No es el nombre de una banda de punk gallego, pero molaría un copón.
Faltando hora y tres cuartos para que cierren las urnas, desde aquí no queda ninguna duda de que esos van a ser los temas que definan, finalmente, las elecciones gallegas del 2009.
Encuesta tras encuesta, sin excepción, se ha dejado claro que quién gobierne en Galicia lo hará por una diferencia de uno, o dos, escaños. Y en las elecciones gallegas, las diferencias de uno o dos escaños las resuelven precisamente esos: D'Hondt, y los argentinos muertos.
Nunca han quedado bien claras las maquinarias que tanto PP como PSOE se montan al otro lado del Atlántico para ganar el voto extranjero. Las elecciones pasadas ya hubo misterio acerca del último escaño por Pontevedra, y el último por La Coruña. En todo caso, la inversión en Argentina por parte del PP ha sido descomunal, incluyendo un cartel gigante de Rajoy en plena avenida de Mayo. El PSOE ha sido igualmente poco sutil: concediendo la nacionalidad española a los hijos y nietos de exiliados, aunque no haya creado un nuevo electorado agradecido, posiblemente sí haya mejorado su imagen en la comunidad española en Latinoamérica. Y cuándo cada voto cuenta, eso es importante.
En todo caso, espérense ación a ese respecto. Las denuncias de fraude vendrán por todos lados y mantendrán al país en ascuas durante semanas. Y si las cosas en Euskadi le salen al PP como pintan, el sillón de Mariano Rajoy puede depender del voto transatlántico.
Seguiremos informando.
Faltando hora y tres cuartos para que cierren las urnas, desde aquí no queda ninguna duda de que esos van a ser los temas que definan, finalmente, las elecciones gallegas del 2009.
Encuesta tras encuesta, sin excepción, se ha dejado claro que quién gobierne en Galicia lo hará por una diferencia de uno, o dos, escaños. Y en las elecciones gallegas, las diferencias de uno o dos escaños las resuelven precisamente esos: D'Hondt, y los argentinos muertos.
Nunca han quedado bien claras las maquinarias que tanto PP como PSOE se montan al otro lado del Atlántico para ganar el voto extranjero. Las elecciones pasadas ya hubo misterio acerca del último escaño por Pontevedra, y el último por La Coruña. En todo caso, la inversión en Argentina por parte del PP ha sido descomunal, incluyendo un cartel gigante de Rajoy en plena avenida de Mayo. El PSOE ha sido igualmente poco sutil: concediendo la nacionalidad española a los hijos y nietos de exiliados, aunque no haya creado un nuevo electorado agradecido, posiblemente sí haya mejorado su imagen en la comunidad española en Latinoamérica. Y cuándo cada voto cuenta, eso es importante.
En todo caso, espérense ación a ese respecto. Las denuncias de fraude vendrán por todos lados y mantendrán al país en ascuas durante semanas. Y si las cosas en Euskadi le salen al PP como pintan, el sillón de Mariano Rajoy puede depender del voto transatlántico.
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