miércoles, 7 de noviembre de 2007

Las cosas que Aznar no sabe

José María Aznar López, a.k.a. Bigotus Máximus y Líder Mundial, está sobrado. Ahora que ha escrito un nuevo linvro, titulado "Cartas a un Joven Español", en los que explica a un supuesto "Santiago" su cosmovisión política y económica (ejem), y dado que está en plena apoteosis de su labor como Profeta Bíblico de la grey bigotista, es profusamente solicitado para entrevistas tipo "me alegra que me hagas precisamente esa pregunta" en los medios afines.

Ayer estuvo en "La Mañana" de la COPE, también llamada cariñosamente Los Ciento Ochenta Minutos de Odio (Orwell was right). Fedeguico, que a pesar de ser un lameculos es un lameculos organizado, intentó que el Querido Líder no se ensuciara la boca con la sentencia del 11-M y lo esquivó rápidamente con un "supongo que no habrá tenido tiempo de leerse la sentencia", así que lo llevó a temas más amenos y divertidos. El Gran Bigote dijo sentirse "humillado" por el hecho de que Sarkozy "hubiera salvado" a los españoles de Chad mientras que nuestro Ministerio de Exteriores no hacía nada.

Si ustedes han leído éste blog con atención, recordarán que la intención del über-corrupto gobierno de Chad era recibir un jugoso cheque del Elíseo. Nuestro ministerio de Relaciones Exteriores ha hecho exactamente lo que tenía que hacer; callarse la boca mientras que los franceses se ocupaban del tinglado y de la factura. Pero ésto Aznar no lo sabe.

En principio todos se prometían muy felices. Pero el gobierno de Chad se ha dado cuenta demasiado tarde que ellos no son Libia. Y ésta es la hora de recordar una característica de la política francesa con respecto a sus ex-colonias. De las grandes ex-potencias coloniales, la que peor ha llevado lo de la descolonización ha sido Francia. Recordemos que durante la descolonización africana, el que cortaba la morue en Francia era el general De Gaulle, el cuál no era muy amigo de abandonar tierra conquistada precisamente. Así que la política africana de Francia, que se trazó ya por aquella época, se basaba y se basa en una sencilla premisa: los negros que hagan como que gobiernan, pero el que se limpie el culo sin consultar con París comete un pecado très grave. Y para evitar que los gobernantes africanos (quicir) se olviden de ésta simple premisa, nada mejor que tener guarniciones de paracaidistas franceses a la puerta de cada palacio presidencial desde Dakar hasta Bangui. Ésta política exterior del pie en pared, cuyas dramáticas consecuencias pueden verse con claridad en el devastador libro Le estreché la mano al diablo, del general canadiense Roméo Dallaire (que Aznar no ha podido leer porque, incomprensiblemente, no está traducido al castellano), genera odio anti-francés por donde pasa, además de costarle a las arcas francesas miles de millones de jeuros. Pero ésto Aznar tampoco lo sabe.

Y si supiera, tampoco le importaría. Como tan bien sabemos, Aznar es de la opinión de que qué son miles de millones de euros y comportarte como un matón a nivel internacional con tal de dejarte bien ante los líderes del mundo.

Eso sí es humillante. Pero eso Aznar no lo sabe.

Seguiremos informando.

1 comentario:

Cristina dijo...

Ole ole como escribe el Thiago. Yo opino lo mismo.