jueves, 22 de noviembre de 2007

Un no se qué que qué sé yo

Creo que ésto ya se estaba volviendo demasiado sesudo.

¿Leen ustedes "Vicisitud y Sordidez"? ¿No? Pues deberían. Éste blog creado y mantenido por cuatro onvres (para utilizar su propia terminología), tres de ellos residentes en Galicia, hacen de éste templo cultural una de las cosas más grandes que ha dado Galicia tras José Tojeiro, y empatados con el pulpo a feira.

Algunos de los lectores de éste su blog (al menos los que dan señales de vida) podrán dar fe de la gloriosa sapiencia de "Vicisitud y Sordidez". Artículos como "El post épico en tres partes sobre Franco Battiato", "Los diez momentos más gay de la historia del metal", "Gibraltar para sórdidos" o "El fan fatal de Pimpinela", no sólo dan muestra de lo friki que puede llegar a ser el blog, sino que provocan tanto convulsiones de risa como la progresiva incorporación al propio vocabulario de numerosas palabras, entre ellas "onvre", "bigotón" y las infinitas variedades del vocablo "carallo".

Así que estaba bastante claro que si tendría que seguir un meme sería el de éstos grandes señores.

En el artículo en cuestión (que deben leer antes de seguir) cada uno de los autores lista cinco mujeres que, aunque uno no admiraría como símbolo erótico a primera vista, provocan lo que en V&S llaman perversión y lo que mi amigo el Mech denomina "un no se qué que qué sé yo"

No podía sino sentirme tentado. Con ésta perversión que tengo yo por las puritanas cerebrito y las que se esconden por los rincones en las fiestas (así me va en la vida) mi lista salta prácticamente de forma utomática. De hecho, lo difícil ha sido elegir entre todas, y que además no repitiese con la lista de los sórdidos (me habéis quitado a Judy Davis, malvados...) así que ahí va:

5. Emily Mortimer

Woody Allen dijo (y creo que lo puso gráficamente en una pinícula, pero no la he visto): "Desde pequeño me enamoraba de la mujer equivocada. Cuándo fui a ver Blancanieves y los Siete Enanitos, todos mis amigos se enamoraron de la princesa. Yo me enamoré de la reina."

Pues bien, algo parecido debía estar pensando yo cuándo salí de ver Match Point (a.k.a. Delitos Faltas 2: at London), del mismo Woody. Que sí, que bien, que la Scarlett es un mo-nu-men-to, pero primero: ya ha perdido su encanto de niña con voz cazalla (que me volvió enfermo en la nunca suficientemente valorada El Hombre que no estuvo allí) y se ha aputadonado de forma hercúlea; y segundo, ¿por qué tiene el protagonista que meterse en camisa de once varas si tiene al lado una moza mona, rica y suficientemente lista?

Emily Mortimer está absolutamente encantadora en esa película. No sé si será mi educación o algo así, pero en éstos triángulos amorosos siempre me quedo con la fea (en Lo que el Viento se Llevó soy Melania-fans absoluto) Sumamos a eso mi inherente anglofilia y ya desde el minuto 30 de película prefiero cien veces vivir la vida über-burguesa de club de campo, oporto y Covent Garden que me ofrece Emily que liarme con el pendón de la Escarlata.

4. Allison Janney

Que no se engañe nadie: el verdadero mito erótico de The West Wing es C.J. Cregg. Ningún otro de los personajes femeninos de la serie (cierto es que hay pocos) cumple con todos los requisitos de inteligencia, humor y porte. Añadimos a ésto mi sincera convicción de que el traje de chaqueta es el vestido más erógeno para una dama y se completa el cóctel. Y si tienen alguna duda, vean el episodio en el que interpreta The Jackal.

Nota bene: sólo he visto cuatro (las cuatro primeras) temporadas de la serie. Si le pasa algo (sobre todo, si al fin se lía con Danny Concannon) no lo quiero saber. Insisto.

3. Samantha Morton

Ya lo he dicho, soy un anglófilo contumaz. Y ésta muchacha parece estar condenada por su intenso acento de Nottinghamshire a hacer papeles o en los que hace de extranjera (como María Estuardo en la secuela de Elisabeth o de improbable española en Código 46) o en los que directamente no habla (como de muda en Acordes y Desacuerdos o de moza que se pasa el día en una piscina en la taradez ésta de Minority Report)

Fue precisamente en el flim de Woody en el que me fijé en la moza, como no, por ser la fea en un triángulo amoroso (del otro lado, Uma Thurman). Y, bueno, en éste caso uno nunca se esperaba nada bueno para Sam (de Sean Penn nunca se puede esperar gran cosa)

No he visto los otros flims en los que habla (quicir) pero si en ellos está tan mona como en la de Woody, seguirá subiendo puestos en mi top 5.

