Pero no teman, no de esa clase de talibanes: como saben no puedo desarrollar una barba en condiciones (lo cuál quita 50 puntos a mi plausibilidad como afgano) y, por desgracia, mi amor al cerdo es mucho mayor que mi amor a Dios, o, al menos, a su versión mahometana.
Estoy por hacerme un talibán del software libre, que es un paso que llevo tiempo intentando dar pero sin nunca atreverme del todo.
La semana pasada estuvo Richard Stallman en el Medialab de Madrid, despotricando de todo as usual (en lugar de meterte con el finés friki, gordo mamón, haz que Hurd funcione de una puta vez) Y como siempre que el über-geek de Stallman abre la boca, me ha entrado el ansia hippie-talibán de liberarme de una vez de las imposiciones del software propietario.
Pero pronto se me pasa, cuándo recuerdo dos cosas: primero, mis cinco (y son pocos) gigas de música que habría que pasar a OGG (porque MP3 sigue siendo propietario, aunque freeware) lo cuál es un proceso largo y penoso;
y segundo, que quiera o no, Internet, mi mayor fuente de diversión y entretenimiento, sigue necesitando software propietario; sobre todo Flash y Java.
En todo caso, la tentación sigue ahí; como la de tirar de cartera, comprar webhosting y convertir Ruina Imponente en un blog molón en Wordpress.
Sweet dreams are made of this.
Seguiremos informando.
Estoy por hacerme un talibán del software libre, que es un paso que llevo tiempo intentando dar pero sin nunca atreverme del todo.
La semana pasada estuvo Richard Stallman en el Medialab de Madrid, despotricando de todo as usual (en lugar de meterte con el finés friki, gordo mamón, haz que Hurd funcione de una puta vez) Y como siempre que el über-geek de Stallman abre la boca, me ha entrado el ansia hippie-talibán de liberarme de una vez de las imposiciones del software propietario.
Pero pronto se me pasa, cuándo recuerdo dos cosas: primero, mis cinco (y son pocos) gigas de música que habría que pasar a OGG (porque MP3 sigue siendo propietario, aunque freeware) lo cuál es un proceso largo y penoso;
y segundo, que quiera o no, Internet, mi mayor fuente de diversión y entretenimiento, sigue necesitando software propietario; sobre todo Flash y Java.
En todo caso, la tentación sigue ahí; como la de tirar de cartera, comprar webhosting y convertir Ruina Imponente en un blog molón en Wordpress.
Sweet dreams are made of this.
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