en pantanos llenos de malaria junto al mar de Galilea; para que fundasen instituciones y organizaciones obreras y campesinas; en suma, para que construyesen una sociedad occidentalizada y laica en Israel.

Naturalmente no era todo tan bonito y divertido: para ésta simpática gente, los árabes palestinos eran invasores de Eretz Israel que debían ser echados a patadas y contenidos de forma que sólo formasen como mucho un 15% de la población.

En todo caso, del social-sionismo hoy en día (desde la Guerra del Yom Kippur hasta hoy) ya no queda casi nada. El sistema político israelí da un peso fabuloso a la derecha religiosa, lo que ha reducido el laicismo de la sociedad israelí hasta puntos inimaginables (no hay matrimonio civil en Israel, por lo que tampoco hay divorcio) La secularización de una parte de la sociedad y la inmensa religiosidad de otra (debido a la teoría del refuerzo ideológico de las minorías, también discutida con el Metalero y de la que hablé con anterioridad) han creado una sima prácticamente insalvable.

En definitiva: que tengo la sensación de que en esa región la guerra perpetua existe para beneficio de ambas partes en lo político, y para la desgracia de ambas en lo social.

Y tendría que desarrollarlo más, pero hay obras en la oficina y me tengo que mover.

Seguiremos informando.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto:
¿Qué cojones hace esta gente en EUROvisión?

coprophagic proctologist dijo...

Presentar a Dana International, ¿¡le parece poco madmoiselle fifí!?
La que lió la muchacha. Supongo que lo mismo que hace el Maccabi jugando la euroliga de baloncesto. Partirse la pana con gente que es tan blanca y limpia como ellos. Porque ellos tampoco comen cerdo y estan circuncisos pero siempre ha habido clases aunque Peter Griffin no los diferencie...