2. Charlotte Gainsbourg

Vi a ésta muchacha por primera vez en una de las cienes y cienes de adaptaciones de Jane Eyre (los ingleses al parecer nunca se cansan de la novela decimonónica y sus subproductos), donde (¡siempre igual!) hacía de fea del triángulo amoroso (su rival era Elle Macpherson)

Ya de familia tiene un punto positivo: es hija de Serge Gainsbourg, el gambitero más famoso de los 60, famoso por pillarse a muchachas de 16/17 años (entre ellas Brigitte Bardot y Jane Birkin, la mamá de Charlotte), tirárselas y luego convertirlas en superestrellas.

La última vez que la vi fue en la por lo demás infumable La Ciencia del Sueño, donde conseguía el asombroso hecho (sobre todo para un ojo tan entrenado como el mío) de parecer más joven que el Gael García-Bernal, que tendrá cara de niño toda su vida, a pesar de que Charlotte ya tiene unos respetables 36 años.

1. Jennifer Jason-Leigh

Claro que sí. Pequeñita pero matona, ésta señora ya está desde hace tiempo en lo alto de mi lista.

Aunque empezó haciendo pelis para adolescentes, los frikis como un servidor la recuerdan haciendo de princesa de armas tomar en Los Señores del Acero (esa película donde Rutger Hauer habla inglés con el inconfundible acentazo neerlandés), y posteriormente en otros flims como El Gran Salto (una de los Coen que me falta por ver de nuevo), Existenz (vale, sí, es muy comercial, pero es Cronemberg al fin y al cabo, diablos) y un breve cameo haciendo de Ma Hanks en Camino a (la) Perdición.

Y en todas ellas, no solo muestra que como actriz vale un potosí, además de darme un morbo muy serio.

En fin, que ahí queda eso. Aquí del refrán, aunque sea fea la moza, si a ti te gusta, retoza.

Seguiremos informando.

3 comentarios:

Paco Fox dijo...

Estoy con usted con Emily Mortimer vs la pánfila de la Johansson. De hecho, aunque no comulgue con el resto de depravaciones, aplaudo su coherencia. Si se fija usted bien, todas están cortadas por patrón similar. Como onvre que escoge los calzoncillos a juego con el resto de la ropa, admiro llevar la coherencia a estremos absurdos.

la reina del hielo dijo...

Yo te apoyo, Thiago, en todo: primero, porque lo british es lo más de lo más.

Segundo, porque es mucho mejor tener una pareja con sentido del humor, inteligente y con quien se esté a gusto que una persona que sea sólo fachada y luego te pregunte qué es la Guerra Fría. Mi madre lo ilustró perfectamente cuando dijo que prefería a los frikis, que por lo menos dan conversación.

Tercero: Uma Thurman, por mucho que se empeñen, no es guapa, es estilosa, es genial, pero no es guapa. Y Elle McPherson no está tan buena, sino tiene culo! no sé, a mí es que me gustan con más chicha.

cuarto: nunca hay suficientes adaptaciones de novelas decimononicas.

Anónimo dijo...

A frivolizar tocan -que raro-. Por partes:

Bueno, que te dan morbo las chicas sosas, paniaguadas y cabezonas. Como no dices "son lo mejor". "os deberían gusta", etc... Sino que te dan morbo me parece fenomenal. Fantástico por tu parte.

Yo también soy Melania-Fan, pero entre otras cosas, Melania no es fea, so capullo.

Uma Thurman no solo es estilosa y genial, sino que es PRE-CIO-SA. Sus rasgos angulosos, sus ojos fríos, su aire de sílfide, incluso su estatura... Hacen de ella una mujer idealmente bella, y muchos aplaudimos su aparición como Venus -diosa de eso precisamente y del amor, claro- en "El Barón de Munchausen". La Johansson esa, por ejemplo, es morbosa, efectivamente, pero tiene la belleza digamos deeee... un cochinillo cuchifrito o un botijo de artesanía... encantadores, apetecibles-en el caso del cochinillo-, pero no precisamente bellos. A mi concretamente me parece un gólem y me sorprende que tenga, por ejemplo, pestañas. Problema: la gente no diferencia unas cosas de otras...

Para acabar diré que al gato del "Gentleman" le gustan lasgentlewomen, claro está.