¿Se acuerdan de lo que escribí en octubre del año pasado? Pues mira.
La expansión de Caja Castilla La Mancha se basa (o se basó, más bien) en dos macro-proyectos cuyo éxito ha dejado bastante que desear. El primero es convertir el interior de Ciudad Real en un centro turístico de nivel internacional, idea cuyo éxito no he podido sino desear, dado que tengo amigos metidos hasta las cachas en el ajo, pero que requería que todo saliese bien desde el principio, cosa que no ha sido.
Y el segundo proyecto ha sido convertir el norte de la provincia de Toledo en la nueva expansión suburbana de Madrid, y soy consciente de que he de ir con pies de plomo porque tengo varios lectores de la región. Paco el Pocero ha sido la cabeza visible del movimiento, pero desde luego no el único. El problema del proyecto es que ha partido de un planteamiento equivocado: que los profesionales liberales de clase media alta se irían a vivir a lo que viene a ser mismamente el campo (¿o no?) pudiendo elegir otra opción. Dos problemas afectaron a esa brillante idea desde el principio: primero, la hinchazón de los alquileres de las oficinas, que desplazó decenas de miles de puestos de trabajo "de cuello blanco" desde el centro de Madrid hacia los corredores de las carreteras de Burgos, Colmenar y La Coruña. Y si ir desde Yuncler hasta Madrid capital ya tiene sus bemoles, imagínense ir a Tres Cantos. Máxime (y he aquí el punto dos) con un sistema de transportes como el de Madrid, cuyo sistema tarifario se rige por criterios político-administrativos en lugar de por la conveniencia de los ciudadanos; lo que hace que por ejemplo una gran amiga mía, que vive a la misma distancia de Madrid que yo pero en la provincia de Toledo, tenga que pagar por su abono transportes un 60% (repito: sesenta por ciento) más. Éstos inconvenientes han provocado que a lo largo y ancho de la provincia de Toledo haya miles (literal) de chaleses sin vender, lo que ha enviado al corno a la caja de ahorros que se dedicó a financiar con alegría dichos chaleses.
En todo caso, si me equivoco, corríjanme.
Seguiremos informando.
La expansión de Caja Castilla La Mancha se basa (o se basó, más bien) en dos macro-proyectos cuyo éxito ha dejado bastante que desear. El primero es convertir el interior de Ciudad Real en un centro turístico de nivel internacional, idea cuyo éxito no he podido sino desear, dado que tengo amigos metidos hasta las cachas en el ajo, pero que requería que todo saliese bien desde el principio, cosa que no ha sido.
Y el segundo proyecto ha sido convertir el norte de la provincia de Toledo en la nueva expansión suburbana de Madrid, y soy consciente de que he de ir con pies de plomo porque tengo varios lectores de la región. Paco el Pocero ha sido la cabeza visible del movimiento, pero desde luego no el único. El problema del proyecto es que ha partido de un planteamiento equivocado: que los profesionales liberales de clase media alta se irían a vivir a lo que viene a ser mismamente el campo (¿o no?) pudiendo elegir otra opción. Dos problemas afectaron a esa brillante idea desde el principio: primero, la hinchazón de los alquileres de las oficinas, que desplazó decenas de miles de puestos de trabajo "de cuello blanco" desde el centro de Madrid hacia los corredores de las carreteras de Burgos, Colmenar y La Coruña. Y si ir desde Yuncler hasta Madrid capital ya tiene sus bemoles, imagínense ir a Tres Cantos. Máxime (y he aquí el punto dos) con un sistema de transportes como el de Madrid, cuyo sistema tarifario se rige por criterios político-administrativos en lugar de por la conveniencia de los ciudadanos; lo que hace que por ejemplo una gran amiga mía, que vive a la misma distancia de Madrid que yo pero en la provincia de Toledo, tenga que pagar por su abono transportes un 60% (repito: sesenta por ciento) más. Éstos inconvenientes han provocado que a lo largo y ancho de la provincia de Toledo haya miles (literal) de chaleses sin vender, lo que ha enviado al corno a la caja de ahorros que se dedicó a financiar con alegría dichos chaleses.
En todo caso, si me equivoco, corríjanme.
Seguiremos informando.
2 comentarios:
Yo puntualizaría varias cosas: si bien es cierto que el abono transporte E1 es caro como la madre que lo parió y al que lo negoció habría que romperle las tibias y los peronés por idiota (que Guadalajara es C1!!!). Pamién es verdad que la gente que compra billete sencillo comprueba con estupefacción cómo éste es casi un euro más barato (compraos un billete a Algete, ya vereis). Son cosas inexplicables.
Además, se nota quién se ha venido aquí desde Madrid: quien usa coche para ir a Madrid, ya os lo digo yo, que viajo todos los días en bus.
Otro problema añadido ha sido que, si bien la gente antes se venía porque estás a menos de 40 kilómetros de Madrid (distancia de Madrid a Villalba)y, no nos vamos a engañar, porque tenías un chalet a precio de minipiso, los alegres empresarios toledanos decidieron que había que aprovechar el tirón y, lo siento mucho, pero quién coño se va a comprar un chalet en Camarena (no os suena el pueblo? pues eso) por 600.000 euros?
Una cosa es vender caras las espadas Marto, porque son de acero del bueno y hay que pagar licencias y otra es desaprovechar tu única ventaja competitiva: los precios bajos.
A todo ésto: qué tiene de bonito Ciudad Real?
thiago, ahora CCM no es importante en absoluto, ahora lo realmente importante, en lo que nos va la vida, es en la rentabilidad ya de salida que nos ha ofrecido a ambos nakajima y raicoñen... a ver si lo publican ya.
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