Con tres televisiones públicas a las que alimentar de programación y terminados ya los temas de posible arenga en Aló, Presidente, el gobierno venezolano presenta un nuevo show para la diversión y el entretenimiento de las masas bolivarianas.
Sí, amigos, porque viendo por televisión las "dramáticas escenas", implicando helicópteros, citas a ciegas en lugares ocultos, gobiernos nacionales implicados, los rescatados llorando a la llegada, Chávez suplicándole a Marulanda que "mueva a los retenidos de sitio"... Con todo el respeto del mundo, es algo realmente enternecedor, pero en el momento en el que pones una cámara de televisión a propósito se convierte en el reality-show más caro y elaborado que ha visto Sudamérica.
Y por si fuera poco, el que faltaba para el duro se ofrece para entrar en la casa: sí, amigos, nuestro amigo Monsieur le President, a quién, como ha quedado más que claro, le gusta más una cámara que a mí el Kentucky, quiere ir a la jungla a por la senadora desvalida.
Uno puede tomarse éstas cosas por el lado sórdido-festivo y hacerse las preguntas de rigor: ¿se llevará a la Bruni? ¿Irá en un Dassault prestado un algún amigo trillonario? ¿Pagará Paris a las FARC en armas, en oro o en euros (dólares no, gracias)?
Pero es que lo piensas en serio... y no, no puedes. Déjemoslo ahí.
Seguiremos informando.
Sí, amigos, porque viendo por televisión las "dramáticas escenas", implicando helicópteros, citas a ciegas en lugares ocultos, gobiernos nacionales implicados, los rescatados llorando a la llegada, Chávez suplicándole a Marulanda que "mueva a los retenidos de sitio"... Con todo el respeto del mundo, es algo realmente enternecedor, pero en el momento en el que pones una cámara de televisión a propósito se convierte en el reality-show más caro y elaborado que ha visto Sudamérica.
Y por si fuera poco, el que faltaba para el duro se ofrece para entrar en la casa: sí, amigos, nuestro amigo Monsieur le President, a quién, como ha quedado más que claro, le gusta más una cámara que a mí el Kentucky, quiere ir a la jungla a por la senadora desvalida.
Uno puede tomarse éstas cosas por el lado sórdido-festivo y hacerse las preguntas de rigor: ¿se llevará a la Bruni? ¿Irá en un Dassault prestado un algún amigo trillonario? ¿Pagará Paris a las FARC en armas, en oro o en euros (dólares no, gracias)?
Pero es que lo piensas en serio... y no, no puedes. Déjemoslo ahí.
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