Éste simpático señor con el peinado del malo de "Los Increíbles" se llama Geert Wilders y es el líder de un partido político holandés con el esperáncico nombre de Partido por la Libertad.
En realidad el PVV es el concentrado de la extrema derecha que ha quedado una vez evaporado el fortuynismo. No le fue nada mal en las elecciones del año pasado: sacaron 9 escaños (de 120) y se convirtieron en el quinto mayor partido, y el tercero de la oposición.
La especialidad del señor Wilders y de su partido es despotricar sobre la cantidad de musulmanes que viven en Holanda. Ya he contado aquí sobre el tema.
En agosto del año pasado sugirió en televisión prohibir el Corán, al considerarlo un libro que conduce a la violencia, igual que Mein Kampf. La respuesta a semejante idea es la misma que le di al ínclito profesor Rodríguez Pastrana cuándo me apareció en clase (¡de Derecho Administrativo!) con un Corán en una mano y un artículo de Oriana Fallaci publicado en ABC en la otra, intentando convencernos de la misma idea. Me bajé a la biblioteca, me subí la biblia de Nácar-Colunga y a leer el Levítico. Para punki, yo.
Pues bien, el amigo Wilders se ha empeñado en hacer un flim directamente "anti-islámico": un documental de unos quince minutos en el que, "documentado" sobre versículos del Corán, demuestre a las presonas humanas que el Islam es intrínsecamente malo. Así, haciendo amigos.
Recordemos que la última vez que se hizo algo así en los Bajos Países, al director de la película, Theo van Gogh, un chaval de 19 años (nacido en Holanda, pero de origen magrebí) le metió cuatro tiros en una calle de Amsterdam, para después clavarle un cuchillo en el corazón. Fue el primer asesinato por motivos religiosos en un país donde toda su cultura está diseñada para evitar éstas situaciones, y la conmoción nacional fue obvia y universal.
Es precisamente para evitar que a Wilders le pegue cuatro tiros algún otro tarado que el gobierno holandés se ha esforzado todo lo posible para que la tal pinícula no vea la luz. Peor: varias organizaciones, de diverso nivel de chunguez (desde la Organización para la Conferencia Islámica hasta Al-Qaeda) han dicho que si la peli se exhibe, van a caer hostias como panes contra los holandeses en general. ¿Se acuerdan que hace una semana Pakistán cerró YouTube y montó una pelotera del quince? Pues fue por ésto.
Cuándo fue la crisis de las caricaturas de Mahoma yo defendí al caricaturista; uno tiene derecho a reírse de las cosas. Pero ir a joder, directamente, como hace Wilders, no sólo es una temeridad que no tiene nombre, sino que es abusar de una situación grave en provecho propio.
Seguiremos informando.
En realidad el PVV es el concentrado de la extrema derecha que ha quedado una vez evaporado el fortuynismo. No le fue nada mal en las elecciones del año pasado: sacaron 9 escaños (de 120) y se convirtieron en el quinto mayor partido, y el tercero de la oposición.
La especialidad del señor Wilders y de su partido es despotricar sobre la cantidad de musulmanes que viven en Holanda. Ya he contado aquí sobre el tema.
En agosto del año pasado sugirió en televisión prohibir el Corán, al considerarlo un libro que conduce a la violencia, igual que Mein Kampf. La respuesta a semejante idea es la misma que le di al ínclito profesor Rodríguez Pastrana cuándo me apareció en clase (¡de Derecho Administrativo!) con un Corán en una mano y un artículo de Oriana Fallaci publicado en ABC en la otra, intentando convencernos de la misma idea. Me bajé a la biblioteca, me subí la biblia de Nácar-Colunga y a leer el Levítico. Para punki, yo.
Pues bien, el amigo Wilders se ha empeñado en hacer un flim directamente "anti-islámico": un documental de unos quince minutos en el que, "documentado" sobre versículos del Corán, demuestre a las presonas humanas que el Islam es intrínsecamente malo. Así, haciendo amigos.
Recordemos que la última vez que se hizo algo así en los Bajos Países, al director de la película, Theo van Gogh, un chaval de 19 años (nacido en Holanda, pero de origen magrebí) le metió cuatro tiros en una calle de Amsterdam, para después clavarle un cuchillo en el corazón. Fue el primer asesinato por motivos religiosos en un país donde toda su cultura está diseñada para evitar éstas situaciones, y la conmoción nacional fue obvia y universal.
Es precisamente para evitar que a Wilders le pegue cuatro tiros algún otro tarado que el gobierno holandés se ha esforzado todo lo posible para que la tal pinícula no vea la luz. Peor: varias organizaciones, de diverso nivel de chunguez (desde la Organización para la Conferencia Islámica hasta Al-Qaeda) han dicho que si la peli se exhibe, van a caer hostias como panes contra los holandeses en general. ¿Se acuerdan que hace una semana Pakistán cerró YouTube y montó una pelotera del quince? Pues fue por ésto.
Cuándo fue la crisis de las caricaturas de Mahoma yo defendí al caricaturista; uno tiene derecho a reírse de las cosas. Pero ir a joder, directamente, como hace Wilders, no sólo es una temeridad que no tiene nombre, sino que es abusar de una situación grave en provecho propio.
Seguiremos informando.
1 comentario:
"-...- sino que es abusar de una situación grave en provecho propio." Ahí está lo importante del tema... Me hubiera gustado que le dieras más vueltas. Hay otros políticos que se dedican a cosas parecidas, pero este además clama tanto al cielo que... Es que podría ser un ejemplo "de libro"...
¿Por cierto, este personaje es el que dijo hace poco algo del estilo de que el único partido europeo de derechas digno de tal nombre era el PP?
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